/ miércoles 18 de mayo de 2022

Expediente Confidencial | Los mineros y el maridaje del poder político y el económico

"¿Quieren saber cómo será el cambio? Les cuento lo que me planteó, en una ocasión, un hombre mayor, un migrante poblano que está en San Quintín, Baja California. Me dijo: "Licenciado, así como Juárez separó al estado de la iglesia, usted debe separar al poder económico del político. Que haya un gobierno que represente a todos, a pobres y a ricos". Este bonito e irreal mensaje fue expresado, en uno de sus spots de campaña rumbo a las elecciones de 2018, por el hoy presidente, Andrés Manuel López Obrador (http://pautas.ine.mx/materiales/pef_2018/RA01040-18.mp3).

El mandatario refrendó esa idea en su conferencia matutina del 2 de diciembre de 2019: "Lo que se necesita ahora es separar al poder económico del poder político, para que el gobierno represente a todos, (para) que no esté convertido en un comité, al servicio de una minoría" (https://www.youtube.com/watch?v=zsF8Y_0oWUU).

Y el 27 de abril de 2020, López Obrador dio como un hecho tal bifurcación: "Ya no es como antes. Antes, el poder económico y el poder político eran lo mismo, se alimentaban, se nutrían, mutuamente. Ahora ya no. Ahora el gobierno representa a todos. Hay una separación entre poder económico y poder político".

Pero las palabras, en los políticos, nunca dejan de ser palabras.

La realidad: Ayer, mineros de la empresa Frisco, propiedad de Carlos Slim, bloquearon intermitentemente la carretera federal entre Mexicali y San Felipe ¿La razón? Que se niegan a pagarles su salario y el reparto de utilidades.

Un minero le dijo a Carlos Jiménez, del canal 66, que “en la mina es puro atropello, hermano. Nos quitaron el agua, la luz, nos quitaron todo, hasta el sueldo. Unos compañeros ganaban 80 pesos, otros 200. Obviamente, por las deducciones que tienen. No tenemos luz, no tenemos agua, nos quitaron el comedor. O sea, nos han quitado todo y no nos resuelven nada. Entonces, estamos hartos y cansados de lo mismo… Ya es mucho. Llevamos tres semanas aquí y si no fuera por la bondad de la gente, que nos echa la mano, ¿qué comeríamos?”

Las protestas comenzaron hace dos semanas y Frisco ha optado por la vileza para acallarlas. Alejandro Domínguez, de la OEM, detalla: "El protestar les ha salido caro a los 173 trabajadores sindicalizados de la Minera Frisco, ya que en las casas móviles donde duermen, les han cortado el suministro de energía eléctrica, así como el servicio de comedor. Cuentan con agua potable gracias a que se las ha donado el Concejo Fundacional Municipal de San Felipe, que es de mucho mejor calidad que la proporcionada por la empresa, ya que esta es extraída del subsuelo de la mina, y cuenta con un alto contenido de sal, y por el mal estado de los contenedores, a algunos hasta les salieron ronchas. Los trabajadores deben convivir con un contenedor de basura que se encuentra hasta el tope y que la empresa no ha retirado y que ha generado una gran cantidad de moscas, lo que aumenta las condiciones de insalubridad del lugar" (https://www.lavozdelafrontera.com.mx/local/sufren-trabajadores-de-mina-condiciones-adversas-8296444.html).

Pero en tanto los mineros viven ese infierno, a Carlos Slim le va magníficamente bien con su empresa minera. Cito una nota de Tzuara de Luna, en Milenio: "De enero a marzo, las ventas de Minera Frisco, propiedad de Carlos Slim, sumaron 3 mil 602 millones de pesos, resultando en un incremento de 23 por ciento frente al mismo periodo del año anterior, beneficiadas por el encarecimiento de los metales" (https://www.milenio.com/negocios/ventas-minera-frisco-aumentan-23-encarecimiento-metales).

Ante las injusticias y los malos tratos perpetrados contra los mineros sanfelipenses, el gobierno federal voltea para otro lado.

