/ jueves 2 de julio de 2020

Expediente Confidencial | Y sí, cercenaron la Ley Olimpia

En memoria de los mil 909 bajacalifornianos que (oficialmente) han perdido la vida debido al Covid-19 y a la ineptitud de las autoridades de salud. En Tijuana, mueren 30 de cada 100 enfermos de Covid-19. Cinco veces más que en Nueva York o Sao Paulo y casi once veces más que en San Diego.

Tal y como lo adelantamos ayer en esta columna, las fuertes presiones de algunos influyentes, evitaron que se aprobara, completa, la Ley Olimpia, en nuestra entidad.

Explicamos que la Ley Olimpia consta de tres reformas: una, para tipificar la difusión de videos eróticos sin autorización; dos, para reconocer a la violencia digital como una forma de agresión a las mujeres; tres, para establecer el delito de ciberacoso, entendido este como el hostigamiento por medio de mensajes a teléfonos celulares o a través de redes sociales.

Pero en un episodio vergonzoso, no solamente se cercenó la parte del ciberacoso, sino que se redujo la pena para quien amague con divulgar un video erótico, pidiendo, a cambio de no hacerlo, un favor sexual o una cantidad monetaria.

En el dictamen 12 de la comisión de Justicia, originalmente, se ponía como agravante ese tipo de amagos, especificando que se aumentaría la pena hasta en una mitad, para quien lo hiciera.

La pena por el delito era de uno a cinco años, por lo que, si un juez determinaba condenar a un imputado con la máxima, esto es, los cinco años, se le sumarían dos años y medio más al culpable, por haber intentado obtener favores sexuales o económicos, a cambio de no difundir un video sexual. En síntesis: iría a la cárcel por siete años y medio.

Pero, en la sesión del congreso efectuada ayer, la diputada morenista Miriam Cano salió con una reserva, donde, pretextando que aumentaría la penalidad del delito, de uno a seis años, quitó la agravante.

Feliz medida para quienes agreden mujeres: de ir a prisión por siete años y medio, ahora, quien amenace con publicar un video erótico si no recibe sexo o dinero, va a ser encerrado solamente por seis años como máximo. Es decir, año y medio menos. O si era condenado a cuatro años y medio (tres de la pena normal y año y medio de la agravante), ahora solamente recibirá tres.

De hecho, Cano buscaba desaparecer todas las agravantes, pero las diputadas Rosina del Villar y Trinidad Vaca, se pusieron las pilas y notaron lo que se buscaba hacer, alzando la voz e impidiéndolo, mientras Miriam y su correligionaria, Araceli Geraldo, fingían demencia. Qué vergüenza ser mujer y prestarse a las triquiñuelas de los hombres. Pero bueno, todo sea por su candidatura a la presidencia municipal de San Quintín, ¿no, diputada Cano?

Lo que se aprobó, al final, es lo siguiente: “A quien por cualquier medio divulgue, comparte, distribuya, compile, comercialice, publique imágenes, audios o videos de una persona desnuda, parcial o totalmente, de contenido íntimo, erótico o sexual, ya sea impreso, grabado o digital, sin el consentimiento de la víctima, se le impondrá pena de prisión de uno a seis años (…) la misma pena se aplicará a quien amenace con la publicación, o se condicione el bloqueo de la difusión del contenido, o pretenda obtener un beneficio económico con la publicación o difusión del material”.

¿Y el ciberacoso? Bien, gracias.

Con lo aprobado ayer, sigue impune todo aquel hombre que acose a una mujer por medios electrónicos. Por ejemplo, un maestro o directivo de la UABC pidiéndole favores sexuales a una alumna, por Messenger o Whatsapp, a cambio de no reprobarla o autorizarle un trámite.

Y que no nos vengan con que no es viable jurídicamente ¡Yucatán ya tiene tipificado el ciberacoso en su código Penal!

Es el artículo 243, bis 12, que dice, textualmente: “Comete el delito de ciberacoso quien intimide y asedie a cualquier persona, a pesar de su oposición, por medio de las Tecnologías de la Información y Comunicación, tales como redes sociales, mensajería instantánea, correo electrónico o cualquier otro medio digital; mediante el envío de mensajes de texto, videos, impresiones gráficas, sonoras o fotografías. Este delito se sancionará de seis meses a tres años de prisión y de cincuenta a doscientos días-multa. Cuando el delito sea cometido en contra de un menor de dieciocho años de edad, la pena y la sanción establecida se aumentarán hasta en una mitad. Este delito se perseguirá a petición de parte ofendida, salvo que la víctima sea menor de edad o por cualquier circunstancia sea incapaz de comprender el delito, en cuyo caso se perseguirá de oficio”.

