/ jueves 22 de julio de 2021

Expediente Confidencial | La tormenta Delta se acerca (y las bolsas de valores lo saben)

Si alguien desea saber si a la humanidad se le viene un problema realmente grave, lo primero que debe hacer es mirar las bolsas de valores.

No falla. En 2020, durante la última semana de febrero, el Dow Jones cayó 12%. Era la peor debacle del índice neoyorkino desde 2008, año en que comenzó la gran crisis financiera global. Eran días donde los gobernantes y sus ministros de salud, en plan muñecos de ventrílocuo, minimizaron el problema del Covid-19

El mismo día, 28 de febrero, cuando se completó aquella semana helada para las bolsas, en México, Hugo López Gatell decía “(El Covid-19) no es una enfermedad grave”.

De hecho, aquel viernes, gran parte de la conferencia de prensa del presidente se dedicó a minimizar al Covid-19. Jorge Alcocer, el secretario de Salud, dijo “Nosotros estamos saliendo del periodo de invierno y esto mitiga la posibilidad de un virus que es no de mucha fuerza letal o de producir enfermedades” (https://www.gob.mx/presidencia/es/articulos/version-estenografica-de-la-conferencia-de-prensa-matutina-viernes-28-de-febrero-de-2020?idiom=es)

Pero las bolsas no mintieron y no tardaríamos ni un mes en ver quién tenía la razón...

Incluso, por si no hubiese bastado aquel aviso de febrero, el Dow Jones cayó 13% (3 mil puntos), el 16 de marzo siguiente. Ese mismo día, por la mañana, López Gatell pronunció una de sus frases más “celebres”: “La fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio, en términos de una persona, un individuo que pudiera contagiar a otro”. Y en esa misma conferencia matutina, hasta un bloguero, de esos que forman parte de la corte mediática gobiernista, se aventó un ‘speech’ sobre cómo la “diarrea severa” mataba más que el Covid-19 y la gravedad de este solamente era amarillismo de los medios “adversos” (https://presidente.gob.mx/16-03-20-version-estenografica-de-la-conferencia-de-prensa-matutina-del-presidente-andres-manuel-lopez-obrador/)

Con esos antecedentes, hay que leer la caída que los mercados registraron el pasado lunes.

El Dow Jones cayó 725 puntos, su mayor descalabro de 2021. No había tenido un declive así desde octubre de 2020, justo antes de la segunda ola de Covid-19, que fue mucho peor que la primera. También hubo un mal día en las bolsas europeas: París bajó 2,54%, Londres 2,34%, Fráncfort 2,62%, Milán 3,34%. El petróleo descendió 6%. El crudo WTI se desplomó más: 7.50%. Hasta el Bitcoin perdió: 2.78%.

Ergo: Se vienen -de nuevo-, malos tiempos.

Los científicos también lo saben.

Andreu Comas García, académico de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), investigador Nivel I del Conacyt y miembro del Consorcio Mexicano de Vigilancia Genómica, encabezó un estudio donde se sometieron 14 pruebas positivas de Covid-19 a un análisis, con el objetivo de identificar variantes. De las 14, nueve infecciones fueron causadas por la variante Delta (64%), incluyendo una por la Delta Plus, más contagiosa aún.

Cito dos declaraciones que Comas le hizo al periodista Ricardo Quiroga, de El Economista: “En los estudios, además, quisimos saber algunas de las características de los pacientes. Por ejemplo, una joven de 18 años regresó de Boston y prácticamente infectó a toda su familia. Otra mujer ya había tenido Covid-19 e incluso ya había sido vacunada, a pesar de eso adquirió la variante y contagió a su esposo y a su bebé. En otro ejemplo, una persona dentro de un grupo de 10 chavos que se fueron a Zipolite estaba infectada; nueve regresaron con síntomas. El papá de una de esas personas, con todo y la vacuna, presentó una neumonía leve

“Basta con que el 5% requiera de hospitalización para saturar el sistema hospitalario. A pesar de estar vacunados o de que ya nos haya dado Covid-19, evidentemente podemos infectarnos y transmitir. Esa idea de no usar cubrebocas por estar vacunados no es válida”.