"Carlos Slim ha actuado de manera responsable, institucional y está siempre en condiciones de llegar a acuerdos en todo, no juega a las vencidas como otros, afortunadamente pocos, que quieren someter al gobierno", dijo López Obrador, el 18 de junio de 2021.

Y apenas el 4 de marzo, en otra de sus conferencias matutinas, López Obrador refirió: "Celebro lo que dijo Carlos Slim, de que tiene que haber respeto a la investidura presidencial. A mí no me impuso la cúpula económica, como era antes (...) Estamos en contra de la riqueza mal habida, de la corrupción, de que el país sea de unos cuantos". Todas esas palabras suenan a burla cuando uno ve lo que sucede con los mineros de Frisco.

Para quien lo olvide, Slim, además, construye el tramo 2 del Tren Maya.

INTERESES

Los políticos siempre tendrán empresarios que funjan como sus mecenas. Esto se debe a que, por sí misma, la política es un oficio de haraganes.

No hay político que no sea un vividor, un haragán, un mantenido. Los políticos son incapaces de producir un solo peso, pero gastan muchísimos, tanto en sus campañas, como en los lujos y excesos que les rodean. Así que necesitan alguien que pague la factura, un 'papi' rico, un 'sugar daddy'.

Lo anterior no es privativo de México. Todos, desde Joe Biden hasta Vladimir Putin, desde Emmanuel Macron hasta Boris Johnson, son iguales. Vividores, haraganes, mantenidos, necesitados de mecenas.

Ahora bien, los mecenas de esos políticos deben tener muchísimo dinero porque, como ya dijimos, no salen baratos sus gastos. Y ahí solamente hay dos posibilidades: empresarios de anchurosas arcas, o mafias de también cuantiosos recursos. Por eso, los políticos mexicanos siempre acaban ligados a empresarios y narcotraficantes, porque son los huéspedes idóneos para tales sabandijas.

Pero esos mecenas, lógicamente, no van a regalar su dinero. Para ellos, patrocinar a semejantes 'ninis' es una inversión. El objetivo es llevar al poder a esos políticos para que, una vez en este, les regresen ese dinero y hasta con intereses. A los empresarios, mediante jugosos contratos. A los criminales, dándoles facilidades para sus negocios ilícitos, cuando no utilizando a las fuerzas de seguridad para enfrentar a sus rivales, es decir, a quienes no les dieron dinero a esos políticos.

Y una forma de pago adicional para esos mecenas se registra, precisamente, en conflictos como este, donde las autoridades, simplemente, voltean para otro lado, dejando solos a los trabajadores.

Mientras la política a nivel mundial esté basada en la democracia representativa (es decir, en que los ciudadanos eligen a un político que, teóricamente, y solo teóricamente, los representa) y no en la directa, ese círculo vicioso jamás acabará.

Por eso, la historia de los mineros de San Felipe es un 'remake' de la que vivieron, hace un siglo, sus colegas de Cananea. Claro, ahora no es necesario ahogar en sangre ninguna protesta, porque esos políticos y sus mecenas han ido refinando sus estrategias.

Si alguien considera que el pago de 80 pesos a la quincena que recibieron algunos mineros sanfelipenses implica estar mejor que hace un siglo, evidentemente, ese alguien es un privilegiado.

MEDIOS

El poder económico no solamente tiene una simbiosis de corrupción con la política, sino también con los medios.

A través de la publicidad de sus empresas, a la usanza de lo que hacen sus socios políticos, premian o castigan.

Ejemplos de lo anterior sobran en México. Hace unos días (12 de mayo), se cumplieron 25 años de aquel especial conducido por Ciro Gómez Leyva, transmitido por el entonces canal 40 (el verdadero, no ese remedo actual en manos de Salinas Pliego), con las denuncias, inéditas, históricas, contra Marcial Maciel, jerarca de los Legionarios de Cristo, tras lo cual Bimbo le retiró toda la publicidad a dicha emisora. Cinco años más tarde, el 15 y 17 de abril de 2002, nuevos testimonios contra Maciel fueron emitidos en Círculo Rojo, programa conducido por Carmen Aristegui y Javier Solórzano en el mismísimo Canal de las Estrellas (era la época en que Televisa quería disfrazarse de democrática... y que no fue sino una Primavera de Praga). Nuevamente, la andanada de Bimbo se repitió, hasta que el programa fue suprimido, en octubre de ese año.

