/ jueves 17 de junio de 2021

Expediente Confidencial | La línea 12 y la guerra entre Claudia y Marcelo

La guerra está cantada. Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard han empezado una pelea de dos años por la candidatura presidencial, con el desastre -que no “accidente”- de la línea 12 como epicentro. Desastre en el que ambos tienen culpa. Marcelo, por crearlo. Claudia, por no detectarlo durante dos años y medio para evitarlo.

Bajará, seguramente, de intensidad, por momentos. En otros, subirá.

Sheinbaum tiene, a no dudar, el respaldo de George Soros. Así lo demuestra el apoyo mediático que le están dando medios como el New York Times, Univisión y El País, voceros oficiosos del húngaro.

Ebrard goza de apoyos no menos cuestionables, como la dictadura china, con la cual ha constituido un indudable maridaje, por el cual Marcelo presumió la compra de unas vacunas que, ahora sabemos, no sirven, ni tienen el visto bueno de la Organización Mundial de la Salud y el gobierno estadounidense, lo cual es catastrófico para quienes viven en frontera y fueron inoculados con las mismas. El canciller también goza del respaldo de Carlos Slim, quien le apoyó en su etapa como jefe de gobierno de la CDMX.

El duelo por la candidatura morenista para 2024 es, realmente, una batalla por la presidencia de la república. La oposición, como quedó demostrado el 6 de junio, no tiene la más mínima opción de ganar. La alianza entre PRI, PAN y PRD fue un fiasco, como demuestra el hecho de que no logró una sola gubernatura. Lo demás es querer buscar el vaso medio lleno, cuando está visiblemente vacío.

Además, el antimorenismo irá fragmentado. Claudio X. González insistirá en Ricardo Anaya y el PRI no se juntará con él. Pero aun suponiendo que se repita el encamamiento de Va por México, no hay duda que Movimiento Ciudadano jamás se subirá a ese aquelarre. En primera, por estrategia (no mezclarse con el pasado, ni con el presente, para quedar como la única opción ‘limpia’ en 2030). En segunda, porque Enrique Alfaro ya hizo todos los méritos políticos para ir por ‘la grande’ en tres años, que, por supuesto, no ganará… Pero eso no le importa a MC, sino que su cantidad de legisladores, estatales y federales, aumentará tangiblemente con esa candidatura.

Entendiendo qué se pelean, realmente, Claudia y Marcelo, así como sus huestes y patrocinadores, recordaremos que su guerra no inició con la línea 12, solamente aumentó ahí. Ya había saltado a lo público desde que Sheinbaum, de forma más o menos subrepticia, apoyó a Porfirio Muñoz Ledo en su duelo contra Mario Delgado, el ujier de Ebrard, por el liderazgo nacional de Morena

Lo de la línea 12 no solamente es un arma arrojadiza, sino que tiene un doble efecto: echarle la culpa a la otra o al otro, implica librarla.

Analicemos los golpes que Claudia y Marcelo se han dado, a partir de esa tragedia:

La noche del macabro derrumbe, Televisa emitió imágenes de las cámaras del C5 capitalino a los 30 minutos de ocurrido. Es imposible que Televisa haya accedido a esas imágenes, más con esa rapidez, y luego las transmitiera, sin que Claudia Sheinbaum autorizara y estuviese informada de ambas acciones. Es fácil concluir que Sheinbaum las filtró ¿Para qué? Para derrumbar la hipótesis del “atentado”, que, desde los bots morenistas habitualmente ligados a Marcelo y Mario, se estaba dejando ya correr, a fin de exculpar al canciller. Las imágenes del C5 eran vitales, dado que no dejaban lugar a dudas de que eso no era un atentado…

En palabras llanas, Sheinbaum les mató esa mula de seis, que más bien era de uno.

Luego vino el revire, con encuestas que mostraban una caída drástica en la aprobación de Sheinbaum, tras el accidente.