Los cubrebocas llegaron para quedarse. Lo sabe también la Asociación Americana de Pediatría, que el mismo lunes le corrigió la plana a los Centros de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), advirtiendo que continúa siendo necesario que niñas y niños mayores de 2 años usen mascarillas (https://www.healthychildren.org/spanish/health-issues/conditions/covid-19/paginas/cloth-face-coverings-for-children-during-covid-19.aspx).

Así mismo, el condado de Los Ángeles reimplantó la obligatoriedad del uso del cubrebocas, ante el incremento de contagios, que han llegado a 10 mil por semana. Para darnos una idea: en junio, había 12 casos por cada 100 mil personas. En la última semana, hubo 101 por cada 100 mil. Además, las hospitalizaciones pasaron de 255 (junio 28) a 528 (julio 17) (https://www.latimes.com/espanol/california/articulo/2021-07-19/condado-los-angeles-incremento-casos-coronavirus-variante-delta)

¿Por qué los CDC dicen otra cosa? Porque, desde que Joe Biden llegó al poder, los CDC dan directrices pensando en política, en lo que le conviene a su gobierno y no a la sociedad. No por nada, epidemiólogos como Michael Osterholm y Eric Ding, han criticado sus decisiones. Y ninguno de los dos es republicano, aclaramos.

Mientras, como en febrero de 2020, López Gatell minimizó el martes pasado esta tormenta y dice que ya no puede aplicar restricciones como al inicio de la pandemia porque “tenemos una sociedad desde luego cansada, fatigada, de tener estos largos meses de epidemia” ¿Dónde están los criterios científicos y médicos en esa decisión? En ninguna parte. Es una decisión política. Hay que acabar con las restricciones sanitarias, aunque se enfermen miles y mueran cientos, porque la comarca ya está harta de no poder ir a embriagarse a bares o salir de viaje (a embriagarse también) y debemos tenerla contenta para que siga votando por nosotros. Hay que acabar con las restricciones porque los empresarios que nos patrocinan, como Ricardo Salinas, necesitan seguir llenando sus cuentas en paraísos fiscales y, con medidas sanitarias, no venden igual.

Pero de que viene otra desgracia, viene. El que avisa no es traidor y las bolsas de valores ya tocaron, otra vez, el clarinete. Si nosotros no queremos escucharlo y preferimos hacerle caso a políticos (y empresarios) que nos han mentido, una y otra vez, día tras día, en esta pandemia, luego no nos quejemos de que la pandemia llegue con su tragedia a nuestra puerta. Piense en su familia.

NI LOS OYEN, NI LOS VEN: El doctor Cleavon Gilman es un médico estadounidense, veterano de Irak y especializado en urgencias, que tiene 155 mil 400 seguidores en Twitter. Se ha preocupado, a lo largo de la pandemia, por visibilizar a los fallecidos del Covid-19, particularmente, por contar sus historias, darles un nombre y un rostro, cosa que, por desgracia, los medios no hacen, ni harán. En particular, se centra en niñas, niños, jóvenes y mujeres embarazadas.

Pues bien, el doctor Cleavon retuiteó, el martes, un trino de la enfermera regiomontana Yesenia Rocha, quien, junto a una foto con sus compañeros de labor, comentó: “Aquí vamos de nuevo. Día 0 de la reapertura del covitario. Aguante el IMSS y toda su gente” (https://twitter.com/Cleavon_MD/status/1417721279956783106).

¿Cómo es posible que un estadounidense, tan lejos de Monterrey, de México, note expresiones como la de Yesenia, mientras los medios mexicanos están mucho más preocupados por el último exabrupto de Fernández Noroña? Fácil: Yesenia y quienes son como ella nunca serán objeto de interés mediático porque no pagan, ni pagarán ‘chayote’. Y al 95% de los medios mexicanos solamente les importa el dinero...

Así de podridos y carentes están...

