/ martes 23 de febrero de 2021

Expediente Confidencial | Hay que meter en cintura a Facebook y Twitter

La iniciativa de Ricardo Monreal para regular las redes sociales, como Facebook y Twitter, no solamente es buena, sino excelente.

No puede ser que empresas privadas determinen qué temas se hablan, cómo se hablan y quiénes los hablan.

El gobierno no debe censurar a nadie, pero las empresas privadas menos.

¿Quiénes se creen? ¿Quién les dio ese derecho?

Hoy por hoy, las redes sociales, el Internet en sí, son tan o más importantes que la televisión, la radio y la prensa que, al final del día, también confluyen hacia allá.

Y si la televisión, el radio y la prensa están reguladas, ¿por qué las redes sociales no?

¿Por qué Facebook, Twitter, TikTok y otros, que además están en manos de extranjeros, pueden constituir un suprapoder que ni el gobierno controle?

Si usted quiere poner un canal de TV o una estación de radio, necesita obtener una concesión de las autoridades. Si quiere poner un diario, debe registrarlo ante la Secretaría de Gobernación. Y, en todos los casos, esos medios pagan impuestos.

Facebook, Twitter y TikTok obtienen, felizmente, millonarios ingresos de la mina de oro que somos las y los mexicanos, se los llevan a su país, no contribuyen en nada y, además, no rinden cuentas a nadie.

Luego, las redes pueden cancelar cuentas discrecionalmente, nada más por sus pistolas, sin necesidad de argumentarlo.

“Curiosamente”, Facebook y Twitter son cancha abierta para la venta de drogas y piratería, así como para la trata de personas. Y ante ello, ninguna de las dos redes mueve un dedo ¿por qué será?

Ah, pero atrévase a criticar a Joe Biden y verá lo que le pasa.

Twitter, en particular, muestra una línea política claramente cargada al nuevo comunismo que pulula por el mundo. Así, no tiene pudor en cerrar la cuenta del partido español Vox, simplemente por ser derechista. Pero Pablo Echeñique, uno de los líderes del partido ultraizquierdista Podemos, aplaudió la violencia de los radicales comunistas en las calles españolas, en protesta por la detención del rapero Pablo Hasél, apologista del terrorismo, y ahí, el pajarito azul no movió ni un dedo. Ya no hablemos de Nicolás Maduro, que también goza de su venia…

¿Cuál es la diferencia? Facebook y Twitter, aunque particular y masivamente el primero, que también posee WhatsApp, se ha vuelto un lucrativo negocio de manipulación política ¿Vendiendo pautas? ¡No! Inclinando la cancha para quien pague sus servicios ¿Quién puede olvidar la forma en que Facebook metió tantos goles en favor de Donald Trump, permitiendo que Steve Bannon hiciera lo que quisiera por sus praderas? Mientras tanto, el eterno púber que es Mark Zuckerberg se hace ultra millonario…

¿Por qué Facebook no quiere ser regulado? Porque se acabaría ese millonario negocio de silenciar cuentas incómodas para los clientes políticos que se retraten en la taquilla de Zuckerberg… y de darles campo abierto a las de sus aliados. Si ya no se puede manipular el ‘algoritmo’, se acabó la gallinita de los huevos de oro.

¿Y quiénes salieron a criticar la iniciativa de Monreal? La horda de “periodistas” e “intelectuales” whitexicans, debido a que sienten dos pulsiones irrefrenables: una, por apoyar todo lo que huele, o creen que huele, a Biden, aunque este ni los vea, ni los oiga; otra, porque la censura en manos de las empresas es como su máximo sueño vuelto realidad: que solamente los ricos hablen o decidan quien habla.

Por otra parte, el Instituto Federal de Telecomunicaciones y no el gobierno, entendido este como el Ejecutivo federal, sería el encargado de la regulación. El IFT, al menos en teoría, es un órgano autónomo, como el INE, y por ello, no sujeto al dominio del presidente.

Es cierto que Monreal a veces se sale del tiesto, pero también es real que ha sido el único que realmente entendió el mensaje de los 30 millones de votos para Morena en 2018. Tanto cuando quiso regular las comisiones bancarias, como en esta ocasión, se trata de iniciativas que tocan nervios de intereses poderosos. Pero es que México jamás podrá cambiar, particularmente las desigualdades e injusticias que se han vuelto endémicas, mientras no se toquen tales intereses.

Así que no se confunda: regular las redes no solamente es sano, es lo mejor que le puede pasar a México.

CRIMINAL: Ayer fue detenida Emma Coronel, esposa de Joaquín Guzmán (a) “El Chapo”, en los Estados Unidos.

Resulta “curioso” que Estados Unidos apenas se haya dado cuenta que Coronel era narcotraficante, ¿o cómo podía llevar esa vida de lujos y excesos? ¿vendiendo Jafra?

Así que su detención tenemos que entenderla como parte de los nuevos equilibrios de poder que se están dando con la llegada de Biden… en las mafias.

Pero eso no significa que su detención sea equivocada. Todo lo contrario, como dijimos líneas arriba, ya se habían tardado.

Coronel NO es una influencer, no es la esposa de un ‘narco’… es una CRIMINAL. C-R-I-M-I-N-A-L-, que se hizo rica envenenando jóvenes, asesinando, secuestrando. Un asco de ser humano, por más que haya sujetos como Epigmenio Ibarra o empresas como Netflix, que quieren lavarles la cara a esos repugnantes.

