Pese a los anuncios triunfalistas y, por supuesto, falaces, del gobierno estatal, en el sentido de que “Baja California será la primera entidad en salir de la pandemia”, la realidad es muy distinta.
La Universidad de Washington, autoridad mundial en predicciones sobre el Covid-19, muestra un futuro sombrío: para el 4 de agosto, Baja California llegaría a 15 mil 909 casos y 2 mil 763 muertos.
Y esa cifra podía quedarse corta: para el 18 de junio, la UW pronosticaba mil 410 muertes. Sin embargo, ya van mil 602.
Es decir, hay que prepararse para lo peor, que será más de lo que la UW dice.
La institución estadounidense advierte que “dichas tendencias” solamente “podrían cambiar” si se aplican “estrategias de contención más fuertes, es decir, pruebas generalizadas, aislamiento basado en casos, y medidas de prevención, por ejemplo, uso de mascarillas, adherirse al distanciamiento físico siempre que sea posible”; en caso contrario, advierte que podrían “potencialmente empeorar, si los sistemas de salud continúan abrumados con pacientes y sin ser detectados”, porque “la transmisión continúa”.
Y eso, por supuesto, no lo hará el gobierno estatal morenista.
Decreta un confinamiento estricto como los de Argentina o El Salvador ¡y se le va su público!
Y ese público es el más ignorante, el que, ante los miles de fenecidos, insiste en que el Covid-19 no existe.
Afortunadamente, la presidenta municipal de Mexicali, Marina del Pilar Ávila Olmeda, no se ha dejado intimidar, ni apantallar, porque el secretario de Desarrollo Sustentable y Turismo, Mario Jesús Escobedo Carignan, ya quería abrir los restaurantes en la capital estatal. Caracho.
Volviendo a lo que dice la UW, advierte que “las proyecciones para agosto sugieren que es probable” ver “tasas crecientes de infecciones estimadas por COVID-19, lo que subraya la necesidad urgente de ampliar las pruebas”.
Cosa que, ya dijimos, el doctor (Alonso) Pérez, secretario de salud estatal, ve innecesario.
Si basta con las llamaditas de call center, donde el gobernador les telefonea a los bajacalifornianos a su celular para preguntarles cómo se sienten de salud. No, pues eso está mucho mejor. Imagínense, ¡qué emoción recibir una llamada del ‘gober’!
En sus cifras, la UW considera que el punto más bajo del COVID-19 en Baja California se observará el próximo 28 de junio, para, enseguida, comenzar un rebrote.
Desde ese día y hasta el 15 de julio, la UW observa 406 nuevos casos, para que, a partir de dicho punto, los contagios aceleren y se tengan mil 940 enfermos más en los siguientes 20 días.
El 16 de julio se viviría el punto más bajo de hospitalizados para luego, con el rebrote, vivir una nueva tensión en la ocupación, que llevará a 109 personas hacia los nosocomios en los siguientes 19 días.
Con 37 fallecidos diarios proyectados para el 4 de agosto, la UW no contempla el regreso a clases para ese momento.
Baja California tendría, para esas fechas, 72 muertes por cada 100 mil habitantes, mientras el país mostraría un promedio de 60 por cada 100 mil.
Pero, dice el doctor (Alonso) Pérez, que “ya vamos de salida”.
Ajá.
PROYECCIONES FALLIDAS: El secretario Pérez había proyectado, en una conferencia de prensa llevada a cabo en abril, que Baja California tendría 1,400 pacientes hospitalizados. Y hasta ayer, iban 3,324. También dijo que habría 500 muertos y, como ya dijimos, suman mil 602. Todo completamente bajo control.
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