P.D.: Si algo nos pasa, es que buscan callarnos

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com

Si alguien desea saber si a la humanidad se le viene un problema realmente grave, lo primero que debe hacer es mirar las bolsas de valores.

No falla. En 2020, durante la última semana de febrero, el Dow Jones cayó 12%. Era la peor debacle del índice neoyorkino desde 2008, año en que comenzó la gran crisis financiera global. Eran días donde los gobernantes y sus ministros de salud, en plan muñecos de ventrílocuo, minimizaron el problema del Covid-19

El mismo día, 28 de febrero, cuando se completó aquella semana helada para las bolsas, en México, Hugo López Gatell decía “(El Covid-19) no es una enfermedad grave”.

De hecho, aquel viernes, gran parte de la conferencia de prensa del presidente se dedicó a minimizar al Covid-19. Jorge Alcocer, el secretario de Salud, dijo “Nosotros estamos saliendo del periodo de invierno y esto mitiga la posibilidad de un virus que es no de mucha fuerza letal o de producir enfermedades” (https://www.gob.mx/presidencia/es/articulos/version-estenografica-de-la-conferencia-de-prensa-matutina-viernes-28-de-febrero-de-2020?idiom=es)

Pero las bolsas no mintieron y no tardaríamos ni un mes en ver quién tenía la razón...

Incluso, por si no hubiese bastado aquel aviso de febrero, el Dow Jones cayó 13% (3 mil puntos), el 16 de marzo siguiente. Ese mismo día, por la mañana, López Gatell pronunció una de sus frases más “celebres”: “La fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio, en términos de una persona, un individuo que pudiera contagiar a otro”. Y en esa misma conferencia matutina, hasta un bloguero, de esos que forman parte de la corte mediática gobiernista, se aventó un ‘speech’ sobre cómo la “diarrea severa” mataba más que el Covid-19 y la gravedad de este solamente era amarillismo de los medios “adversos” (https://presidente.gob.mx/16-03-20-version-estenografica-de-la-conferencia-de-prensa-matutina-del-presidente-andres-manuel-lopez-obrador/)

Con esos antecedentes, hay que leer la caída que los mercados registraron el pasado lunes.

El Dow Jones cayó 725 puntos, su mayor descalabro de 2021. No había tenido un declive así desde octubre de 2020, justo antes de la segunda ola de Covid-19, que fue mucho peor que la primera. También hubo un mal día en las bolsas europeas: París bajó 2,54%, Londres 2,34%, Fráncfort 2,62%, Milán 3,34%. El petróleo descendió 6%. El crudo WTI se desplomó más: 7.50%. Hasta el Bitcoin perdió: 2.78%.

Ergo: Se vienen -de nuevo-, malos tiempos.

Los científicos también lo saben.

Andreu Comas García, académico de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), investigador Nivel I del Conacyt y miembro del Consorcio Mexicano de Vigilancia Genómica, encabezó un estudio donde se sometieron 14 pruebas positivas de Covid-19 a un análisis, con el objetivo de identificar variantes. De las 14, nueve infecciones fueron causadas por la variante Delta (64%), incluyendo una por la Delta Plus, más contagiosa aún.

Cito dos declaraciones que Comas le hizo al periodista Ricardo Quiroga, de El Economista: “En los estudios, además, quisimos saber algunas de las características de los pacientes. Por ejemplo, una joven de 18 años regresó de Boston y prácticamente infectó a toda su familia. Otra mujer ya había tenido Covid-19 e incluso ya había sido vacunada, a pesar de eso adquirió la variante y contagió a su esposo y a su bebé. En otro ejemplo, una persona dentro de un grupo de 10 chavos que se fueron a Zipolite estaba infectada; nueve regresaron con síntomas. El papá de una de esas personas, con todo y la vacuna, presentó una neumonía leve

“Basta con que el 5% requiera de hospitalización para saturar el sistema hospitalario. A pesar de estar vacunados o de que ya nos haya dado Covid-19, evidentemente podemos infectarnos y transmitir. Esa idea de no usar cubrebocas por estar vacunados no es válida”.

