/ lunes 26 de febrero de 2018

El Poder

Periodista de los pies a la cabeza, Consuelo Lozano de Avalos era la corresponsal de Excelsior en Tijuana, por los años setentas y ochentas de la pasada centuria, una mujer que vivía el periodismo como un apostolado, siempre en busca de la noticia las 24 horas del día.

De su casa ubicada por la avenida F, a unos pasos del parque Teniente Miguel Guerrero, salía manejando su vehículo Pacer, muy temprano, para realizar sus entrevistas, cubrir las fuentes del Palacio Municipal de la calle Segunda, lo mismo que las reuniones-desayunos del Club Campestre, hoteles y restaurantes de la ciudad.

Fue de las primeras mujeres periodistas que conocimos en aquella época, y nunca olvidaremos la anécdota que contara el profesor Nicolás Armenta López (Nicarlo), sobre Consuelito, que la describe en su justa dimensión.

Sucede que en la mesa cafetera del hotel Palacio Azteca, donde se juntaban los periodistas a desayunar y tomar café, llega la mujer menudita y de labios bien pintados, buscando a Nicarlo y a Juan Manuel Martínez Pérez, reconocidos cronistas deportivos.

Porque de la redacción central de Excelsior, al enfermar el reportero de deportes, le habían pedido que cubriera la pelea del llamado Zurdo de Oro, Vicente Saldívar, contra el japonés Kuniaki Shibata en El Toreo de Tijuana.

Yo no sé nada de box y vengo a que me enseñen ustedes muchachos, les decía Chelito a Nicarlo y Juan Manuel. Está difícil que aprendas de la noche a la mañana, pero te apoyamos, le contestaron los colegas.

Total que tras la clase se traslada al Gimnasio Silvestre donde le impiden entrevistar al Campeón Mundial Pluma, Vicente Saldívar, que porque estaba en el vapor y no podía verlo siendo una dama, en cambio en el Auditorio Municipal el japonesito Shibata la atendió y le dio la nota.

"Saldívar perderá frente a Shibata; la Corona se va a Japón", tituló Excelsior la nota de su corresponsal que reportaba nerviosismo en el campamento del campeón mexicano y un desbordante optimismo del equipo del retador.

De inmediato Nicarlo y Juan Manuel le hicieron ver lo aventurado que a ellos les pareció la información, ante la seguridad de Consuelo Lozano de Avalos, que por su olfato periodístico, atinó en su pronóstico, pues a la postre, en la plaza El Toreo se escribió una noche triste para el boxeo mexicano, al destronar Kuniaki Shibata a Vicente Saldívar.


LA POLITICA ES ASI


Falsos redentores tratan de llevar agua a su molino en este año electoral, pues son lobos con piel de oveja que se presentan ante la gente que atraviesa por momentos complicados, a tal grado que por su desesperación puede agarrarse de un clavo ardiendo, y de muestra el botón de Iván Riebeling, extraño personaje investigado por la DEA en Estados Unidos, y que sorprende incautos con sus nombramientos de organizaciones nacionales, internacionales y bueno, no sería raro, que hasta inter-planetarias.

Periodista de los pies a la cabeza, Consuelo Lozano de Avalos era la corresponsal de Excelsior en Tijuana, por los años setentas y ochentas de la pasada centuria, una mujer que vivía el periodismo como un apostolado, siempre en busca de la noticia las 24 horas del día.

De su casa ubicada por la avenida F, a unos pasos del parque Teniente Miguel Guerrero, salía manejando su vehículo Pacer, muy temprano, para realizar sus entrevistas, cubrir las fuentes del Palacio Municipal de la calle Segunda, lo mismo que las reuniones-desayunos del Club Campestre, hoteles y restaurantes de la ciudad.

Fue de las primeras mujeres periodistas que conocimos en aquella época, y nunca olvidaremos la anécdota que contara el profesor Nicolás Armenta López (Nicarlo), sobre Consuelito, que la describe en su justa dimensión.

Sucede que en la mesa cafetera del hotel Palacio Azteca, donde se juntaban los periodistas a desayunar y tomar café, llega la mujer menudita y de labios bien pintados, buscando a Nicarlo y a Juan Manuel Martínez Pérez, reconocidos cronistas deportivos.

Porque de la redacción central de Excelsior, al enfermar el reportero de deportes, le habían pedido que cubriera la pelea del llamado Zurdo de Oro, Vicente Saldívar, contra el japonés Kuniaki Shibata en El Toreo de Tijuana.

Yo no sé nada de box y vengo a que me enseñen ustedes muchachos, les decía Chelito a Nicarlo y Juan Manuel. Está difícil que aprendas de la noche a la mañana, pero te apoyamos, le contestaron los colegas.

Total que tras la clase se traslada al Gimnasio Silvestre donde le impiden entrevistar al Campeón Mundial Pluma, Vicente Saldívar, que porque estaba en el vapor y no podía verlo siendo una dama, en cambio en el Auditorio Municipal el japonesito Shibata la atendió y le dio la nota.

"Saldívar perderá frente a Shibata; la Corona se va a Japón", tituló Excelsior la nota de su corresponsal que reportaba nerviosismo en el campamento del campeón mexicano y un desbordante optimismo del equipo del retador.

De inmediato Nicarlo y Juan Manuel le hicieron ver lo aventurado que a ellos les pareció la información, ante la seguridad de Consuelo Lozano de Avalos, que por su olfato periodístico, atinó en su pronóstico, pues a la postre, en la plaza El Toreo se escribió una noche triste para el boxeo mexicano, al destronar Kuniaki Shibata a Vicente Saldívar.


LA POLITICA ES ASI


Falsos redentores tratan de llevar agua a su molino en este año electoral, pues son lobos con piel de oveja que se presentan ante la gente que atraviesa por momentos complicados, a tal grado que por su desesperación puede agarrarse de un clavo ardiendo, y de muestra el botón de Iván Riebeling, extraño personaje investigado por la DEA en Estados Unidos, y que sorprende incautos con sus nombramientos de organizaciones nacionales, internacionales y bueno, no sería raro, que hasta inter-planetarias.