El Reshoring y el Nearshoring han sido términos de moda en el mundo del comercio internacional.
El Reshoring es cuando las empresas trasladan la producción o los servicios a su país de origen desde el extranjero, generalmente por razones de control o de costos.
El Nearshoring, por otro lado, consiste en trasladar las operaciones a un país cercano, a menudo uno con el que comparten frontera, para reducir costos y mejorar la logística sin llegar al extremo de la Reshoring.
Donald Trump ha sido un firme defensor de la relocalización de la producción, con el objetivo de traer de vuelta los empleos de manufactura a Estados Unidos mediante aranceles y barreras comerciales.
Durante su presidencia, Trump impuso aranceles a una amplia gama de bienes, con la esperanza de reducir la dependencia de la manufactura extranjera y estimular el crecimiento del empleo interno en los Estados Unidos.
Sin embargo, las investigaciones sugieren que estos aranceles a menudo tuvieron el efecto opuesto, aumentando la dependencia de los proveedores extranjeros y elevando los costos para los consumidores estadounidenses.
El enfoque de Trump contrasta con la estrategia de la administración actual de Biden, que se centra en políticas industriales específicas e incentivos para alentar la inversión del sector privado en la manufactura estadounidense. Si bien ambos enfoques apuntan a fortalecer la manufactura nacional, sus métodos y resultados difieren significativamente.
El Nearshoring en México ha cobrado un impulso significativo recientemente. Muchas empresas están trasladando sus operaciones a México para aprovechar su proximidad con Estados Unidos, los menores costos laborales y los acuerdos comerciales favorables.
Esta tendencia ha provocado un aumento de las inversiones y la construcción de nuevos parques industriales. Por ejemplo, el Parque Industrial Santa Catarina II en Nuevo León ha visto mucha actividad debido a las demandas por el Nearshoring. Además, las empresas francesas han anunciado inversiones por un total de 3 mil millones de dólares en diversos sectores como la energía, la automoción y la salud.
Sin embargo, hay desafíos por abordar, como la necesidad de mejorar la infraestructura, especialmente en materia de energía y logística, para satisfacer la creciente demanda. Garantizar un suministro confiable de electricidad, agua y redes logísticas eficientes es crucial para sostener este crecimiento.