La cárcel es su lugar natural.

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com

La iniciativa de Ricardo Monreal para regular las redes sociales, como Facebook y Twitter, no solamente es buena, sino excelente.

No puede ser que empresas privadas determinen qué temas se hablan, cómo se hablan y quiénes los hablan.

El gobierno no debe censurar a nadie, pero las empresas privadas menos.

¿Quiénes se creen? ¿Quién les dio ese derecho?

Hoy por hoy, las redes sociales, el Internet en sí, son tan o más importantes que la televisión, la radio y la prensa que, al final del día, también confluyen hacia allá.

Y si la televisión, el radio y la prensa están reguladas, ¿por qué las redes sociales no?

¿Por qué Facebook, Twitter, TikTok y otros, que además están en manos de extranjeros, pueden constituir un suprapoder que ni el gobierno controle?

Si usted quiere poner un canal de TV o una estación de radio, necesita obtener una concesión de las autoridades. Si quiere poner un diario, debe registrarlo ante la Secretaría de Gobernación. Y, en todos los casos, esos medios pagan impuestos.

Facebook, Twitter y TikTok obtienen, felizmente, millonarios ingresos de la mina de oro que somos las y los mexicanos, se los llevan a su país, no contribuyen en nada y, además, no rinden cuentas a nadie.

Luego, las redes pueden cancelar cuentas discrecionalmente, nada más por sus pistolas, sin necesidad de argumentarlo.

“Curiosamente”, Facebook y Twitter son cancha abierta para la venta de drogas y piratería, así como para la trata de personas. Y ante ello, ninguna de las dos redes mueve un dedo ¿por qué será?

Ah, pero atrévase a criticar a Joe Biden y verá lo que le pasa.

Twitter, en particular, muestra una línea política claramente cargada al nuevo comunismo que pulula por el mundo. Así, no tiene pudor en cerrar la cuenta del partido español Vox, simplemente por ser derechista. Pero Pablo Echeñique, uno de los líderes del partido ultraizquierdista Podemos, aplaudió la violencia de los radicales comunistas en las calles españolas, en protesta por la detención del rapero Pablo Hasél, apologista del terrorismo, y ahí, el pajarito azul no movió ni un dedo. Ya no hablemos de Nicolás Maduro, que también goza de su venia…

¿Cuál es la diferencia? Facebook y Twitter, aunque particular y masivamente el primero, que también posee WhatsApp, se ha vuelto un lucrativo negocio de manipulación política ¿Vendiendo pautas? ¡No! Inclinando la cancha para quien pague sus servicios ¿Quién puede olvidar la forma en que Facebook metió tantos goles en favor de Donald Trump, permitiendo que Steve Bannon hiciera lo que quisiera por sus praderas? Mientras tanto, el eterno púber que es Mark Zuckerberg se hace ultra millonario…

¿Por qué Facebook no quiere ser regulado? Porque se acabaría ese millonario negocio de silenciar cuentas incómodas para los clientes políticos que se retraten en la taquilla de Zuckerberg… y de darles campo abierto a las de sus aliados. Si ya no se puede manipular el ‘algoritmo’, se acabó la gallinita de los huevos de oro.

¿Y quiénes salieron a criticar la iniciativa de Monreal? La horda de “periodistas” e “intelectuales” whitexicans, debido a que sienten dos pulsiones irrefrenables: una, por apoyar todo lo que huele, o creen que huele, a Biden, aunque este ni los vea, ni los oiga; otra, porque la censura en manos de las empresas es como su máximo sueño vuelto realidad: que solamente los ricos hablen o decidan quien habla.

Por otra parte, el Instituto Federal de Telecomunicaciones y no el gobierno, entendido este como el Ejecutivo federal, sería el encargado de la regulación. El IFT, al menos en teoría, es un órgano autónomo, como el INE, y por ello, no sujeto al dominio del presidente.

Es cierto que Monreal a veces se sale del tiesto, pero también es real que ha sido el único que realmente entendió el mensaje de los 30 millones de votos para Morena en 2018. Tanto cuando quiso regular las comisiones bancarias, como en esta ocasión, se trata de iniciativas que tocan nervios de intereses poderosos. Pero es que México jamás podrá cambiar, particularmente las desigualdades e injusticias que se han vuelto endémicas, mientras no se toquen tales intereses.

Así que no se confunda: regular las redes no solamente es sano, es lo mejor que le puede pasar a México.

CRIMINAL: Ayer fue detenida Emma Coronel, esposa de Joaquín Guzmán (a) “El Chapo”, en los Estados Unidos.

Resulta “curioso” que Estados Unidos apenas se haya dado cuenta que Coronel era narcotraficante, ¿o cómo podía llevar esa vida de lujos y excesos? ¿vendiendo Jafra?

Así que su detención tenemos que entenderla como parte de los nuevos equilibrios de poder que se están dando con la llegada de Biden… en las mafias.

Pero eso no significa que su detención sea equivocada. Todo lo contrario, como dijimos líneas arriba, ya se habían tardado.

Coronel NO es una influencer, no es la esposa de un ‘narco’… es una CRIMINAL. C-R-I-M-I-N-A-L-, que se hizo rica envenenando jóvenes, asesinando, secuestrando. Un asco de ser humano, por más que haya sujetos como Epigmenio Ibarra o empresas como Netflix, que quieren lavarles la cara a esos repugnantes.

La cárcel es su lugar natural.

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com