/ martes 26 de julio de 2022

Expediente Confidencial | Luz, Margarita... no vale nada la vida

Los asesinatos, brutales, estremecedores, de Luz Raquel Padilla y Margarita Ceceña, son un síntoma de la oscuridad absoluta en que estamos como sociedad.

El de Luz, madre de Bruno, un niño con Trastorno del Espectro Autista, refleja algo que, por desgracia, es cotidiano, por más que se niegue: los mexicanos no 'tragan' la discapacidad.

El mexicano es un pueblo realmente cruel con quienes tienen alguna.

La inmensa mayoría de las personas ven a un niño con Síndrome de Down, TEA, discapacidad visual o motora, y su reacción va desde mostrar lástima -creyendo, absurdamente, que es "lo correcto"-, hasta asco, expresado en mirarlos como "animalitos raros".

Lejos de fomentar una cultura de inclusión, el Teletón ha fortalecido dichas ideas, porque se convirtió a las niñas y los niños con discapacidad en objetos de lástima y espectáculo, como si fueran "La mujer barbuda" de un circo...

Súmele a eso que, evidentemente, el vecino de Luz es un ignorante sin escrúpulos y ahí está el motivo de su reacción de odio hacia Bruno.

Ignorante porque, aunque como manifestación exacerbada de ese odio, el vecino le decía "mongol" a Bruno, el pequeño de 11 años tiene una capacidad intelectual superior a la de él.

Pero el feminicidio de Luz también arroja un nuevo elemento que lo lleva a niveles de horror: en los entornos donde confluyen la ignorancia y la violencia, ahora todo se resuelve matando. Y no solamente matando así en abstracto, sino haciéndolo con una superlativa saña.

Ahora, la nueva "tendencia" en resolución de conflictos sociales, vecinales o familiares, es quemar vivo al otro.

Ahí entra lo que vimos con Margarita Ceceña, asesinada por sus propios familiares, simplemente para echarla de la casa donde vivía.

Pero también pasó lo mismo en el caso de Daniel Picazo, ex asesor del Congreso de la Unión, a quien, igualmente, lo rociaron con gasolina y le prendieron fuego, porque creyeron que era un secuestrador.

¿A poco no le da vergüenza, asco, repulsión y pesar, formar parte de este país?

El viernes, en su conferencia de prensa matutina, López Obrador dijo que "¿saben por qué nos salvamos y no está México convertido en un infierno? Precisamente por los valores culturales, por la herencia que nos dejaron las grandes civilizaciones, por los valores que hay todavía en nuestro pueblo, en nuestras familias".

En verdad que el presidente vive en una realidad paralela.

¿De qué valores habla? Si de aquellos que nos dieron identidad y fuerza para resistir muchas cosas, ya nada queda...

México ya está convertido en un infierno.

Un infierno donde, si a un vecino le molestan los sonidos de un niño con TEA, sufriendo una crisis, pues mata a su madre, quemándola viva.

Un infierno donde, si unos familiares se disputan una casa, van con palos, machetes y un bidón de gasolina, para "dirimir" el conflicto.

Es el mismo infierno donde existen 'El Chueco', los 'cobros de piso' por doquier, los periodistas amenazados y asesinados...

El infierno donde lo que le importa a la clase política no es apagar las llamas, sino sumarse a la "corcholata" correcta, para seguir libando seis años más de la ubre presupuestal; donde lo que es relevante para quienes nos gobiernan es la próxima emisión del 'Martes del jaguar', a ver si sale o no otro audio de 'Alito' Moreno, que descobije sus pecados.

Un infierno que ellos contribuyeron a crear, pero que no sufren, porque viven tras muros, rejas electrificadas y con decenas de guaruras cuidándolos a cada paso.

Un infierno que no padecen, porque a esa clase política nadie tiene el poder de quemarla viva.

Un infierno donde usted y yo estamos solos.

Un infierno donde la vida no vale nada, como decía la canción de José Alfredo que fue presagio sin saberlo y ahora es nuestro himno nacional sin quererlo...

