/ jueves 30 de julio de 2020

Expediente Confidencial | 28 de julio, el día más violento del año en BC

En memoria de los 2609 bajacalifornianos que (oficialmente) han perdido la vida debido al Covid-19 y a la ineptitud de las autoridades de salud, federales y estatales. Ayer, Tijuana completó su segunda semana con más contagios de la pandemia: tuvo 329. En Tijuana, mueren 28 de cada 100 enfermos de Covid-19, 14 veces más que en San Diego

El pasado martes, 28 de julio, se registraron 74 homicidios dolosos en México. De esos, 15 fueron en Baja California. El 20%. Uno de cada cinco.

Fue el día más violento para la entidad, en lo que va de 2020, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública

En su streaming matutino, el gobernador Jaime Bonilla incluso dijo que fueron realmente 18 homicidios los que se registraron el martes.

De esos 18, dijo Bonilla, siete fueron en Tijuana y otros siete en Ensenada.

Sin embargo, el presidente municipal, Arturo González, ve otra cosa. Ya en plena campaña para la gubernatura y horas después de lo anunciado, le dijo a la reportera Ana Goryoka, de El Sol de Tijuana: “Vamos en buen camino y vamos avanzando”.

Sic y recontrasic.

Igualmente terrible lo de Ensenada que, hasta junio, llevaba 163 homicidios, la cifra más alta a esas alturas del año, en toda su historia. Ni siquiera durante el desgobierno de Marco Novelo se llegó a tanto.

Y el presidente municipal ensenadense, Armando Ayala, de igual forma, quiere ser gobernador, en su caso, hasta con el propio Bonilla impulsando sus ansias.

El asunto es que, ni González, ni Ayala, han sido capaces de cumplir con la tarea más elemental que tiene un presidente municipal y, en general, cualquier gobernante: darle seguridad a sus ciudadanas y ciudadanos.

Pero bueno, la obsesión por el poder no conoce vergüenza alguna.

OTRA COVIDIOTA: En Xalapa, ha subido a la palestra una mujer que se hace llamar Sussana Ritchie, quien es una “youtuber”.

Un “youtuber” es alguien que, en la mayoría de los casos (hay honrosas excepciones que se cuentan con los dedos de una mano), se trata de alguien sin oficio, ni beneficio, dedicado a la vagancia y a “producir” (es un decir) entretenimiento basuril, que sube a YouTube ¿De qué viven? Pues de personas que les gusta esa basura y ven sus videos, dándoles a ganar dinero (algunos son auténticamente millonarios).

Hasta ahora, el mayor daño que hacían era asesinar las neuronas de sus “fans”. Pero Sussana descendió a un nivel aún más nauseabundo: hizo un video, por las calles de la capital veracruzana, sin cubrebocas, diciendo: “Yo no traigo nada de careta, cubrebocas y todo ese show y no pasa nada”.

Rebuznando al máximo, Sussana publicó también el siguiente post: “¿Un virus tan mortal que tienen que hacerte un test para saber si lo tienes o no?” (sic).

Por supuesto que uno queda estupefacto al imaginar la clase de padres y maestros que tuvo Sussana, para convertirse en la persona que es.

La bronca es que Sussana hace todas esas idioteces y ¿qué ocurre? ¡Que ahí van la inmensa mayoría de medios nacionales a darle cobertura! ¿Usted ha visto que hagan lo mismo con una estudiante destacada, con una madre que haya sacado adelante a sus hijos, con una chica que sea una investigadora destacada? NO.

Y entonces, Sussana se sale con la suya: más hordas de descerebrados correrán a ver su canal. Más “fans”, más dinero y más empoderamiento para ella ¿Ese es el tipo de mujeres a las que deseamos empoderar? ¿Deveras?

Y los millones de covidiotas que andan por el país, sin mascarilla, asesinando a diestra y diestra (CONTAGIAR COVID-19 ES ASESINAR), verán reforzada su conducta.

Entonces, es hora de que exista un poco de ética en los medios para decirle a sus webmasters, a sus community managers, “¿sabes qué? Por muy viral que esté eso, por muchas visitas que nos vaya a dar, ESO NO SE PONE”.

Así como ningún medio serio pondría la foto de un cadáver descuartizado y menos sin filtro, por más que diera un millón de visitas, así debe evitarse darle promoción a esta clase de imbecilidades. Es lo mismo.

Y nosotros mismos, al ver esos canales, contribuimos al envilecimiento de la sociedad. También al dejar que nuestras hijas e hijos los vean, máxime si son niñas o niños ¿En serio es lo que deseamos meter a su cerebro?

