/ jueves 23 de diciembre de 2021

Desde la tribuna | ¿La necesidad o necedad de jugársela en cuarta oportunidad?

En la NFL de hoy en día es algo muy normal ver a un equipo, independientemente de la situación en la que se encuentre, de la posición de campo que tenga, intentar llegar a la marca del primero y diez en lugar de despejar la pelota o de patear un gol de campo.

También es cierto que, hoy en día, el deporte en general se rige por la ley de las probabilidades, los porcentajes y las famosas analíticas.

El porcentaje de conseguir una primera oportunidad para continuar con una serie ofensiva o anotar, termina siendo mucho más alto que el de convertir una patada larga. Eso hace que los entrenadores decidan controlar su destino con la ejecución de su ofensiva en lugar de su pateador, por más bueno que sea.

Eso se vio en el juego de la noche de jueves entre Chargers y Chiefs, por mencionar solamente uno.

El entrenador en jefe del equipo del rayo, Brandon Staley, es de los coaches que más prefiere “jugársela” que patear. El juego ante Kansas City se encontraba apenas en el inicio del último cuarto, cuando ya había optado por mantener a Justin Herbert y compañía en el terreno de juego para una cuarta oportunidad en cinco ocasiones.

Ya de la ejecución hablamos después, más allá de la ley de las probabilidades.

En el futbol americano de antes, pero de muy muy antes, era normal porque se practicaba un deporte que era primordialmente regido por el juego terrestre. La AFL cambió mucho eso y, por ende, el ver en más ocasiones a los equipos estar en el terreno por cuatro downs.

Pero conforme pasaron los años, el deporte se volvió hasta cierto punto conservador, inclusive en cuartas oportunidades y corto.

Era algo poco común de ver, no raro pero era solamente en obvias situaciones en las que ocurría o tal vez para sorprender, mandar un mensaje. Y ya.

De unos años para acá, la mayoría de los equipos lo hacen por diseño, siguiendo el “librito” de hoy y ha sorprendido, tal vez para bien pero no todo es miel sobre hojuelas.

Si la ejecución no es la correcta pero se mantiene la fidelidad al sistema, los resultados no necesariamente obedecerán a la ley de las probabilidades, como se vio en el juego del jueves, más allá de resultado final.

¿Hay manera de evitarlo? No. ¿Desaparecerán los pateadores? Tampoco pero su rol se verá disminuido y podría afectar a su salario, en la forma en que terminarán siendo compensados por sus labores porque serán menos requeridos.

En general, los pateadores no se usan como antes, son pocos los que de verdad son necesitados como deberían. Y, ahora, se les exige como siempre ha sido, para patear bien porque es su único trabajo pero, ¿qué tanto ritmo pueden obtener si no tienen tantas oportunidades en un juego?

Sólo el tiempo esclarecerá algunas dudas pero siempre se tendrán entrenadores chapados a la antigua, que reciban las enseñanzas de los mejores. Porque de la vieja escuela quedan pocos y ahora los jóvenes han generado una nueva forma de entrenar que también es muy buen, pero se debería encontrar un balance y sacarle provecho a todo, ¿no creen?

En la NFL de hoy en día es algo muy normal ver a un equipo, independientemente de la situación en la que se encuentre, de la posición de campo que tenga, intentar llegar a la marca del primero y diez en lugar de despejar la pelota o de patear un gol de campo.

También es cierto que, hoy en día, el deporte en general se rige por la ley de las probabilidades, los porcentajes y las famosas analíticas.

El porcentaje de conseguir una primera oportunidad para continuar con una serie ofensiva o anotar, termina siendo mucho más alto que el de convertir una patada larga. Eso hace que los entrenadores decidan controlar su destino con la ejecución de su ofensiva en lugar de su pateador, por más bueno que sea.

Eso se vio en el juego de la noche de jueves entre Chargers y Chiefs, por mencionar solamente uno.

El entrenador en jefe del equipo del rayo, Brandon Staley, es de los coaches que más prefiere “jugársela” que patear. El juego ante Kansas City se encontraba apenas en el inicio del último cuarto, cuando ya había optado por mantener a Justin Herbert y compañía en el terreno de juego para una cuarta oportunidad en cinco ocasiones.

Ya de la ejecución hablamos después, más allá de la ley de las probabilidades.

En el futbol americano de antes, pero de muy muy antes, era normal porque se practicaba un deporte que era primordialmente regido por el juego terrestre. La AFL cambió mucho eso y, por ende, el ver en más ocasiones a los equipos estar en el terreno por cuatro downs.

Pero conforme pasaron los años, el deporte se volvió hasta cierto punto conservador, inclusive en cuartas oportunidades y corto.

Era algo poco común de ver, no raro pero era solamente en obvias situaciones en las que ocurría o tal vez para sorprender, mandar un mensaje. Y ya.

De unos años para acá, la mayoría de los equipos lo hacen por diseño, siguiendo el “librito” de hoy y ha sorprendido, tal vez para bien pero no todo es miel sobre hojuelas.

Si la ejecución no es la correcta pero se mantiene la fidelidad al sistema, los resultados no necesariamente obedecerán a la ley de las probabilidades, como se vio en el juego del jueves, más allá de resultado final.

¿Hay manera de evitarlo? No. ¿Desaparecerán los pateadores? Tampoco pero su rol se verá disminuido y podría afectar a su salario, en la forma en que terminarán siendo compensados por sus labores porque serán menos requeridos.

En general, los pateadores no se usan como antes, son pocos los que de verdad son necesitados como deberían. Y, ahora, se les exige como siempre ha sido, para patear bien porque es su único trabajo pero, ¿qué tanto ritmo pueden obtener si no tienen tantas oportunidades en un juego?

Sólo el tiempo esclarecerá algunas dudas pero siempre se tendrán entrenadores chapados a la antigua, que reciban las enseñanzas de los mejores. Porque de la vieja escuela quedan pocos y ahora los jóvenes han generado una nueva forma de entrenar que también es muy buen, pero se debería encontrar un balance y sacarle provecho a todo, ¿no creen?