Los cubrebocas llegaron para quedarse. Lo sabe también la Asociación Americana de Pediatría, que el mismo lunes le corrigió la plana a los Centros de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), advirtiendo que continúa siendo necesario que niñas y niños mayores de 2 años usen mascarillas (https://www.healthychildren.org/spanish/health-issues/conditions/covid-19/paginas/cloth-face-coverings-for-children-during-covid-19.aspx).

Así mismo, el condado de Los Ángeles reimplantó la obligatoriedad del uso del cubrebocas, ante el incremento de contagios, que han llegado a 10 mil por semana. Para darnos una idea: en junio, había 12 casos por cada 100 mil personas. En la última semana, hubo 101 por cada 100 mil. Además, las hospitalizaciones pasaron de 255 (junio 28) a 528 (julio 17) (https://www.latimes.com/espanol/california/articulo/2021-07-19/condado-los-angeles-incremento-casos-coronavirus-variante-delta)

¿Por qué los CDC dicen otra cosa? Porque, desde que Joe Biden llegó al poder, los CDC dan directrices pensando en política, en lo que le conviene a su gobierno y no a la sociedad. No por nada, epidemiólogos como Michael Osterholm y Eric Ding, han criticado sus decisiones. Y ninguno de los dos es republicano, aclaramos.

Mientras, como en febrero de 2020, López Gatell minimizó el martes pasado esta tormenta y dice que ya no puede aplicar restricciones como al inicio de la pandemia porque “tenemos una sociedad desde luego cansada, fatigada, de tener estos largos meses de epidemia” ¿Dónde están los criterios científicos y médicos en esa decisión? En ninguna parte. Es una decisión política. Hay que acabar con las restricciones sanitarias, aunque se enfermen miles y mueran cientos, porque la comarca ya está harta de no poder ir a embriagarse a bares o salir de viaje (a embriagarse también) y debemos tenerla contenta para que siga votando por nosotros. Hay que acabar con las restricciones porque los empresarios que nos patrocinan, como Ricardo Salinas, necesitan seguir llenando sus cuentas en paraísos fiscales y, con medidas sanitarias, no venden igual.

Pero de que viene otra desgracia, viene. El que avisa no es traidor y las bolsas de valores ya tocaron, otra vez, el clarinete. Si nosotros no queremos escucharlo y preferimos hacerle caso a políticos (y empresarios) que nos han mentido, una y otra vez, día tras día, en esta pandemia, luego no nos quejemos de que la pandemia llegue con su tragedia a nuestra puerta. Piense en su familia.

NI LOS OYEN, NI LOS VEN: El doctor Cleavon Gilman es un médico estadounidense, veterano de Irak y especializado en urgencias, que tiene 155 mil 400 seguidores en Twitter. Se ha preocupado, a lo largo de la pandemia, por visibilizar a los fallecidos del Covid-19, particularmente, por contar sus historias, darles un nombre y un rostro, cosa que, por desgracia, los medios no hacen, ni harán. En particular, se centra en niñas, niños, jóvenes y mujeres embarazadas.

Pues bien, el doctor Cleavon retuiteó, el martes, un trino de la enfermera regiomontana Yesenia Rocha, quien, junto a una foto con sus compañeros de labor, comentó: “Aquí vamos de nuevo. Día 0 de la reapertura del covitario. Aguante el IMSS y toda su gente” (https://twitter.com/Cleavon_MD/status/1417721279956783106).

¿Cómo es posible que un estadounidense, tan lejos de Monterrey, de México, note expresiones como la de Yesenia, mientras los medios mexicanos están mucho más preocupados por el último exabrupto de Fernández Noroña? Fácil: Yesenia y quienes son como ella nunca serán objeto de interés mediático porque no pagan, ni pagarán ‘chayote’. Y al 95% de los medios mexicanos solamente les importa el dinero...

Así de podridos y carentes están...

P.D.: Si algo nos pasa, es que buscan callarnos

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com