/ viernes 27 de noviembre de 2020

Expediente Confidencial | Dos años en el desastre, con Andrés Manuel

En memoria de las y los 4246 bajacalifornianas y bajacalifornianos que (oficialmente) han perdido la vida debido al Covid-19, pero, sobre todo, a la INCAPACIDAD de los gobiernos. Dedicado este texto también a todo el personal sanitario que se la está jugando, a diario. Y recordando que en TIJUANA MUEREN 22 DE CADA 100 ENFERMOS DE Covid-19, EN SAN DIEGO MUERE UNO DE CADA 100


El martes próximo, Andrés Manuel López Obrador, que se la pasará casi todo el fin de semana en Baja California, cumplirá dos años de gobierno.

Han sido dos años desastrosos.

¿Qué tan desastrosos? Veamos los números fríos, objetivos, procedentes de fuentes cuya credibilidad está más allá de toda duda:

PIB

2018: +2.1%

2019: -0.1%

2020: -9.0%*

Fuente: Banxico

*proyección Bloomberg

Homicidios

2018: 33 mil 743

2019: 35 mil 588

Fuente: SESNSP

Muertos por Covid-19

Estados Unidos, 263 mil 462

Brasil, 171 mil 460

India, 135 mil 715

México, 104 mil 242

Fuente: Johns Hopkins University

En síntesis, con López Obrador no ha crecido ni medio punto del PIB, hay más homicidios que con Peña y ahora, aparte, existen más de 100 mil muertos por la pésima gestión que ha efectuado en la pandemia de Covid-19, que mereció, hace unos días, que Bloomberg nombrara a México como el peor lugar para estar durante la catástrofe del coronavirus

No hay pretextos para tanta incompetencia. En marzo, cuando desde Italia e Irán ya llegaban noticias de qué tan feroz era el coronavirus, Andrés Manuel salió con su tarugada del “detente”. Respecto al aumento en los homicidios, es el reflejo de un presidente que liberó a un narcotraficante, Ovidio Guzmán, que ya había sido capturado, se disculpa con el padre de este, Joaquín Guzmán, un criminal inmisericorde y sin atenuantes, por llamarle “Chapo”, y acude a saludar a la madre de este último y abuela del primero, hasta su camioneta, para que no se tenga ni que bajar. Respecto al PIB, la pandemia no es pretexto para tan pronunciada caída: Se prevé que Egipto, con todo y coronavirus, crezca 3.5% ¡Egipto! Para que no digan luego que nos comparamos con Suecia y Finlandia

López Obrador hizo buenas todas las advertencias de sus opositores, en el sentido de que era un peligro para México. Su gobierno lo confirma.

Ha sido un peligro no tanto en cuanto a instrumentar una deriva castrochavista, como se alertaba hace seis años, sino en su enorme incompetencia y carencia de liderazgo. Da pena como mandatario. Hasta Bolsonaro se ve más líder, más fuerte, más presidente que él.

Ahora puede verse que López Obrador no fue un buen jefe de gobierno en la Ciudad de México, sino que hubo circunstancias que disfrazaron su mediocridad. Primero, lo que heredó. Cuauhtémoc Cárdenas le dio un automóvil que caminaba y tenía suficiente gasolina, por decirlo analógicamente. En cambio, Peña le entregó un vehículo atascado en el lodo. Cárdenas le dejó a López Obrador una ciudad que servía. Peña le dejó un país que no servía. Pero resulta que un buen gobernante es aquel que con una pésima arcilla crea la mayor obra de arte. A Reagan y Thatcher, los dos más grandes gobernantes de los últimos 50 años, les dejaron a sus países hechos guiñapos. Y ellos los devolvieron a la grandeza. En cambio, López Obrador solamente ha hundido más el barco.

Además, como jefe de gobierno, López Obrador tuvo abierta la chequera de su compadre, Carlos Slim, para acometer su obra más lucidora: la remodelación del Centro Histórico. Ahora, López Obrador no tiene ningún mecenas detrás y, peor aún, la única intervención de Slim en su gobierno, que ha sido para traer la vacuna de AstraZeneca contra el Covid-19, está resultando pésima, pues dicha inoculación está empantanada, mientras Estados Unidos ya habla de iniciar su campaña de vacunación para el 12 de diciembre.

