/ jueves 22 de julio de 2021

Biden: Seis meses y el cierre de la frontera

Se han cumplido seis meses de la administración del presidente Joseph Biden en un contexto de pandemia Covid-19. En temas de frontera han existido algunos avances y desafíos: una nueva gestión migratoria al problema de la migración de menores no acompañados -cerca de 50 mil detenidos en los últimos cuatro meses-, que ha sido cuestionada por congresistas republicanos y de manera particular por el gobernador de Texas Greg Abbott; una propuesta de desarrollo hacia Centroamérica y promover una política anticorrupción con los países del Triangulo Norte, la cual no goza de un consenso regional; se mantienen el control migratorio en la frontera estadounidense ante el aumento de migrantes (un millón 119 mil, 204 detenidos desde octubre del 2020). Se anunció una política nacional y regional antidrogas, sin mecanismos concretos de vinculación con México y en un contexto de aumento de decomisos – 69 mil lbs de cocaína desde octubre del 2020- de parte de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza. El nuevo gobierno de Biden ha promovido una nueva y activa política ambiental asociada al Acuerdo de Paris. Algunas iniciativas impactaran en la frontera, en especial con opciones de financiamiento de proyectos de infraestructura a través del Banco de Desarrollo de América del Norte. Estas opciones son importantes considerando los déficits de infraestructura en los estados de la frontera norte. A un año del T-MEC, la dinámica comercial se mantiene, según las cadenas de valor. México representa el 14.8 por ciento del mercado comercial estadounidense, según cifras de la Oficina del Censo de Estados Unidos. Existen algunas demandas laborales, que se han sido parte de las discusiones entre las representantes comerciales de América del Norte. Igualmente existe preocupación de congresistas estadounidenses sobre los cambios en la legislación energética nacional, que afectan la equidad en las inversiones en el marco del T-MEC. Se ha promovido una amplia política de vacunación en los estados de la frontera sur que ha cubierto a cerca del 60 % de personas con dosis completas. Como se puede apreciar esta agenda diversa del gobierno del presidente Biden refleja avances, pero también problemas y retos para promover una eficaz gobernabilidad y gobernanza en la frontera México-Estados Unidos

No obstante los avances en la vacunación en ambos lados de la frontera, se mantendrá cerrada otro mes (21 agosto 2021) para los mexicanos y extranjeros con visa estadounidense que pretendan cruzar vía terrestre hacia los Estados Unidos. El criterio fundamental fue según el Departamento de Seguridad Nacional para disminuir la propagación de COVID-19, incluida la variante Delta. No obstante, los avances de la vacunación en ambos lados de la frontera norte. En cambio, Canadá, anunció que reabrirá sus fronteras el 9 de agosto para los estadunidenses completamente vacunados contra COVID-19, y que el 7 de septiembre hará lo propio para el resto del mundo.

Desde marzo del año 2020 la frontera mexicana con los Estados Unidos ha estado cerrada, con lo cual suman 17 meses de exclusión del cruce para los mexicanos. Los estadounidenses no podrían cruzar, porque los turistas no son esenciales, según el Acuerdo Binacional en la Frontera para Combatir el Coronavirus. Sin embargo, no ha existido un control del cruce en términos de protocolos sanitarios y de evaluación del impacto de la pandemia en dichos turistas, al igual que en los trabajadores transmigrantes -cerca de 200 mil - que todos los días cruzan a Estados Unidos a laborar.

El cierre de la frontera es un hecho histórico en la relación bilateral y a un año de haberse suscrito el acuerdo comercial T-MEC. Sin embargo, un ganador del cierre fronterizo ha sido el sector comercial y de servicios de la frontera norte mexicana. Sus ventas han aumentado -se han retenido cerca de 30 mil millones de pesos en los últimos 14 meses- (Milenio, 5 julio 2021), y en lo general el sector comercial fronterizo mexicano ha respondido de manera eficaz y responsable en un contexto de pandemia y post pandemia.

El argumento central a exponer es que dicha frontera debió haberse gestionado con base de la eficaz experiencia de la Frontera del Siglo XXI: fortalecer eficaces controles antiterroristas sin restringir cruces de personas, autos y mercancías. El próximo 11 septiembre se cumplirán 20 años de los atentados terroristas del año 2001 en Nueva York y el modelo de gobernanza transfronterizo y binacional ha sido exitoso. Para tal efecto, la innovación tecnológica o enfoque de “Smart Border” ha sido fundamental para lograr equilibrar ambas prioridades.