P.D.: Si algo nos pasa, buscan callarnos

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com

Los asesinatos, brutales, estremecedores, de Luz Raquel Padilla y Margarita Ceceña, son un síntoma de la oscuridad absoluta en que estamos como sociedad.

El de Luz, madre de Bruno, un niño con Trastorno del Espectro Autista, refleja algo que, por desgracia, es cotidiano, por más que se niegue: los mexicanos no 'tragan' la discapacidad.

El mexicano es un pueblo realmente cruel con quienes tienen alguna.

La inmensa mayoría de las personas ven a un niño con Síndrome de Down, TEA, discapacidad visual o motora, y su reacción va desde mostrar lástima -creyendo, absurdamente, que es "lo correcto"-, hasta asco, expresado en mirarlos como "animalitos raros".

Lejos de fomentar una cultura de inclusión, el Teletón ha fortalecido dichas ideas, porque se convirtió a las niñas y los niños con discapacidad en objetos de lástima y espectáculo, como si fueran "La mujer barbuda" de un circo...

Súmele a eso que, evidentemente, el vecino de Luz es un ignorante sin escrúpulos y ahí está el motivo de su reacción de odio hacia Bruno.

Ignorante porque, aunque como manifestación exacerbada de ese odio, el vecino le decía "mongol" a Bruno, el pequeño de 11 años tiene una capacidad intelectual superior a la de él.

Pero el feminicidio de Luz también arroja un nuevo elemento que lo lleva a niveles de horror: en los entornos donde confluyen la ignorancia y la violencia, ahora todo se resuelve matando. Y no solamente matando así en abstracto, sino haciéndolo con una superlativa saña.

Ahora, la nueva "tendencia" en resolución de conflictos sociales, vecinales o familiares, es quemar vivo al otro.

Ahí entra lo que vimos con Margarita Ceceña, asesinada por sus propios familiares, simplemente para echarla de la casa donde vivía.

Pero también pasó lo mismo en el caso de Daniel Picazo, ex asesor del Congreso de la Unión, a quien, igualmente, lo rociaron con gasolina y le prendieron fuego, porque creyeron que era un secuestrador.

¿A poco no le da vergüenza, asco, repulsión y pesar, formar parte de este país?

El viernes, en su conferencia de prensa matutina, López Obrador dijo que "¿saben por qué nos salvamos y no está México convertido en un infierno? Precisamente por los valores culturales, por la herencia que nos dejaron las grandes civilizaciones, por los valores que hay todavía en nuestro pueblo, en nuestras familias".

En verdad que el presidente vive en una realidad paralela.

¿De qué valores habla? Si de aquellos que nos dieron identidad y fuerza para resistir muchas cosas, ya nada queda...

México ya está convertido en un infierno.

Un infierno donde, si a un vecino le molestan los sonidos de un niño con TEA, sufriendo una crisis, pues mata a su madre, quemándola viva.

Un infierno donde, si unos familiares se disputan una casa, van con palos, machetes y un bidón de gasolina, para "dirimir" el conflicto.

Es el mismo infierno donde existen 'El Chueco', los 'cobros de piso' por doquier, los periodistas amenazados y asesinados...

El infierno donde lo que le importa a la clase política no es apagar las llamas, sino sumarse a la "corcholata" correcta, para seguir libando seis años más de la ubre presupuestal; donde lo que es relevante para quienes nos gobiernan es la próxima emisión del 'Martes del jaguar', a ver si sale o no otro audio de 'Alito' Moreno, que descobije sus pecados.

Un infierno que ellos contribuyeron a crear, pero que no sufren, porque viven tras muros, rejas electrificadas y con decenas de guaruras cuidándolos a cada paso.

Un infierno que no padecen, porque a esa clase política nadie tiene el poder de quemarla viva.

Un infierno donde usted y yo estamos solos.

Un infierno donde la vida no vale nada, como decía la canción de José Alfredo que fue presagio sin saberlo y ahora es nuestro himno nacional sin quererlo...

P.D.: Si algo nos pasa, buscan callarnos

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com