/ martes 30 de junio de 2020

Expediente Confidencial | San Diego, en su peor momento de la pandemia

En memoria de los mil 850 bajacalifornianos que han perdido la vida debido al Covid-19 y a la incapacidad de las autoridades de salud. En Tijuana, mueren 31 de cada 100 enfermos de Covid-19. Cinco veces más que en Nueva York o Sao Paulo y casi once veces más que en San Diego.

Del 22 al 28 de junio, San Diego tuvo su peor semana de toda la pandemia del Covid-19: 2 mil 540 casos en siete días, casi el doble de la semana previa, cuando hubo mil 354.

Lo de San Diego es lección a tomar en cuenta, ahora que en Baja California se ansía reabrir todo.

El 21 de mayo, se aprobó, por parte de la administración estatal de California, su “plan de reapertura acelerada”.

El demócrata Nathan Fletcher, miembro de la junta de supervisores del condado, festinó, aquel día, en Twitter: “Vamos a continuar con nuestra reapertura responsable”. Pero lo último que guio esa decisión fue, precisamente, la responsabilidad.

Entre otras cosas, se autorizó reabrir tiendas minoristas y restaurantes. Craso error.

San Diego terminó mayo con el Covid-19 a la baja. En la semana del 25 al 31 de aquel mes, tuvo 780, su menor cifra desde abril. Además, era su tercera semana consecutiva a la baja.

Sin embargo, justo en la semana del 1 al 7 de junio, donde se cumplían 14 días de la reapertura, los mismos 14 días que puede durar una persona incubando el virus, aumentaron los casos, a 995. El viernes de esa semana se reabrieron bares, museos, galerías y cines. Eran 215 casos más que la semana previa, pero, aun así, el día 8 se decidió reabrir los templos religiosos Y el 9, los muelles y paseos marítimos.

En la siguiente semana, del 8 al 14 de junio, se tuvieron 964 casos. Pese a que todo aconsejaba prudencia, se mantuvo la decisión de que el 19 reabrieran salones de belleza y tatuajes. La imprudencia de las autoridades sería pagada por miles de sandieguinos que, en esos días, se estaban contagiando.

Para la semana del 15 al 21 de junio, se agravaron las consecuencias: mil 354 casos nuevos, lo que hasta entonces era un récord. Se habían cumplido 14 días de la reapertura de bares y cines. Brotaban los contagiados ahí. De estar saliendo en mayo, San Diego pasó a vivir, solamente un mes después y por culpa de la reapertura, su peor momento.

La semana pasada, del 22 al 28 de junio, hubo 2 mil 540 casos nuevos. Un 226% más de los que hubo en la última semana de mayo. Casi el doble de la semana anterior. Un nuevo récord de más contagios en una semana… apenas siete días después.

El domingo, San Diego tuvo 497 casos nuevos. Ayer, lunes, 498. La Agencia de Salud y Servicios Humanos del Condado anunció que va a dar marcha atrás en la reapertura de bares. Y nada más. Ahí sigue abierto todo lo demás. Miles más pagarán esa decisión, fincada únicamente en razones de negocios, no en la salud y en la vida, que son lo más importante. Las empresas pueden quebrar, que otras nuevas abrirán. Las vidas que se pierden son irrecuperables.

Peor aún será la cuestión en Baja California, cuando se determine reabrir a lo grande. En San Diego mueren 3 de cada 100 enfermos de Covid-19. En Tijuana, 31 de cada 100. Lo que viene será aterrador, realmente.

REFLEXIÓN: El matemático Raúl Rojas, mexicano, académico de la Universidad Libre de Berlín, puso los puntos sobre las íes, la semana pasada: “En última instancia, la decisión de abrir la economía, independientemente del color del semáforo, es una decisión política y económica, no de salud pública. Seguirán muriendo infectados, la mayor parte de los cuales pertenecen a los sectores más desprotegidos de la población y no gozan del privilegio de retraerse a la home office. Es triste, pero los pobres van primero, literalmente”. Hasta aquí la cita. Si, el presidente López Obrador dijo que “primero los pobres”, pero no dijo que, como siempre, les tocaría la peor parte.

