/ jueves 29 de julio de 2021

Expediente Confidencial | Morena vs. Morena, por la caja chica… y la gubernatura 2027-2033

Lo que pasó ayer en el congreso estatal debe analizarse desde tres perspectivas.

La primera, Morena se fragmentó en dos pedazos. Esas fracciones (y facciones), jamás se volverán a unir, porque ambas quieren lo mismo: la gubernatura del estado para el periodo 2027-2033.

La segunda, lo que se pelearon ayer no fue lo bueno o malo, o lo viable o inviable que resulta la municipalización de las comisiones del agua, sino una gigantesca caja chica. Para darnos una idea de qué tan grande es dicha caja, basta con ver el inmenso agarrón que se dieron entre ellos, donde hubo desde jugosas ofertas, hasta amenazas cavernícolas.

Para nadie es un secreto que las comisiones de Servicios Públicos han servido para todo, menos para brindar un servicio eficiente de agua potable y drenaje.

La utilización de estas, o más bien, de sus recursos, para financiar campañas políticas y meter parientes, amigos, protegidos políticos y hasta amantes, en sus nóminas, ha sido la norma.

A las dos facciones morenistas enfrentadas, les importa entre cero y nada si hay un buen servicio de agua potable o si las comisiones están endeudadas. Lo que se pelearon ayer fueron el dinero de esas comisiones y la posibilidad de usufructuar su nómina, como dos perros callejeros se pelearían un bistec.

Sea que se vayan a los municipios, o sea que se queden controladas por el Ejecutivo, las comisiones del agua seguirán dando un pésimo servicio, los tandeos seguirán ocurriendo, las tuberías seguirán reventando, el drenaje seguirá colapsando a la menor tormenta, y las alcantarillas seguirán azolvadas. Lo de ayer fue un pleito de políticos donde la ciudadanía ni gana, ni pierde.

La tercera es que la votación de ayer fue una piedra de toque para ver quién está con quién.

Quedó clarísimo que el “priista” Javier Robles y la “panista” Eva María Vásquez, podrán no ser morenistas, pero si marinistas.

Y que el “pebecista” Rodrigo Otáñez, que tanto abjuró del morenismo, al final no desdeñó al bonillismo.

Eso significa que, tras dos derrotas, los opositores ya se rindieron y ahora, su mayor aspiración, ya no es competir contra Morena, sino arrimarse al sol que más calienta, acomodándose, en calidad de rémoras, con la facción guinda que mejor pague su amor, al estilo de lo que hicieron los partidos bonsái, en el pasado, con PAN y PRI.

Y entre morenistas, ya se vio quién es marinista y quién es bonillista.

O, mejor dicho, julietista y montserratista. Porque a eso va este pleito. El régimen que viene busca extender su dominio hasta 2033, con Julieta Ramírez como gobernadora, siguiendo el mismo camino de su mentora: diputada federal, alcaldesa y, finalmente, al Centro Cívico. El régimen que se va busca recuperar el máximo poder estatal, en 2027, a través de Montserrat Caballero como plan ‘a’ y Armando Ayala como plan ‘b’.

De eso fue lo de ayer. Y los cuentos, a contárselos a los niños antes de dormir.

P.D.: Si algo nos pasa, es que buscan callarnos

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com

Lo que pasó ayer en el congreso estatal debe analizarse desde tres perspectivas.

La primera, Morena se fragmentó en dos pedazos. Esas fracciones (y facciones), jamás se volverán a unir, porque ambas quieren lo mismo: la gubernatura del estado para el periodo 2027-2033.

La segunda, lo que se pelearon ayer no fue lo bueno o malo, o lo viable o inviable que resulta la municipalización de las comisiones del agua, sino una gigantesca caja chica. Para darnos una idea de qué tan grande es dicha caja, basta con ver el inmenso agarrón que se dieron entre ellos, donde hubo desde jugosas ofertas, hasta amenazas cavernícolas.

Para nadie es un secreto que las comisiones de Servicios Públicos han servido para todo, menos para brindar un servicio eficiente de agua potable y drenaje.

La utilización de estas, o más bien, de sus recursos, para financiar campañas políticas y meter parientes, amigos, protegidos políticos y hasta amantes, en sus nóminas, ha sido la norma.

A las dos facciones morenistas enfrentadas, les importa entre cero y nada si hay un buen servicio de agua potable o si las comisiones están endeudadas. Lo que se pelearon ayer fueron el dinero de esas comisiones y la posibilidad de usufructuar su nómina, como dos perros callejeros se pelearían un bistec.

Sea que se vayan a los municipios, o sea que se queden controladas por el Ejecutivo, las comisiones del agua seguirán dando un pésimo servicio, los tandeos seguirán ocurriendo, las tuberías seguirán reventando, el drenaje seguirá colapsando a la menor tormenta, y las alcantarillas seguirán azolvadas. Lo de ayer fue un pleito de políticos donde la ciudadanía ni gana, ni pierde.

La tercera es que la votación de ayer fue una piedra de toque para ver quién está con quién.

Quedó clarísimo que el “priista” Javier Robles y la “panista” Eva María Vásquez, podrán no ser morenistas, pero si marinistas.

Y que el “pebecista” Rodrigo Otáñez, que tanto abjuró del morenismo, al final no desdeñó al bonillismo.

Eso significa que, tras dos derrotas, los opositores ya se rindieron y ahora, su mayor aspiración, ya no es competir contra Morena, sino arrimarse al sol que más calienta, acomodándose, en calidad de rémoras, con la facción guinda que mejor pague su amor, al estilo de lo que hicieron los partidos bonsái, en el pasado, con PAN y PRI.

Y entre morenistas, ya se vio quién es marinista y quién es bonillista.

O, mejor dicho, julietista y montserratista. Porque a eso va este pleito. El régimen que viene busca extender su dominio hasta 2033, con Julieta Ramírez como gobernadora, siguiendo el mismo camino de su mentora: diputada federal, alcaldesa y, finalmente, al Centro Cívico. El régimen que se va busca recuperar el máximo poder estatal, en 2027, a través de Montserrat Caballero como plan ‘a’ y Armando Ayala como plan ‘b’.

De eso fue lo de ayer. Y los cuentos, a contárselos a los niños antes de dormir.

P.D.: Si algo nos pasa, es que buscan callarnos

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com