Y también mediante el vacío (¿o traición?) que Mario Delgado le hizo a Sheinbaum en la CDMX, conduciendo a Morena hacia la peor derrota izquierdista desde que hay elecciones en la capital del país, dando lugar a triunfos inverosímiles, como el de la cantante y actriz Rocío Banquells.

Sheinbaum acusó el golpe y ella, sus patrocinadores, o ambos, respondieron.

La noche de las elecciones, Univisión emitió, en su noticiero nocturno, una entrevista de Paulina Sodi, conductora de dicho espacio, a Marisol Tapia, madre de Brandon Giovanni, el adolescente que se convirtió en emblemática víctima del derrumbe en la “línea dorada”.

Una semana después, el domingo 13 de junio, el New York Times publicó un reportaje titulado “Por qué colapso la línea 12 del metro de Ciudad de México”.

Se trata de una investigación periodística que explica, incluso mediante una animación, las causas del colapso que ocasionó dicha tragedia en la mal llamada “línea dorada”.

El texto se centra en las siguientes ideas:

1.-La línea 12 fue mal construida por el gobierno de Marcelo Ebrard en la CDMX.

2.-Se construyó mal debido a que Ebrard apuró su edificación.

3.-Ebrard aceleró su construcción para impulsar su imagen. Primero, con la idea de ser candidato presidencial en 2012; y cuando eso no fue posible, para que se concluyera antes de terminara su gobierno, en noviembre de ese año, quedándose, de esa forma, con el mérito de haberla realizado.

4.- Para que se hiciera más rápido, el gobierno de Ebrard se la encargó a una constructora de Carlos Slim, pese a que era la primera obra ferroviaria que llevaba a cabo.

5.- También por esas prisas, se compraron trenes que no eran adecuados para esas vías, dado que los carros correctos hubiesen tardado un año más.

6.- El derrumbe en Tláhuac fue ocasionado por una serie de pernos mal colocados y soldaduras, que unían trabes de acero y losas de concreto por donde circulaban los trenes. El día del accidente, trabes y losas ya estaban separadas y no aguantaron el peso de los vagones

La investigación del NYT no dice nada que sea mentira. Las culpas que se le endilgan a Ebrard y su gente en dicho reportaje, se quedan hasta cortas (por ejemplo, no se cita el papel de Mario Delgado en la compra de los trenes). Sheinbaum negó que se hubiese realizado con información filtrada desde su gobierno, sin embargo, el NYT dejó una huella: en el texto nunca, jamás, ni por equivocación, se toca a la jefa de gobierno, ni a su directora del metro, Florencia Serranía, cuando es clara su culpa por omisión ¿En dos años y medio no vieron esas fallas que causaron el derrumbe? Y en el periodismo por encargo, una regla toral es que jamás se toca al “patrocinador” de la nota.

Ayer se anunció el dictamen de la empresa DNV, respecto a las causas de la tragedia en la “Línea dorada”, el cual ratifica lo que el New York Times dio a conocer el domingo. Las fallas de construcción, particularmente aquellas cometidas en la colocación de los pernos y las soldaduras, propiciaron el desastre. En otras palabras, la culpa de la horrible tragedia la tuvieron, en primera instancia, Marcelo Ebrard, como jefe de gobierno, y Carlos Slim, como dueño de la constructora que hizo esa porquería de trabajo.

Lo anterior no obsta para señalar que, hoy, El Financiero da a conocer que a dicho informe se le quitaron cuatro líneas de investigación con respecto al anteproyecto de dictamen, incluyendo “la falta de mantenimiento de infraestructura”, que involucra al gobierno de Sheinbaum.

Es de esperar que Marcelo y Mario reviren, pronto, este nuevo golpe. Pero Sheinbaum tampoco se quedará de brazos cruzados. La guerra va.