Otra vuelta de tuerca, más grave, más podrida, es la compra de medios por parte de estos mecenas. Ahí está Jeff Bezos, como dueño del Washington Post, medio otrora respetable, que ahora es un pasquín sujeto a las filias y fobias del también propietario de Amazon. Un burdo y vulgar altavoz de un multimillonario.

Las políticas laborales de Amazon son terribles y, por supuesto, de eso jamás hablará ese Washington Post convertido, por ello, entre otras muchas cosas, en una pieza de estiércol.

El periodismo, intrínsecamente, por su deontología, no puede ser negocio. Entre más negocio es, más jirones deontológicos necesita perder. Y no hay equilibrio posible. O se es, o no se es.

¿Hay que poner comida sobre la mesa? Es obvio. Sin embargo, es ahí donde el periodista, como individuo, necesita plantearse otros caminos de avituallamiento. Quien busque vivir del periodismo y solo de este, tenderá, inexorablemente, a corromperse, de forma directa (por sí mismo) o indirecta (porque su medio se corrompa y él deba sujetarse a esa camisa de fuerza)...

CONCLUSIÓN

Protestas como la de los mineros de San Felipe continuarán ocurriendo en un país como este, donde los derechos laborales no son, ni serán respetados, por potentados como Slim, a quienes les basta ser mecenas de las sabandijas políticas de turno, para gozar de impunidad.

Puede llegar de presidenta o presidente quien usted quiera. Eso no cambiará.

Lo que podemos hacer, lo que debemos hacer, sin embargo, es no ponérselas fácil a esos sujetos. Hay que darle voz a esas protestas. Hay que darle voz a quienes no tienen voz. El silencio es un triunfo final que nunca hay que concederles

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com

"¿Quieren saber cómo será el cambio? Les cuento lo que me planteó, en una ocasión, un hombre mayor, un migrante poblano que está en San Quintín, Baja California. Me dijo: "Licenciado, así como Juárez separó al estado de la iglesia, usted debe separar al poder económico del político. Que haya un gobierno que represente a todos, a pobres y a ricos". Este bonito e irreal mensaje fue expresado, en uno de sus spots de campaña rumbo a las elecciones de 2018, por el hoy presidente, Andrés Manuel López Obrador (http://pautas.ine.mx/materiales/pef_2018/RA01040-18.mp3).

El mandatario refrendó esa idea en su conferencia matutina del 2 de diciembre de 2019: "Lo que se necesita ahora es separar al poder económico del poder político, para que el gobierno represente a todos, (para) que no esté convertido en un comité, al servicio de una minoría" (https://www.youtube.com/watch?v=zsF8Y_0oWUU).

Y el 27 de abril de 2020, López Obrador dio como un hecho tal bifurcación: "Ya no es como antes. Antes, el poder económico y el poder político eran lo mismo, se alimentaban, se nutrían, mutuamente. Ahora ya no. Ahora el gobierno representa a todos. Hay una separación entre poder económico y poder político".

Pero las palabras, en los políticos, nunca dejan de ser palabras.

La realidad: Ayer, mineros de la empresa Frisco, propiedad de Carlos Slim, bloquearon intermitentemente la carretera federal entre Mexicali y San Felipe ¿La razón? Que se niegan a pagarles su salario y el reparto de utilidades.

Un minero le dijo a Carlos Jiménez, del canal 66, que “en la mina es puro atropello, hermano. Nos quitaron el agua, la luz, nos quitaron todo, hasta el sueldo. Unos compañeros ganaban 80 pesos, otros 200. Obviamente, por las deducciones que tienen. No tenemos luz, no tenemos agua, nos quitaron el comedor. O sea, nos han quitado todo y no nos resuelven nada. Entonces, estamos hartos y cansados de lo mismo… Ya es mucho. Llevamos tres semanas aquí y si no fuera por la bondad de la gente, que nos echa la mano, ¿qué comeríamos?”

