/ lunes 8 de agosto de 2022

Expediente Confidencial | El presidente del crimen

Dos viñetas sintetizan quién es Gustavo Petro, el presidente colombiano que ayer tomó posesión de su cargo, y qué viene a hacer.

Una: En la parte central de su discurso convocó "a todos los armados a dejar las armas (sic) en las nebulosas del pasado" y les pidió "aceptar beneficios jurídicos a cambio de la paz" para "trabajar como dueños de una economía próspera pero legal".

Por si alguien necesita la traducción, los "armados" no son otros que los narcotraficantes. Los "beneficios jurídicos" son el "perdón social" que enarbola Petro, es decir, una amnistía que deje impunes los asesinatos, secuestros, violaciones, extorsiones y demás crímenes perpetrados por los capos de la mafia ¿Las víctimas? Pues serán obligadas a dar ese "perdón". Y si no lo dan, no importa. Ya Petro dijo que el "perdón social" lo da el pueblo y, como buen socialista, o "progresista", como se hacen llamar ahora, la "voluntad" del pueblo es la del mandatario mismo, faltaba más.

Como en Venezuela, donde Nicolás Maduro, gran amigo y aliado de Petro, nadie lo olvide, está ahí porque, según él y sus secuaces, "el pueblo quiere". O como Fidel, que duró medio siglo en la silla bajo el mismo "argumento". Y si alguien del pueblo no los quiere ahí, ya se sabe, son "traidores a la patria". Porque ellos son la patria también.

Petro dijo que "es hora de una nueva convención internacional que acepte que la guerra contra las drogas ha fracasado" ¿Y qué propone? Pues perdonar a los narcos y legalizar su negocio. A eso se refiere cuando habla de "una economía próspera, pero legal".

Las drogas legales generarían millones de adictos nuevos, porque todo negocio, para serlo, necesita hacer crecer su mercado. Eso lo saben Petro y sus aliados, pero no les importan las consecuencias que pagará la sociedad. Lo que les importa son los miles de millones de dólares que van a ganar.

El nuevo presidente colombiano es la gran esperanza del narcotráfico mundial para triunfar en su batalla clave: legalizar su negocio y gobernar al mundo sin ningún contrapeso. No se trata solamente de vender cocaína o fentanilo en el supermercado, como si fueran aguacates y zanahorias, sino de que los grandes capos, que deben infinidad de cuentas con la justicia, no tengan que pagar ninguna y se transformen, por obra y gracia de los gobiernos "progresistas", en respetables empresarios. Perdón y legalización harán el "milagro"...

En esta nueva era socialista, la policía ya no debe perseguir criminales, sino opositores. Todo aquel que se oponga a ese "cambio", será apresado, torturado y asesinado, como ya pasa en Nicaragua.

Dos: Tan Petro es el presidente del crimen global, que la banda presidencial se la puso María José Pizarro, hija de Carlos Pizarro, comandante de la guerrilla M-19, a la que perteneció el ahora mandatario. Con Pizarro a la cabeza, ese grupo terrorista tomó el Palacio de Justicia colombiano y retuvo a 350 rehenes inocentes, en 1985. Al final, 101 personas murieron, incluyendo a 11 magistrados. Pero bueno, todo eso hay que perdonarlo, ya se sabe.

Los aplausos mediáticos a Petro demuestran cuán corroída está la ética periodística en el continente. Algo tiene que estar muy mal cuando un presidente, el salvadoreño Nayib Bukele, es criticado por combatir delincuentes que asesinan, violan, secuestran y extorsionan, y otro, Petro, que los perdona y deja impunes, recibe ovaciones desde el púlpito mediático. De ese nivel es la infiltración del narcotráfico en los medios.

El crimen tiene en Petro un instrumento más. Será uno poderoso, aunque no tanto como el que posee en la Casa Blanca. Pero viene con todo para legalizar su negocio de muerte y gobernar brutalmente al continente.

Por eso es tan importante que caiga Pedro Castillo en Perú. Y que la constitución de Gabriel Boric salga derrotada en Chile. Si la ley y el orden no recuperan terreno, los abrazos en vez de los balazos habrán llegado para quedarse, con todo el terror que eso implica para la gente buena. No es momento de rendirse...

DATOS: Si usted tiene alguna duda de que el "progresismo" gobierna para el crimen y no para los pobres o débiles, lo invito a leer una magnífica columna que Gabriela Rodríguez escribió para Grupo Imagen. Ahí aporta varios datos incontrovertibles. Por ejemplo, que la dictadura venezolana destina 13 miserables dólares por cápita para salud pública y está en el lugar 139 de calidad de vida, solamente por encima de Congo: https://www.excelsior.com.mx/opinion/imagen-de-la-mujer/america-latina-condenada-por-la-ignorancia/1531437

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com

Dos viñetas sintetizan quién es Gustavo Petro, el presidente colombiano que ayer tomó posesión de su cargo, y qué viene a hacer.