Tampoco dilatará mucho el ‘show’ mediático de Carlos Slim, quizás instrumentado a través de su yerno, Arturo Elías Ayub, para lavarle la cara: unas cuantas becas de la fundación Telmex a estudiantes pobres, o unos cientos de computadoras regaladas a comunidades marginadas, o el anuncio de que compraron los derechos de los próximos mundiales de fútbol y se los darán gratis por TV a México. Cualquier caramelito para un pueblo que olvida con poco…

Algunos dicen que Claudia es la candidata de AMLO. Con franqueza, no ven, o no quieren ver las señales. Yo no he visto a López Obrador dándole plataforma a Sheinbaum, en sus conferencias mañaneras, para defenderse como lo hace Marcelo, cada vez que uno de sus múltiples pecados sale a la luz. Por otra parte, los amigos de Marcelo son los del presidente: Slim, la dictadura china, el gobierno argentino. En contraste, AMLO cada vez está más lejos de Soros, como exhiben los trancazos que le han soltado en The Economist, New York Times y El País.

La guerra, de todas formas, seguirá. Más tarde o más temprano, Soros y su grupo se hermanarán de nuevo con el Partido Demócrata (no hay que olvidar como le desataron ‘Ocupa Wall Street’ a Obama… hasta que vino la reconciliación). Posiblemente, ahí Claudia le dé la vuelta, o no. Tres años son demasiado tiempo, hasta para los caballos que, aparentemente, tienen ganada la carrera. Y si alguien lo duda, basta, como ejemplo tropicalizado, que recuerde a Blake.

“… SI ES QUE TIENEN”: Al ser entrevistada por Sodi, la madre de Brandon Giovani, con una mirada llena de rabia -absolutamente justa-, exclama: “Ojalá que a toda esa bola de corruptos, de rateros, porque eso es lo que son, que la vida les cobre donde más les duele, donde pierdan un padre, un hermano, una madre… si es que tienen”.

Tristemente para Marisol y todos los mexicanos, esos corruptos no tienen madre. Y uno de ellos, aprovechándose de un país desinformado e irresponsable, gobernará México de 2024 a 2030.

P.D.: Si algo nos pasa es que buscan callarnos…

Comentarios: gerardofm2020gmail.com

La guerra está cantada. Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard han empezado una pelea de dos años por la candidatura presidencial, con el desastre -que no “accidente”- de la línea 12 como epicentro. Desastre en el que ambos tienen culpa. Marcelo, por crearlo. Claudia, por no detectarlo durante dos años y medio para evitarlo.

Bajará, seguramente, de intensidad, por momentos. En otros, subirá.

Sheinbaum tiene, a no dudar, el respaldo de George Soros. Así lo demuestra el apoyo mediático que le están dando medios como el New York Times, Univisión y El País, voceros oficiosos del húngaro.

Ebrard goza de apoyos no menos cuestionables, como la dictadura china, con la cual ha constituido un indudable maridaje, por el cual Marcelo presumió la compra de unas vacunas que, ahora sabemos, no sirven, ni tienen el visto bueno de la Organización Mundial de la Salud y el gobierno estadounidense, lo cual es catastrófico para quienes viven en frontera y fueron inoculados con las mismas. El canciller también goza del respaldo de Carlos Slim, quien le apoyó en su etapa como jefe de gobierno de la CDMX.

El duelo por la candidatura morenista para 2024 es, realmente, una batalla por la presidencia de la república. La oposición, como quedó demostrado el 6 de junio, no tiene la más mínima opción de ganar. La alianza entre PRI, PAN y PRD fue un fiasco, como demuestra el hecho de que no logró una sola gubernatura. Lo demás es querer buscar el vaso medio lleno, cuando está visiblemente vacío.

Además, el antimorenismo irá fragmentado. Claudio X. González insistirá en Ricardo Anaya y el PRI no se juntará con él. Pero aun suponiendo que se repita el encamamiento de Va por México, no hay duda que Movimiento Ciudadano jamás se subirá a ese aquelarre. En primera, por estrategia (no mezclarse con el pasado, ni con el presente, para quedar como la única opción ‘limpia’ en 2030). En segunda, porque Enrique Alfaro ya hizo todos los méritos políticos para ir por ‘la grande’ en tres años, que, por supuesto, no ganará… Pero eso no le importa a MC, sino que su cantidad de legisladores, estatales y federales, aumentará tangiblemente con esa candidatura.