Esta exitosa experiencia de gobernanza pudo haberse adaptado en el sentido de fortalecer eficaces mecanismos de cooperación transfronteriza sanitaria y una apertura gradual a los residentes fronterizos mexicanos, con base de una eficaz estrategia reactiva, preventiva y estratégica con un enfoque epidemiológico, de salud pública y de seguridad muldimensional. Por ejemplo, se pudieron haber solicitado a quienes tienen tarjeta Sentri (Smard Card) una prueba PCR o prueba de antígenos, tanto a mexicanos como estadounidenses. También la vacuna puede ser una estrategia para promover una movilidad inteligente en un contexto de pandemia. La posibilidad de que Estados Unidos no permita el ingreso a su país de quienes se vacunaron con vacunas asiáticas o rusas, como lo hizo Canadá recientemente, no excluye que se puedan aplicar las pruebas mencionadas a quienes pretenden ingresar a Estados Unidos.

En suma, la exitosa vacunación en los estados de la frontera sur estadounidense y la donación de vacunas a residentes fronterizos mexicanos bajo
el presidente Biden, refleja un cambio sustancial con respecto a la administración del ex presidente Trump. Sin embargo, el papel de Xavier Becerra, Secretario de Salud y Servicios Humanos y de origen mexicano, tiene el reto de avanzar hacia un modelo de coordinación similar a la pandemia de gripe H1N1 en año 1998.

Es de destacar que sigue predominando el criterio de seguridad nacional establecido por el Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), en el sentido de expulsar de manera inmediata a los migrantes para evitar riesgos a la salud. No obstante, la existencia de diferentes mecanismos transfronterizos en materia de salud. Es contradictorio que se sigan expulsando a miles de migrantes irregulares, sin protocolos sanitarios y sin la posibilidad de solicitar asilo, al amparo del Título 42 de la ley de seguridad nacional establecida por el CDC. Dicha orden ha sido revisada y renovada cada 90 días. Desde octubre de 2020, se estima que más de 752,000 inmigrantes han sido expulsados del país bajo dicho Título 42, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza. Esta política tendría un enfoque político en el sentido de hacer ver a los congresistas republicanos que se mantiene un control fronterizo, en el marco de la propuesta de la reforma inmigratoria planteada por el gobierno demócrata.

A seis meses de la nueva administración del presidente Biden, se considera relevante fortalecer un eficaz modelo de gobernanza multinivel e integral para promover una frontera segura en términos de una efectiva gestión simultanea de las agendas de salud, migración, seguridad, comercio, tecnología, ambiente e inclusión social.

Se han cumplido seis meses de la administración del presidente Joseph Biden en un contexto de pandemia Covid-19. En temas de frontera han existido algunos avances y desafíos: una nueva gestión migratoria al problema de la migración de menores no acompañados -cerca de 50 mil detenidos en los últimos cuatro meses-, que ha sido cuestionada por congresistas republicanos y de manera particular por el gobernador de Texas Greg Abbott; una propuesta de desarrollo hacia Centroamérica y promover una política anticorrupción con los países del Triangulo Norte, la cual no goza de un consenso regional; se mantienen el control migratorio en la frontera estadounidense ante el aumento de migrantes (un millón 119 mil, 204 detenidos desde octubre del 2020). Se anunció una política nacional y regional antidrogas, sin mecanismos concretos de vinculación con México y en un contexto de aumento de decomisos – 69 mil lbs de cocaína desde octubre del 2020- de parte de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza. El nuevo gobierno de Biden ha promovido una nueva y activa política ambiental asociada al Acuerdo de Paris. Algunas iniciativas impactaran en la frontera, en especial con opciones de financiamiento de proyectos de infraestructura a través del Banco de Desarrollo de América del Norte. Estas opciones son importantes considerando los déficits de infraestructura en los estados de la frontera norte. A un año del T-MEC, la dinámica comercial se mantiene, según las cadenas de valor. México representa el 14.8 por ciento del mercado comercial estadounidense, según cifras de la Oficina del Censo de Estados Unidos. Existen algunas demandas laborales, que se han sido parte de las discusiones entre las representantes comerciales de América del Norte. Igualmente existe preocupación de congresistas estadounidenses sobre los cambios en la legislación energética nacional, que afectan la equidad en las inversiones en el marco del T-MEC. Se ha promovido una amplia política de vacunación en los estados de la frontera sur que ha cubierto a cerca del 60 % de personas con dosis completas. Como se puede apreciar esta agenda diversa del gobierno del presidente Biden refleja avances, pero también problemas y retos para promover una eficaz gobernabilidad y gobernanza en la frontera México-Estados Unidos

No obstante los avances en la vacunación en ambos lados de la frontera, se mantendrá cerrada otro mes (21 agosto 2021) para los mexicanos y extranjeros con visa estadounidense que pretendan cruzar vía terrestre hacia los Estados Unidos. El criterio fundamental fue según el Departamento de Seguridad Nacional para disminuir la propagación de COVID-19, incluida la variante Delta. No obstante, los avances de la vacunación en ambos lados de la frontera norte. En cambio, Canadá, anunció que reabrirá sus fronteras el 9 de agosto para los estadunidenses completamente vacunados contra COVID-19, y que el 7 de septiembre hará lo propio para el resto del mundo.