Una: En la parte central de su discurso convocó "a todos los armados a dejar las armas (sic) en las nebulosas del pasado" y les pidió "aceptar beneficios jurídicos a cambio de la paz" para "trabajar como dueños de una economía próspera pero legal".

Por si alguien necesita la traducción, los "armados" no son otros que los narcotraficantes. Los "beneficios jurídicos" son el "perdón social" que enarbola Petro, es decir, una amnistía que deje impunes los asesinatos, secuestros, violaciones, extorsiones y demás crímenes perpetrados por los capos de la mafia ¿Las víctimas? Pues serán obligadas a dar ese "perdón". Y si no lo dan, no importa. Ya Petro dijo que el "perdón social" lo da el pueblo y, como buen socialista, o "progresista", como se hacen llamar ahora, la "voluntad" del pueblo es la del mandatario mismo, faltaba más.

Como en Venezuela, donde Nicolás Maduro, gran amigo y aliado de Petro, nadie lo olvide, está ahí porque, según él y sus secuaces, "el pueblo quiere". O como Fidel, que duró medio siglo en la silla bajo el mismo "argumento". Y si alguien del pueblo no los quiere ahí, ya se sabe, son "traidores a la patria". Porque ellos son la patria también.

Petro dijo que "es hora de una nueva convención internacional que acepte que la guerra contra las drogas ha fracasado" ¿Y qué propone? Pues perdonar a los narcos y legalizar su negocio. A eso se refiere cuando habla de "una economía próspera, pero legal".

Las drogas legales generarían millones de adictos nuevos, porque todo negocio, para serlo, necesita hacer crecer su mercado. Eso lo saben Petro y sus aliados, pero no les importan las consecuencias que pagará la sociedad. Lo que les importa son los miles de millones de dólares que van a ganar.

El nuevo presidente colombiano es la gran esperanza del narcotráfico mundial para triunfar en su batalla clave: legalizar su negocio y gobernar al mundo sin ningún contrapeso. No se trata solamente de vender cocaína o fentanilo en el supermercado, como si fueran aguacates y zanahorias, sino de que los grandes capos, que deben infinidad de cuentas con la justicia, no tengan que pagar ninguna y se transformen, por obra y gracia de los gobiernos "progresistas", en respetables empresarios. Perdón y legalización harán el "milagro"...

En esta nueva era socialista, la policía ya no debe perseguir criminales, sino opositores. Todo aquel que se oponga a ese "cambio", será apresado, torturado y asesinado, como ya pasa en Nicaragua.

Dos: Tan Petro es el presidente del crimen global, que la banda presidencial se la puso María José Pizarro, hija de Carlos Pizarro, comandante de la guerrilla M-19, a la que perteneció el ahora mandatario. Con Pizarro a la cabeza, ese grupo terrorista tomó el Palacio de Justicia colombiano y retuvo a 350 rehenes inocentes, en 1985. Al final, 101 personas murieron, incluyendo a 11 magistrados. Pero bueno, todo eso hay que perdonarlo, ya se sabe.

Los aplausos mediáticos a Petro demuestran cuán corroída está la ética periodística en el continente. Algo tiene que estar muy mal cuando un presidente, el salvadoreño Nayib Bukele, es criticado por combatir delincuentes que asesinan, violan, secuestran y extorsionan, y otro, Petro, que los perdona y deja impunes, recibe ovaciones desde el púlpito mediático. De ese nivel es la infiltración del narcotráfico en los medios.

El crimen tiene en Petro un instrumento más. Será uno poderoso, aunque no tanto como el que posee en la Casa Blanca. Pero viene con todo para legalizar su negocio de muerte y gobernar brutalmente al continente.

Por eso es tan importante que caiga Pedro Castillo en Perú. Y que la constitución de Gabriel Boric salga derrotada en Chile. Si la ley y el orden no recuperan terreno, los abrazos en vez de los balazos habrán llegado para quedarse, con todo el terror que eso implica para la gente buena. No es momento de rendirse...

DATOS: Si usted tiene alguna duda de que el "progresismo" gobierna para el crimen y no para los pobres o débiles, lo invito a leer una magnífica columna que Gabriela Rodríguez escribió para Grupo Imagen. Ahí aporta varios datos incontrovertibles. Por ejemplo, que la dictadura venezolana destina 13 miserables dólares por cápita para salud pública y está en el lugar 139 de calidad de vida, solamente por encima de Congo: https://www.excelsior.com.mx/opinion/imagen-de-la-mujer/america-latina-condenada-por-la-ignorancia/1531437

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com