Entendiendo qué se pelean, realmente, Claudia y Marcelo, así como sus huestes y patrocinadores, recordaremos que su guerra no inició con la línea 12, solamente aumentó ahí. Ya había saltado a lo público desde que Sheinbaum, de forma más o menos subrepticia, apoyó a Porfirio Muñoz Ledo en su duelo contra Mario Delgado, el ujier de Ebrard, por el liderazgo nacional de Morena

Lo de la línea 12 no solamente es un arma arrojadiza, sino que tiene un doble efecto: echarle la culpa a la otra o al otro, implica librarla.

Analicemos los golpes que Claudia y Marcelo se han dado, a partir de esa tragedia:

La noche del macabro derrumbe, Televisa emitió imágenes de las cámaras del C5 capitalino a los 30 minutos de ocurrido. Es imposible que Televisa haya accedido a esas imágenes, más con esa rapidez, y luego las transmitiera, sin que Claudia Sheinbaum autorizara y estuviese informada de ambas acciones. Es fácil concluir que Sheinbaum las filtró ¿Para qué? Para derrumbar la hipótesis del “atentado”, que, desde los bots morenistas habitualmente ligados a Marcelo y Mario, se estaba dejando ya correr, a fin de exculpar al canciller. Las imágenes del C5 eran vitales, dado que no dejaban lugar a dudas de que eso no era un atentado…

En palabras llanas, Sheinbaum les mató esa mula de seis, que más bien era de uno.

Luego vino el revire, con encuestas que mostraban una caída drástica en la aprobación de Sheinbaum, tras el accidente.

Y también mediante el vacío (¿o traición?) que Mario Delgado le hizo a Sheinbaum en la CDMX, conduciendo a Morena hacia la peor derrota izquierdista desde que hay elecciones en la capital del país, dando lugar a triunfos inverosímiles, como el de la cantante y actriz Rocío Banquells.

Sheinbaum acusó el golpe y ella, sus patrocinadores, o ambos, respondieron.

La noche de las elecciones, Univisión emitió, en su noticiero nocturno, una entrevista de Paulina Sodi, conductora de dicho espacio, a Marisol Tapia, madre de Brandon Giovanni, el adolescente que se convirtió en emblemática víctima del derrumbe en la “línea dorada”.

Una semana después, el domingo 13 de junio, el New York Times publicó un reportaje titulado “Por qué colapso la línea 12 del metro de Ciudad de México”.

Se trata de una investigación periodística que explica, incluso mediante una animación, las causas del colapso que ocasionó dicha tragedia en la mal llamada “línea dorada”.

El texto se centra en las siguientes ideas:

1.-La línea 12 fue mal construida por el gobierno de Marcelo Ebrard en la CDMX.

2.-Se construyó mal debido a que Ebrard apuró su edificación.

3.-Ebrard aceleró su construcción para impulsar su imagen. Primero, con la idea de ser candidato presidencial en 2012; y cuando eso no fue posible, para que se concluyera antes de terminara su gobierno, en noviembre de ese año, quedándose, de esa forma, con el mérito de haberla realizado.

4.- Para que se hiciera más rápido, el gobierno de Ebrard se la encargó a una constructora de Carlos Slim, pese a que era la primera obra ferroviaria que llevaba a cabo.

5.- También por esas prisas, se compraron trenes que no eran adecuados para esas vías, dado que los carros correctos hubiesen tardado un año más.