Desde marzo del año 2020 la frontera mexicana con los Estados Unidos ha estado cerrada, con lo cual suman 17 meses de exclusión del cruce para los mexicanos. Los estadounidenses no podrían cruzar, porque los turistas no son esenciales, según el Acuerdo Binacional en la Frontera para Combatir el Coronavirus. Sin embargo, no ha existido un control del cruce en términos de protocolos sanitarios y de evaluación del impacto de la pandemia en dichos turistas, al igual que en los trabajadores transmigrantes -cerca de 200 mil - que todos los días cruzan a Estados Unidos a laborar.

El cierre de la frontera es un hecho histórico en la relación bilateral y a un año de haberse suscrito el acuerdo comercial T-MEC. Sin embargo, un ganador del cierre fronterizo ha sido el sector comercial y de servicios de la frontera norte mexicana. Sus ventas han aumentado -se han retenido cerca de 30 mil millones de pesos en los últimos 14 meses- (Milenio, 5 julio 2021), y en lo general el sector comercial fronterizo mexicano ha respondido de manera eficaz y responsable en un contexto de pandemia y post pandemia.

El argumento central a exponer es que dicha frontera debió haberse gestionado con base de la eficaz experiencia de la Frontera del Siglo XXI: fortalecer eficaces controles antiterroristas sin restringir cruces de personas, autos y mercancías. El próximo 11 septiembre se cumplirán 20 años de los atentados terroristas del año 2001 en Nueva York y el modelo de gobernanza transfronterizo y binacional ha sido exitoso. Para tal efecto, la innovación tecnológica o enfoque de “Smart Border” ha sido fundamental para lograr equilibrar ambas prioridades.

Esta exitosa experiencia de gobernanza pudo haberse adaptado en el sentido de fortalecer eficaces mecanismos de cooperación transfronteriza sanitaria y una apertura gradual a los residentes fronterizos mexicanos, con base de una eficaz estrategia reactiva, preventiva y estratégica con un enfoque epidemiológico, de salud pública y de seguridad muldimensional. Por ejemplo, se pudieron haber solicitado a quienes tienen tarjeta Sentri (Smard Card) una prueba PCR o prueba de antígenos, tanto a mexicanos como estadounidenses. También la vacuna puede ser una estrategia para promover una movilidad inteligente en un contexto de pandemia. La posibilidad de que Estados Unidos no permita el ingreso a su país de quienes se vacunaron con vacunas asiáticas o rusas, como lo hizo Canadá recientemente, no excluye que se puedan aplicar las pruebas mencionadas a quienes pretenden ingresar a Estados Unidos.

En suma, la exitosa vacunación en los estados de la frontera sur estadounidense y la donación de vacunas a residentes fronterizos mexicanos bajo
el presidente Biden, refleja un cambio sustancial con respecto a la administración del ex presidente Trump. Sin embargo, el papel de Xavier Becerra, Secretario de Salud y Servicios Humanos y de origen mexicano, tiene el reto de avanzar hacia un modelo de coordinación similar a la pandemia de gripe H1N1 en año 1998.

Es de destacar que sigue predominando el criterio de seguridad nacional establecido por el Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), en el sentido de expulsar de manera inmediata a los migrantes para evitar riesgos a la salud. No obstante, la existencia de diferentes mecanismos transfronterizos en materia de salud. Es contradictorio que se sigan expulsando a miles de migrantes irregulares, sin protocolos sanitarios y sin la posibilidad de solicitar asilo, al amparo del Título 42 de la ley de seguridad nacional establecida por el CDC. Dicha orden ha sido revisada y renovada cada 90 días. Desde octubre de 2020, se estima que más de 752,000 inmigrantes han sido expulsados del país bajo dicho Título 42, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza. Esta política tendría un enfoque político en el sentido de hacer ver a los congresistas republicanos que se mantiene un control fronterizo, en el marco de la propuesta de la reforma inmigratoria planteada por el gobierno demócrata.

A seis meses de la nueva administración del presidente Biden, se considera relevante fortalecer un eficaz modelo de gobernanza multinivel e integral para promover una frontera segura en términos de una efectiva gestión simultanea de las agendas de salud, migración, seguridad, comercio, tecnología, ambiente e inclusión social.