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com

En memoria de los 2609 bajacalifornianos que (oficialmente) han perdido la vida debido al Covid-19 y a la ineptitud de las autoridades de salud, federales y estatales. Ayer, Tijuana completó su segunda semana con más contagios de la pandemia: tuvo 329. En Tijuana, mueren 28 de cada 100 enfermos de Covid-19, 14 veces más que en San Diego

El pasado martes, 28 de julio, se registraron 74 homicidios dolosos en México. De esos, 15 fueron en Baja California. El 20%. Uno de cada cinco.

Fue el día más violento para la entidad, en lo que va de 2020, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública

En su streaming matutino, el gobernador Jaime Bonilla incluso dijo que fueron realmente 18 homicidios los que se registraron el martes.

De esos 18, dijo Bonilla, siete fueron en Tijuana y otros siete en Ensenada.

Sin embargo, el presidente municipal, Arturo González, ve otra cosa. Ya en plena campaña para la gubernatura y horas después de lo anunciado, le dijo a la reportera Ana Goryoka, de El Sol de Tijuana: “Vamos en buen camino y vamos avanzando”.

Sic y recontrasic.

Igualmente terrible lo de Ensenada que, hasta junio, llevaba 163 homicidios, la cifra más alta a esas alturas del año, en toda su historia. Ni siquiera durante el desgobierno de Marco Novelo se llegó a tanto.

Y el presidente municipal ensenadense, Armando Ayala, de igual forma, quiere ser gobernador, en su caso, hasta con el propio Bonilla impulsando sus ansias.

El asunto es que, ni González, ni Ayala, han sido capaces de cumplir con la tarea más elemental que tiene un presidente municipal y, en general, cualquier gobernante: darle seguridad a sus ciudadanas y ciudadanos.

Pero bueno, la obsesión por el poder no conoce vergüenza alguna.

OTRA COVIDIOTA: En Xalapa, ha subido a la palestra una mujer que se hace llamar Sussana Ritchie, quien es una “youtuber”.

Un “youtuber” es alguien que, en la mayoría de los casos (hay honrosas excepciones que se cuentan con los dedos de una mano), se trata de alguien sin oficio, ni beneficio, dedicado a la vagancia y a “producir” (es un decir) entretenimiento basuril, que sube a YouTube ¿De qué viven? Pues de personas que les gusta esa basura y ven sus videos, dándoles a ganar dinero (algunos son auténticamente millonarios).

Hasta ahora, el mayor daño que hacían era asesinar las neuronas de sus “fans”. Pero Sussana descendió a un nivel aún más nauseabundo: hizo un video, por las calles de la capital veracruzana, sin cubrebocas, diciendo: “Yo no traigo nada de careta, cubrebocas y todo ese show y no pasa nada”.

Rebuznando al máximo, Sussana publicó también el siguiente post: “¿Un virus tan mortal que tienen que hacerte un test para saber si lo tienes o no?” (sic).

Por supuesto que uno queda estupefacto al imaginar la clase de padres y maestros que tuvo Sussana, para convertirse en la persona que es.

La bronca es que Sussana hace todas esas idioteces y ¿qué ocurre? ¡Que ahí van la inmensa mayoría de medios nacionales a darle cobertura! ¿Usted ha visto que hagan lo mismo con una estudiante destacada, con una madre que haya sacado adelante a sus hijos, con una chica que sea una investigadora destacada? NO.

Y entonces, Sussana se sale con la suya: más hordas de descerebrados correrán a ver su canal. Más “fans”, más dinero y más empoderamiento para ella ¿Ese es el tipo de mujeres a las que deseamos empoderar? ¿Deveras?

Y los millones de covidiotas que andan por el país, sin mascarilla, asesinando a diestra y diestra (CONTAGIAR COVID-19 ES ASESINAR), verán reforzada su conducta.

Entonces, es hora de que exista un poco de ética en los medios para decirle a sus webmasters, a sus community managers, “¿sabes qué? Por muy viral que esté eso, por muchas visitas que nos vaya a dar, ESO NO SE PONE”.

Así como ningún medio serio pondría la foto de un cadáver descuartizado y menos sin filtro, por más que diera un millón de visitas, así debe evitarse darle promoción a esta clase de imbecilidades. Es lo mismo.

Y nosotros mismos, al ver esos canales, contribuimos al envilecimiento de la sociedad. También al dejar que nuestras hijas e hijos los vean, máxime si son niñas o niños ¿En serio es lo que deseamos meter a su cerebro?

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com