Las protestas comenzaron hace dos semanas y Frisco ha optado por la vileza para acallarlas. Alejandro Domínguez, de la OEM, detalla: "El protestar les ha salido caro a los 173 trabajadores sindicalizados de la Minera Frisco, ya que en las casas móviles donde duermen, les han cortado el suministro de energía eléctrica, así como el servicio de comedor. Cuentan con agua potable gracias a que se las ha donado el Concejo Fundacional Municipal de San Felipe, que es de mucho mejor calidad que la proporcionada por la empresa, ya que esta es extraída del subsuelo de la mina, y cuenta con un alto contenido de sal, y por el mal estado de los contenedores, a algunos hasta les salieron ronchas. Los trabajadores deben convivir con un contenedor de basura que se encuentra hasta el tope y que la empresa no ha retirado y que ha generado una gran cantidad de moscas, lo que aumenta las condiciones de insalubridad del lugar" (https://www.lavozdelafrontera.com.mx/local/sufren-trabajadores-de-mina-condiciones-adversas-8296444.html).

Pero en tanto los mineros viven ese infierno, a Carlos Slim le va magníficamente bien con su empresa minera. Cito una nota de Tzuara de Luna, en Milenio: "De enero a marzo, las ventas de Minera Frisco, propiedad de Carlos Slim, sumaron 3 mil 602 millones de pesos, resultando en un incremento de 23 por ciento frente al mismo periodo del año anterior, beneficiadas por el encarecimiento de los metales" (https://www.milenio.com/negocios/ventas-minera-frisco-aumentan-23-encarecimiento-metales).

Ante las injusticias y los malos tratos perpetrados contra los mineros sanfelipenses, el gobierno federal voltea para otro lado.

"Carlos Slim ha actuado de manera responsable, institucional y está siempre en condiciones de llegar a acuerdos en todo, no juega a las vencidas como otros, afortunadamente pocos, que quieren someter al gobierno", dijo López Obrador, el 18 de junio de 2021.

Y apenas el 4 de marzo, en otra de sus conferencias matutinas, López Obrador refirió: "Celebro lo que dijo Carlos Slim, de que tiene que haber respeto a la investidura presidencial. A mí no me impuso la cúpula económica, como era antes (...) Estamos en contra de la riqueza mal habida, de la corrupción, de que el país sea de unos cuantos". Todas esas palabras suenan a burla cuando uno ve lo que sucede con los mineros de Frisco.

Para quien lo olvide, Slim, además, construye el tramo 2 del Tren Maya.

INTERESES

Los políticos siempre tendrán empresarios que funjan como sus mecenas. Esto se debe a que, por sí misma, la política es un oficio de haraganes.

No hay político que no sea un vividor, un haragán, un mantenido. Los políticos son incapaces de producir un solo peso, pero gastan muchísimos, tanto en sus campañas, como en los lujos y excesos que les rodean. Así que necesitan alguien que pague la factura, un 'papi' rico, un 'sugar daddy'.

Lo anterior no es privativo de México. Todos, desde Joe Biden hasta Vladimir Putin, desde Emmanuel Macron hasta Boris Johnson, son iguales. Vividores, haraganes, mantenidos, necesitados de mecenas.

Ahora bien, los mecenas de esos políticos deben tener muchísimo dinero porque, como ya dijimos, no salen baratos sus gastos. Y ahí solamente hay dos posibilidades: empresarios de anchurosas arcas, o mafias de también cuantiosos recursos. Por eso, los políticos mexicanos siempre acaban ligados a empresarios y narcotraficantes, porque son los huéspedes idóneos para tales sabandijas.