Otro punto importante es que López Obrador llegó ya muy deteriorado física y mentalmente a la presidencia. Ya no tiene agilidad, ni motora, ni cerebral. No es un tema de la edad, sino del descuido que hizo de su persona. Los presidentes actuales son, cada vez más, hombres de la tercera edad, pero López Obrador, con 67, se ve peor que Sebastián Piñera, de 70, Donald Trump, de 74, e incluso que Joe Biden, de 78. Ni compararlo con Recep Tayyip Erdoğan, agilísimo mentalmente con 66, ni mucho menos con Bolsonaro, de 65, o con Vladimir Putin, de 68, quienes se ven fuertes como roble. Por eso, mientras todos ellos dan discursos enérgicos y lucen como auténticos líderes, López Obrador dice cosas como “ahí están las masacres, je, je, je”, o saca sus amuletos para “luchar” contra el coronavirus. Cuestiones que llevan a reflexionar si no tiene un trastorno neurocognitivo mayor, en cuyo caso estaría incapacitado para gobernar. Los únicos que pueden decir, con orgullo, “ese es mi presidente”, son los políticos morenistas, que se han convertido en los nuevos ricos del país, en una casta tan sinvergüenza como la del ‘PRIAN’, que ellos criticaban cuando eran opositores.

OPERACIÓN TAPARRABOS: Inocultable el desastre que fue apostarle a la vacuna de AstraZeneca, a Slim y al gobierno lopezobradorista no les ha quedado de otra más que ejecutar la viejísima ‘operación taparrabos’. Ayer, Marcelito retuiteó un mensaje de Ursula von der Leyen, donde anunciaba que la Unión Europea está lista para empezar sus campañas de vacunación en diciembre. Marcelito dijo “México también”. ¡Claro! ¿Y con qué vacuna, Marcelito, paniaguado y sin brillo? ¡Si la de AstraZeneca no está lista! Y el millón de dosis que le compraron a Pfizer, no alcanzará ni para los vulnerables, y a ver cuándo llega.

P.D.: Si algo nos pasa, es que quieren callarnos

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com

En memoria de las y los 4246 bajacalifornianas y bajacalifornianos que (oficialmente) han perdido la vida debido al Covid-19, pero, sobre todo, a la INCAPACIDAD de los gobiernos. Dedicado este texto también a todo el personal sanitario que se la está jugando, a diario. Y recordando que en TIJUANA MUEREN 22 DE CADA 100 ENFERMOS DE Covid-19, EN SAN DIEGO MUERE UNO DE CADA 100


El martes próximo, Andrés Manuel López Obrador, que se la pasará casi todo el fin de semana en Baja California, cumplirá dos años de gobierno.

Han sido dos años desastrosos.

¿Qué tan desastrosos? Veamos los números fríos, objetivos, procedentes de fuentes cuya credibilidad está más allá de toda duda:

PIB

2018: +2.1%

2019: -0.1%

2020: -9.0%*

Fuente: Banxico

*proyección Bloomberg

Homicidios

2018: 33 mil 743

2019: 35 mil 588

Fuente: SESNSP

Muertos por Covid-19

Estados Unidos, 263 mil 462

Brasil, 171 mil 460

India, 135 mil 715

México, 104 mil 242

Fuente: Johns Hopkins University

En síntesis, con López Obrador no ha crecido ni medio punto del PIB, hay más homicidios que con Peña y ahora, aparte, existen más de 100 mil muertos por la pésima gestión que ha efectuado en la pandemia de Covid-19, que mereció, hace unos días, que Bloomberg nombrara a México como el peor lugar para estar durante la catástrofe del coronavirus

No hay pretextos para tanta incompetencia. En marzo, cuando desde Italia e Irán ya llegaban noticias de qué tan feroz era el coronavirus, Andrés Manuel salió con su tarugada del “detente”. Respecto al aumento en los homicidios, es el reflejo de un presidente que liberó a un narcotraficante, Ovidio Guzmán, que ya había sido capturado, se disculpa con el padre de este, Joaquín Guzmán, un criminal inmisericorde y sin atenuantes, por llamarle “Chapo”, y acude a saludar a la madre de este último y abuela del primero, hasta su camioneta, para que no se tenga ni que bajar. Respecto al PIB, la pandemia no es pretexto para tan pronunciada caída: Se prevé que Egipto, con todo y coronavirus, crezca 3.5% ¡Egipto! Para que no digan luego que nos comparamos con Suecia y Finlandia

López Obrador hizo buenas todas las advertencias de sus opositores, en el sentido de que era un peligro para México. Su gobierno lo confirma.

