En memoria de las 8 mil 649 personas que -oficialmente- han muerto de Covid-19 en Baja California
El científico español Alfredo Corell no sabe de “inmunidades de rebaño” anunciadas con bombo y platillo por políticos interesados. Y la semana pasada, dijo lo siguiente: “Los vacunados no tenemos un impermeable, solo estamos protegidos de tener una enfermedad grave, pero no de tener contagio y de transmitir” (https://www.larazon.es/sociedad/20210614/tzn2f3ivunc2rol7tjlzk5g2xi.html)
Lo dice un científico, mientras un político, Andrew Cuomo, quien, además, está metido en problemas desde que le saltaron del closet los fantasmas de mujeres abusadas por él, lanza -literalmente- fuegos artificiales para celebrar que 70% de los neoyorkinos, que él gobierna, ya están vacunados. Y que, por decreto, la normalidad ha vuelto. La pregunta es si ya notificaron al virus SARS-CoV-2 por escrito o en persona, porque no parece muy enterado y si muy ocupado en sus mutaciones.
Luego, otro político, Joe Biden, insiste en que la celebración del 4 de julio próximo será porque la pandemia al fin ha sido domada en territorio estadounidense. God bless America and make America blue again. Pero, mientras, su gobierno anuncia que destinará tres billones de dólares para desarrollar una píldora contra el coronavirus, ese mismo cuya derrota, supuestamente, se celebrará en el Día de la Independencia de los vecinos. Es fácil atar los cabos y concluir que ningún gobierno serio destinaría tres billones a crear una píldora contra un virus que está por derrotar… salvo que ese virus goce de cabal salud y larga vida aún. Conclusión: Tenemos Covid-19 para rato.
El margen de error de un condón es de 5%. El de la vacuna de Janssen, que se está inoculando a bajacalifornianas y bajacalifornianos de entre 18 y 39 años, es de 26%*, en el mejor de los casos. La de AstraZeneca, que nos aplicaron a quienes tenemos entre 40 y 49, de 18%**.
Y si los condones se rompen y generan embarazos no deseados, las vacunas también y provocan algo peor: enfermos y muertos confiados en la infalibilidad de esas inoculaciones. Y si alguien necesita pruebas, ahí les va una de Nuevo León. Allá, el secretario de salud estatal, Manuel de la O Cavazos, anunció, el viernes pasado, que un odontólogo ha muerto por Covid-19, pese a tener completas sus vacunas. Y que otras 303 personas se ha contagiado, con todo y que ya tenían sus dos dosis. No uno, ni dos, ni cuatro, sino 303 (https://www.facebook.com/775388345929901/posts/2263324077136313)
¿Algún gobierno le diría a su población que tuviese sexo sin condón? Y, sin embargo, las autoridades de todo el mundo quieren mandar los cubrebocas al archivo y ondear la bandera del semáforo verde. Pero lo importante para los políticos es ya no “fastidiar” a sus votantes con restricciones sanitarias, que tan mal le caen a la generación de cristal. Ya hay que soltarles la rienda y que se atasquen de pirotecnia, fiesta y alcohol. Compre hoy, pague en seis meses.
Por eso Jaime, que está por irse, busca su propio 4 de julio, como el de Biden. Esa es la razón de que, por estos días, Pérez no le recuerde a las bajacalifornianas y los bajacalifornianos la advertencia de Corell: “Los vacunados no tenemos un impermeable, solo estamos protegidos de tener una enfermedad grave, pero no de tener contagio y de transmitir”. Y ni de eso, como ya vimos en Nuevo León. Pero habría que apagar la música y terminar con el jolgorio ¿Qué afán? Mejor que Jaime se vaya entre aplausos, a la Conagua, a la SCT o, parafraseando a Fox con Fidel, a donde se quiera ir. Mejor recordarlo como Jaime, el que domó a la pandemia y reabrió la frontera con su campaña de vacunación. Y nada más enervante e hipnotizador para las clases medias bajacalifornianas, que su sábado o domingo, cruzando para ir al ‘mall’ o a Walmart, para vivir la fantasía de ser gringos por un ratito ¿Alguien dijo tercera ola?...
Si, lo de Jaime es la rosa. Que quienes vengan después se ocupen de las espinas. Para entonces, Jaime, ya juntito a Andrés, cerquita de Palacio Nacional, verá los toros no en una peligrosa barrera, sino desde una tranquila gayola. Decía Pepe Alameda que “el toreo no es graciosa huida, sino apasionada entrega”. Pero lo de Jaime no es la entrega. Por eso, prepara su huida hacia adelante.
El Covid-19, como la Puerta de Alcalá, ahí está, ahí está, viendo pasar el tiempo. Sabe que podemos huir de sus garras, por un tiempo, con las vacunas, pero no para todo el tiempo. Diciembre llegará y vendrá la prueba de fuego para Pfizer, AstraZeneca, Johnson&Johnson, CanSino, Sputnik V y lo que se acumule. Vendrá el examen para el mundo y también para México. Vendrá la hora de los llantos y de enfrentar las verdades a medias y sus consecuencias, como cuando el condón se rompió y la prueba de embarazo marca “positivo”. El amanecer de 2022 dictaminará el tamaño y la duración de esta pesadilla que, por lo demás, puede darnos unas noches de tregua, pero que, como el dinosaurio de Monterroso, seguirá ahí cuando despertemos porque, en realidad, no lo hemos hecho.
*El dato de la efectividad de la vacuna de AstraZeneca es de The Lancet: https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(21)00432-3/fulltext
*El dato de la efectividad de la vacuna de Johnson&Johnson es de la FDA estadounidense: https://www.fda.gov/emergency-preparedness-and-response/mcm-legal-regulatory-and-policy-framework/janssen-covid-19-vaccine-frequently-asked-questions
Comentarios: gerardofm2020@gmail.com
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