6.- El derrumbe en Tláhuac fue ocasionado por una serie de pernos mal colocados y soldaduras, que unían trabes de acero y losas de concreto por donde circulaban los trenes. El día del accidente, trabes y losas ya estaban separadas y no aguantaron el peso de los vagones

La investigación del NYT no dice nada que sea mentira. Las culpas que se le endilgan a Ebrard y su gente en dicho reportaje, se quedan hasta cortas (por ejemplo, no se cita el papel de Mario Delgado en la compra de los trenes). Sheinbaum negó que se hubiese realizado con información filtrada desde su gobierno, sin embargo, el NYT dejó una huella: en el texto nunca, jamás, ni por equivocación, se toca a la jefa de gobierno, ni a su directora del metro, Florencia Serranía, cuando es clara su culpa por omisión ¿En dos años y medio no vieron esas fallas que causaron el derrumbe? Y en el periodismo por encargo, una regla toral es que jamás se toca al “patrocinador” de la nota.

Ayer se anunció el dictamen de la empresa DNV, respecto a las causas de la tragedia en la “Línea dorada”, el cual ratifica lo que el New York Times dio a conocer el domingo. Las fallas de construcción, particularmente aquellas cometidas en la colocación de los pernos y las soldaduras, propiciaron el desastre. En otras palabras, la culpa de la horrible tragedia la tuvieron, en primera instancia, Marcelo Ebrard, como jefe de gobierno, y Carlos Slim, como dueño de la constructora que hizo esa porquería de trabajo.

Lo anterior no obsta para señalar que, hoy, El Financiero da a conocer que a dicho informe se le quitaron cuatro líneas de investigación con respecto al anteproyecto de dictamen, incluyendo “la falta de mantenimiento de infraestructura”, que involucra al gobierno de Sheinbaum.

Es de esperar que Marcelo y Mario reviren, pronto, este nuevo golpe. Pero Sheinbaum tampoco se quedará de brazos cruzados. La guerra va.

Tampoco dilatará mucho el ‘show’ mediático de Carlos Slim, quizás instrumentado a través de su yerno, Arturo Elías Ayub, para lavarle la cara: unas cuantas becas de la fundación Telmex a estudiantes pobres, o unos cientos de computadoras regaladas a comunidades marginadas, o el anuncio de que compraron los derechos de los próximos mundiales de fútbol y se los darán gratis por TV a México. Cualquier caramelito para un pueblo que olvida con poco…

Algunos dicen que Claudia es la candidata de AMLO. Con franqueza, no ven, o no quieren ver las señales. Yo no he visto a López Obrador dándole plataforma a Sheinbaum, en sus conferencias mañaneras, para defenderse como lo hace Marcelo, cada vez que uno de sus múltiples pecados sale a la luz. Por otra parte, los amigos de Marcelo son los del presidente: Slim, la dictadura china, el gobierno argentino. En contraste, AMLO cada vez está más lejos de Soros, como exhiben los trancazos que le han soltado en The Economist, New York Times y El País.

La guerra, de todas formas, seguirá. Más tarde o más temprano, Soros y su grupo se hermanarán de nuevo con el Partido Demócrata (no hay que olvidar como le desataron ‘Ocupa Wall Street’ a Obama… hasta que vino la reconciliación). Posiblemente, ahí Claudia le dé la vuelta, o no. Tres años son demasiado tiempo, hasta para los caballos que, aparentemente, tienen ganada la carrera. Y si alguien lo duda, basta, como ejemplo tropicalizado, que recuerde a Blake.

“… SI ES QUE TIENEN”: Al ser entrevistada por Sodi, la madre de Brandon Giovani, con una mirada llena de rabia -absolutamente justa-, exclama: “Ojalá que a toda esa bola de corruptos, de rateros, porque eso es lo que son, que la vida les cobre donde más les duele, donde pierdan un padre, un hermano, una madre… si es que tienen”.

Tristemente para Marisol y todos los mexicanos, esos corruptos no tienen madre. Y uno de ellos, aprovechándose de un país desinformado e irresponsable, gobernará México de 2024 a 2030.

P.D.: Si algo nos pasa es que buscan callarnos…

Comentarios: gerardofm2020gmail.com