/ martes 9 de junio de 2020

Discriminación, racismo e indiferencia multicultural en Estados Unidos

A cerca de 14 días de las manifestaciones en Estados Unidos por el asesinato de Floyd se mantiene la tensión política y social. Se pone en evidencia las fortalezas del sistema político estadounidense en términos de la democracia, la diversidad de expresiones sociopolíticas y el cuestionamiento multicultural de los excesos de fuerza policial, discriminación y racismo contra las minorías, en especial afroamericanos. Incluso las opiniones críticas de los generales James Mattis y Colin Powell hacia el presidente Trump reflejan la diversidad de opiniones que son propias de la democracia estadounidense y deseable en algunos países en desarrollo, que han optado por militarizar sus políticas de seguridad. El argumento del exsecretario de Defensa James Mattis es contundente: “Nunca soñé que las tropas que hicieran el mismo juramento se les ordenara bajo ninguna circunstancia violar los derechos constitucionales de sus conciudadanos”. Esta expresión refleja la relevancia de las restricciones constitucionales del uso del ejército en tareas civiles y que no cuenten con el aval de los gobernadores.

Otra paradoja de las movilizaciones en Estados Unidos es el hecho de que los tradicionales excesos de agentes fronterizos y muertes de migrantes irregulares en Estados Unidos no han generado movilizaciones similares, incluso de la propia población de origen mexicano. No obstante la relevancia social y laboral de nuestra población en el país vecino. Para la historia quedaron los 8 mexicanos asesinados de un total de 22 víctimas mortales del tiroteo de El Paso, TX a principios de agosto del año pasado.

Dicha masacre está considerada como una de las más importantes en Estados Unidos. Patrick Wood Crusius el asesino confeso, al parecer dejo un manifiesto racista antes de matar a 22 personas y herir a otras 24. Las autoridades apuntan a que el asesino colgó en Internet un texto que hablaba de una “invasión hispana de Texas” y planteaba: “Si podemos deshacernos de suficientes personas, nuestra forma de vida puede ser más sostenible” (sic). (El País, 8 agosto 2019) No obstante, este lamentable suceso, no hubo movilizaciones multiculturales, ni por el resto de estadunidenses que fallecen anualmente por el uso desmedido de armas de fuego.

Sin duda las manifestaciones por el asesinato del señor Floyd reflejan un alto nivel de conciencia multicultural no visto desde los años sesenta. Ojala que este contexto fuera propicio para mejorar las relaciones sociales, étnicas y culturales entre la población blanca y afro con la comunidad mexicana tanto regular e irregular, considerando el enorme aporte de nuestra comunidad en Estados Unidos y sobre todo en la actual pandemia. En especial porque en la actual coyuntura la actividad agrícola dependió en gran medida de la recolección de los migrantes mexicanos.

A cerca de 14 días de las manifestaciones en Estados Unidos por el asesinato de Floyd se mantiene la tensión política y social. Se pone en evidencia las fortalezas del sistema político estadounidense en términos de la democracia, la diversidad de expresiones sociopolíticas y el cuestionamiento multicultural de los excesos de fuerza policial, discriminación y racismo contra las minorías, en especial afroamericanos. Incluso las opiniones críticas de los generales James Mattis y Colin Powell hacia el presidente Trump reflejan la diversidad de opiniones que son propias de la democracia estadounidense y deseable en algunos países en desarrollo, que han optado por militarizar sus políticas de seguridad. El argumento del exsecretario de Defensa James Mattis es contundente: “Nunca soñé que las tropas que hicieran el mismo juramento se les ordenara bajo ninguna circunstancia violar los derechos constitucionales de sus conciudadanos”. Esta expresión refleja la relevancia de las restricciones constitucionales del uso del ejército en tareas civiles y que no cuenten con el aval de los gobernadores.

Otra paradoja de las movilizaciones en Estados Unidos es el hecho de que los tradicionales excesos de agentes fronterizos y muertes de migrantes irregulares en Estados Unidos no han generado movilizaciones similares, incluso de la propia población de origen mexicano. No obstante la relevancia social y laboral de nuestra población en el país vecino. Para la historia quedaron los 8 mexicanos asesinados de un total de 22 víctimas mortales del tiroteo de El Paso, TX a principios de agosto del año pasado.

Dicha masacre está considerada como una de las más importantes en Estados Unidos. Patrick Wood Crusius el asesino confeso, al parecer dejo un manifiesto racista antes de matar a 22 personas y herir a otras 24. Las autoridades apuntan a que el asesino colgó en Internet un texto que hablaba de una “invasión hispana de Texas” y planteaba: “Si podemos deshacernos de suficientes personas, nuestra forma de vida puede ser más sostenible” (sic). (El País, 8 agosto 2019) No obstante, este lamentable suceso, no hubo movilizaciones multiculturales, ni por el resto de estadunidenses que fallecen anualmente por el uso desmedido de armas de fuego.

Sin duda las manifestaciones por el asesinato del señor Floyd reflejan un alto nivel de conciencia multicultural no visto desde los años sesenta. Ojala que este contexto fuera propicio para mejorar las relaciones sociales, étnicas y culturales entre la población blanca y afro con la comunidad mexicana tanto regular e irregular, considerando el enorme aporte de nuestra comunidad en Estados Unidos y sobre todo en la actual pandemia. En especial porque en la actual coyuntura la actividad agrícola dependió en gran medida de la recolección de los migrantes mexicanos.