Pero esos mecenas, lógicamente, no van a regalar su dinero. Para ellos, patrocinar a semejantes 'ninis' es una inversión. El objetivo es llevar al poder a esos políticos para que, una vez en este, les regresen ese dinero y hasta con intereses. A los empresarios, mediante jugosos contratos. A los criminales, dándoles facilidades para sus negocios ilícitos, cuando no utilizando a las fuerzas de seguridad para enfrentar a sus rivales, es decir, a quienes no les dieron dinero a esos políticos.

Y una forma de pago adicional para esos mecenas se registra, precisamente, en conflictos como este, donde las autoridades, simplemente, voltean para otro lado, dejando solos a los trabajadores.

Mientras la política a nivel mundial esté basada en la democracia representativa (es decir, en que los ciudadanos eligen a un político que, teóricamente, y solo teóricamente, los representa) y no en la directa, ese círculo vicioso jamás acabará.

Por eso, la historia de los mineros de San Felipe es un 'remake' de la que vivieron, hace un siglo, sus colegas de Cananea. Claro, ahora no es necesario ahogar en sangre ninguna protesta, porque esos políticos y sus mecenas han ido refinando sus estrategias.

Si alguien considera que el pago de 80 pesos a la quincena que recibieron algunos mineros sanfelipenses implica estar mejor que hace un siglo, evidentemente, ese alguien es un privilegiado.

MEDIOS

El poder económico no solamente tiene una simbiosis de corrupción con la política, sino también con los medios.

A través de la publicidad de sus empresas, a la usanza de lo que hacen sus socios políticos, premian o castigan.

Ejemplos de lo anterior sobran en México. Hace unos días (12 de mayo), se cumplieron 25 años de aquel especial conducido por Ciro Gómez Leyva, transmitido por el entonces canal 40 (el verdadero, no ese remedo actual en manos de Salinas Pliego), con las denuncias, inéditas, históricas, contra Marcial Maciel, jerarca de los Legionarios de Cristo, tras lo cual Bimbo le retiró toda la publicidad a dicha emisora. Cinco años más tarde, el 15 y 17 de abril de 2002, nuevos testimonios contra Maciel fueron emitidos en Círculo Rojo, programa conducido por Carmen Aristegui y Javier Solórzano en el mismísimo Canal de las Estrellas (era la época en que Televisa quería disfrazarse de democrática... y que no fue sino una Primavera de Praga). Nuevamente, la andanada de Bimbo se repitió, hasta que el programa fue suprimido, en octubre de ese año.

Otra vuelta de tuerca, más grave, más podrida, es la compra de medios por parte de estos mecenas. Ahí está Jeff Bezos, como dueño del Washington Post, medio otrora respetable, que ahora es un pasquín sujeto a las filias y fobias del también propietario de Amazon. Un burdo y vulgar altavoz de un multimillonario.

Las políticas laborales de Amazon son terribles y, por supuesto, de eso jamás hablará ese Washington Post convertido, por ello, entre otras muchas cosas, en una pieza de estiércol.

El periodismo, intrínsecamente, por su deontología, no puede ser negocio. Entre más negocio es, más jirones deontológicos necesita perder. Y no hay equilibrio posible. O se es, o no se es.

¿Hay que poner comida sobre la mesa? Es obvio. Sin embargo, es ahí donde el periodista, como individuo, necesita plantearse otros caminos de avituallamiento. Quien busque vivir del periodismo y solo de este, tenderá, inexorablemente, a corromperse, de forma directa (por sí mismo) o indirecta (porque su medio se corrompa y él deba sujetarse a esa camisa de fuerza)...

CONCLUSIÓN

Protestas como la de los mineros de San Felipe continuarán ocurriendo en un país como este, donde los derechos laborales no son, ni serán respetados, por potentados como Slim, a quienes les basta ser mecenas de las sabandijas políticas de turno, para gozar de impunidad.

Puede llegar de presidenta o presidente quien usted quiera. Eso no cambiará.

Lo que podemos hacer, lo que debemos hacer, sin embargo, es no ponérselas fácil a esos sujetos. Hay que darle voz a esas protestas. Hay que darle voz a quienes no tienen voz. El silencio es un triunfo final que nunca hay que concederles

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com