Ante los actos TERRORISTAS, porque eso son, ocurridos ayer en Ciudad Juárez, donde siete personas, inocentes, murieron, y otras 15 resultaron heridas, de acuerdo con El Heraldo de Chihuahua, diario de la OEM, no queda más que dedicar este espacio, otra vez, una vez más, a la barbarie salvaje, injustificada, desatada por el narcotráfico.
Yo sé que alguien puede decir que ya no hablamos de otra cosa, pero es que no hay otra cosa ¿Qué hay más grave que eso?
¿O debiéramos estar hablando de esa 'caja china' que es la supuesta cancelación del T-MEC que AMLO anunciaría en pleno 16 de septiembre y que todas y todos sabemos que jamás ocurrirá?
¿O debiéramos ponernos, ya de plano, "progresistamente" banales, y estar hablando del vestido que se mandó a hacer la hija de Petro para su toma de posesión, con el texto de unas cartas que le escribió 'papi'?
Y si usted ya no quiere leer la realidad, pues tocará saltarse este texto hasta donde dice 'FIN', diría el inigualable 'Catón'. Pero lo lamentaremos, porque la realidad un día tocará a su puerta y, entonces, solamente quedará ser un retazo más del poema clásico de Niemöller.
BRUTALIDAD
Entre los siete fallecidos ayer, en Juárez, estaba una mujer embarazada, que había ido a pedir trabajo en una tienda de conveniencia, justo en el momento donde los criminales llegaron a prenderle fuego. Ahí murieron ella y una trabajadora ¿Qué culpa tenían? Ninguna.
Otro caso brutal fue el ocurrido ante una pizzería Little Caesars, que esa horda de malparidos llegaron a rafaguear. Ahí, asesinaron a cuatro trabajadores de una estación de radio ¿Por qué? Nada más porque estaban en el lugar, en ese momento.
Y aquí ya no cabe decir que los fallecidos "estaban en el lugar y momento equivocados". Perdón, pero no. Todas y todos pudimos ser esas personas o podemos serlo mañana.
El narcotráfico y su violencia neandertal ya perdieron todo límite, si es que alguna vez lo tuvieron. Matan embarazadas, niñas, niños, adultos mayores, sacerdotes, médicos. Matan a todo aquel que tenga la mala fortuna de cruzarse en su camino.
Igual mañana usted sale por una pizza, justo en ese momento se le ocurre al narcotráfico hacer uno de sus 'performances' de sangre y pues lo matan. Así, como si fuese una gracia.
Ya no es como que "no te metas a este lugar que es peligroso" o "no andes por la noche". Lo de ayer, como lo de Jalisco hace unos días, fue a plena luz del día, en lugares supuestamente seguros.
Es peor que lo de Ucrania, porque aquí no hay alarmas que digan "ahí vienen los narcos, a esconderse". Tampoco forma de escapar. No para la mayoría. Los pudientes, cuando el fuego llegue a sus terrenos, se largarán, como en 2008-2010 se fueron muchos a San Diego, hablando del caso de Tijuana. El resto, con lumbre o sin lumbre, aquí nos quedaremos y, ahora si, en manos de Dios, porque olvídese de aquel ejército que, en los años del calderonismo, aseguraba en bardas pintadas "llama, nosotros si vamos".
Ahora no vendrá nadie.
El defensor número 1 de todos los mandriles criminales, que está en Los Pinos, amagaba en 2018 con que, si él no ganaba las elecciones, se soltaría el tigre. Bueno, pues ahora sabemos que deseaba ganar para ser él quien lo soltara. Y a todos los que siguen votando por Morena, ni se quejen: ahí está su tigre. Si los mata a ustedes, al menos, se lo ganaron.
P.D.: Por la tarde del viernes, se sumó un niño a las víctimas por los actos terroristas de Chihuahua. Estaba en una de las tiendas de conveniencia atacadas, un Circle K. Fue gravemente herido y en el hospital falleció. Las consecuencias de usar abrazos en vez de balazos y de andar rezando por esos infelices.
FRASE: "Hay que dejar de llamarle crimen organizado, son terroristas". Lo dijo Julián LeBaron, valiente como pocos, hoy, a la OEM.
CONCIERTOS: El periodista Pedro Villa y Caña informa que el gobierno de la CDMX, el de Claudia Sheinbaum, la cada vez más segura futura presidenta, gastó 715 mil pesos en el concierto de Silvio Rodríguez y 3.8 millones de pesos en el de Maldita Vecindad. Dinero público. Dinero de los impuestos. Lo bueno es que son "diferentes" al PRIANRD, que si no, imagínese.
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