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com

En memoria de los mil 850 bajacalifornianos que han perdido la vida debido al Covid-19 y a la incapacidad de las autoridades de salud. En Tijuana, mueren 31 de cada 100 enfermos de Covid-19. Cinco veces más que en Nueva York o Sao Paulo y casi once veces más que en San Diego.

Del 22 al 28 de junio, San Diego tuvo su peor semana de toda la pandemia del Covid-19: 2 mil 540 casos en siete días, casi el doble de la semana previa, cuando hubo mil 354.

Lo de San Diego es lección a tomar en cuenta, ahora que en Baja California se ansía reabrir todo.

El 21 de mayo, se aprobó, por parte de la administración estatal de California, su “plan de reapertura acelerada”.

El demócrata Nathan Fletcher, miembro de la junta de supervisores del condado, festinó, aquel día, en Twitter: “Vamos a continuar con nuestra reapertura responsable”. Pero lo último que guio esa decisión fue, precisamente, la responsabilidad.

Entre otras cosas, se autorizó reabrir tiendas minoristas y restaurantes. Craso error.

San Diego terminó mayo con el Covid-19 a la baja. En la semana del 25 al 31 de aquel mes, tuvo 780, su menor cifra desde abril. Además, era su tercera semana consecutiva a la baja.

Sin embargo, justo en la semana del 1 al 7 de junio, donde se cumplían 14 días de la reapertura, los mismos 14 días que puede durar una persona incubando el virus, aumentaron los casos, a 995. El viernes de esa semana se reabrieron bares, museos, galerías y cines. Eran 215 casos más que la semana previa, pero, aun así, el día 8 se decidió reabrir los templos religiosos Y el 9, los muelles y paseos marítimos.

En la siguiente semana, del 8 al 14 de junio, se tuvieron 964 casos. Pese a que todo aconsejaba prudencia, se mantuvo la decisión de que el 19 reabrieran salones de belleza y tatuajes. La imprudencia de las autoridades sería pagada por miles de sandieguinos que, en esos días, se estaban contagiando.

Para la semana del 15 al 21 de junio, se agravaron las consecuencias: mil 354 casos nuevos, lo que hasta entonces era un récord. Se habían cumplido 14 días de la reapertura de bares y cines. Brotaban los contagiados ahí. De estar saliendo en mayo, San Diego pasó a vivir, solamente un mes después y por culpa de la reapertura, su peor momento.

La semana pasada, del 22 al 28 de junio, hubo 2 mil 540 casos nuevos. Un 226% más de los que hubo en la última semana de mayo. Casi el doble de la semana anterior. Un nuevo récord de más contagios en una semana… apenas siete días después.

El domingo, San Diego tuvo 497 casos nuevos. Ayer, lunes, 498. La Agencia de Salud y Servicios Humanos del Condado anunció que va a dar marcha atrás en la reapertura de bares. Y nada más. Ahí sigue abierto todo lo demás. Miles más pagarán esa decisión, fincada únicamente en razones de negocios, no en la salud y en la vida, que son lo más importante. Las empresas pueden quebrar, que otras nuevas abrirán. Las vidas que se pierden son irrecuperables.

Peor aún será la cuestión en Baja California, cuando se determine reabrir a lo grande. En San Diego mueren 3 de cada 100 enfermos de Covid-19. En Tijuana, 31 de cada 100. Lo que viene será aterrador, realmente.

REFLEXIÓN: El matemático Raúl Rojas, mexicano, académico de la Universidad Libre de Berlín, puso los puntos sobre las íes, la semana pasada: “En última instancia, la decisión de abrir la economía, independientemente del color del semáforo, es una decisión política y económica, no de salud pública. Seguirán muriendo infectados, la mayor parte de los cuales pertenecen a los sectores más desprotegidos de la población y no gozan del privilegio de retraerse a la home office. Es triste, pero los pobres van primero, literalmente”. Hasta aquí la cita. Si, el presidente López Obrador dijo que “primero los pobres”, pero no dijo que, como siempre, les tocaría la peor parte.

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com