Ha sido un peligro no tanto en cuanto a instrumentar una deriva castrochavista, como se alertaba hace seis años, sino en su enorme incompetencia y carencia de liderazgo. Da pena como mandatario. Hasta Bolsonaro se ve más líder, más fuerte, más presidente que él.

Ahora puede verse que López Obrador no fue un buen jefe de gobierno en la Ciudad de México, sino que hubo circunstancias que disfrazaron su mediocridad. Primero, lo que heredó. Cuauhtémoc Cárdenas le dio un automóvil que caminaba y tenía suficiente gasolina, por decirlo analógicamente. En cambio, Peña le entregó un vehículo atascado en el lodo. Cárdenas le dejó a López Obrador una ciudad que servía. Peña le dejó un país que no servía. Pero resulta que un buen gobernante es aquel que con una pésima arcilla crea la mayor obra de arte. A Reagan y Thatcher, los dos más grandes gobernantes de los últimos 50 años, les dejaron a sus países hechos guiñapos. Y ellos los devolvieron a la grandeza. En cambio, López Obrador solamente ha hundido más el barco.

Además, como jefe de gobierno, López Obrador tuvo abierta la chequera de su compadre, Carlos Slim, para acometer su obra más lucidora: la remodelación del Centro Histórico. Ahora, López Obrador no tiene ningún mecenas detrás y, peor aún, la única intervención de Slim en su gobierno, que ha sido para traer la vacuna de AstraZeneca contra el Covid-19, está resultando pésima, pues dicha inoculación está empantanada, mientras Estados Unidos ya habla de iniciar su campaña de vacunación para el 12 de diciembre.

Otro punto importante es que López Obrador llegó ya muy deteriorado física y mentalmente a la presidencia. Ya no tiene agilidad, ni motora, ni cerebral. No es un tema de la edad, sino del descuido que hizo de su persona. Los presidentes actuales son, cada vez más, hombres de la tercera edad, pero López Obrador, con 67, se ve peor que Sebastián Piñera, de 70, Donald Trump, de 74, e incluso que Joe Biden, de 78. Ni compararlo con Recep Tayyip Erdoğan, agilísimo mentalmente con 66, ni mucho menos con Bolsonaro, de 65, o con Vladimir Putin, de 68, quienes se ven fuertes como roble. Por eso, mientras todos ellos dan discursos enérgicos y lucen como auténticos líderes, López Obrador dice cosas como “ahí están las masacres, je, je, je”, o saca sus amuletos para “luchar” contra el coronavirus. Cuestiones que llevan a reflexionar si no tiene un trastorno neurocognitivo mayor, en cuyo caso estaría incapacitado para gobernar. Los únicos que pueden decir, con orgullo, “ese es mi presidente”, son los políticos morenistas, que se han convertido en los nuevos ricos del país, en una casta tan sinvergüenza como la del ‘PRIAN’, que ellos criticaban cuando eran opositores.

OPERACIÓN TAPARRABOS: Inocultable el desastre que fue apostarle a la vacuna de AstraZeneca, a Slim y al gobierno lopezobradorista no les ha quedado de otra más que ejecutar la viejísima ‘operación taparrabos’. Ayer, Marcelito retuiteó un mensaje de Ursula von der Leyen, donde anunciaba que la Unión Europea está lista para empezar sus campañas de vacunación en diciembre. Marcelito dijo “México también”. ¡Claro! ¿Y con qué vacuna, Marcelito, paniaguado y sin brillo? ¡Si la de AstraZeneca no está lista! Y el millón de dosis que le compraron a Pfizer, no alcanzará ni para los vulnerables, y a ver cuándo llega.

P.D.: Si algo nos pasa, es que quieren callarnos

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com