¿Ya ven como si se puede? Lo que pasa es que aquí no quisieron.

Imagínense la pisada de callos, o que algunos catedráticos de Ciencias Políticas, o Medicina, o Contaduría Pública, acaben en el MP ¿De qué les sirve ser maestros de universidad, si no es para llevarse a la cama a dos o tres veinteañeras, a cambio de unas calificaciones, o trámites?

Si, a la Ley Olimpia la mutilaron, la cercenaron, la ultrajaron, ante la mirada cómplice de un puñado de diputadas que, eso sí, presumen defender a las mujeres.

BEATRIZ: En un año y 7 meses, Beatriz Gutiérrez Müller ha demostrado que se tomó muy en serio ese slogan de Morena que hablaba de “hacer historia”: resulta notable su afán de superar a Carmen Romano, la esposa de José López Portillo.

Ayer, por la mañana, un tuitero (José David Guerra Muñoz) le preguntó: “¿Cuándo atenderá personalmente a los padres de los niños con cáncer? Gracias por su amable respuesta”. Y Gutiérrez respondió: “No soy médico, a lo mejor usted sí. Ande, ayúdelos”.

Uff. Quiero vomitar.

Duda existencial: ¿recordará que la primera esposa de su marido falleció de cáncer?

Para “disculparse”, casi 12 horas después, Gutiérrez dijo: “Están muy inquisidores los adversarios de mi esposo, ¡por algo será! Si mi expresión “no soy médico” ofendió a alguien, ofrezco disculpas. En cuanto a mí, solo expresarles que soy profundamente humana (sic) y deseo el bien a todos, ahora y siempre”.

Traducción: Yo no me equivoqué, estuvo bien lo que dije, nada más que los “adversarios” de mi marido no dejan pasar una. Uff.

La historia se repite cuando no se conoce. Y un pueblo como el nuestro, de escasa cultura en las mayorías, es presa fácil. Que Beatriz buscaba emular a Carmen Romano quedó claro desde que su primera acción relevante como esposa del presidente, fue intentar ser cantante y hacer una melodía junto a Tania Libertad y Armando Manzanero. Aunque también puede ser que su objetivo auténtico sea rebasar a Margarita López Portillo. Ya vieron que a Chumel lo corrieron de HBO.


Comentarios: gerardofm2020@gmail.com


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En memoria de los mil 909 bajacalifornianos que (oficialmente) han perdido la vida debido al Covid-19 y a la ineptitud de las autoridades de salud. En Tijuana, mueren 30 de cada 100 enfermos de Covid-19. Cinco veces más que en Nueva York o Sao Paulo y casi once veces más que en San Diego.

Tal y como lo adelantamos ayer en esta columna, las fuertes presiones de algunos influyentes, evitaron que se aprobara, completa, la Ley Olimpia, en nuestra entidad.

Explicamos que la Ley Olimpia consta de tres reformas: una, para tipificar la difusión de videos eróticos sin autorización; dos, para reconocer a la violencia digital como una forma de agresión a las mujeres; tres, para establecer el delito de ciberacoso, entendido este como el hostigamiento por medio de mensajes a teléfonos celulares o a través de redes sociales.

Pero en un episodio vergonzoso, no solamente se cercenó la parte del ciberacoso, sino que se redujo la pena para quien amague con divulgar un video erótico, pidiendo, a cambio de no hacerlo, un favor sexual o una cantidad monetaria.

En el dictamen 12 de la comisión de Justicia, originalmente, se ponía como agravante ese tipo de amagos, especificando que se aumentaría la pena hasta en una mitad, para quien lo hiciera.

La pena por el delito era de uno a cinco años, por lo que, si un juez determinaba condenar a un imputado con la máxima, esto es, los cinco años, se le sumarían dos años y medio más al culpable, por haber intentado obtener favores sexuales o económicos, a cambio de no difundir un video sexual. En síntesis: iría a la cárcel por siete años y medio.

Pero, en la sesión del congreso efectuada ayer, la diputada morenista Miriam Cano salió con una reserva, donde, pretextando que aumentaría la penalidad del delito, de uno a seis años, quitó la agravante.

Feliz medida para quienes agreden mujeres: de ir a prisión por siete años y medio, ahora, quien amenace con publicar un video erótico si no recibe sexo o dinero, va a ser encerrado solamente por seis años como máximo. Es decir, año y medio menos. O si era condenado a cuatro años y medio (tres de la pena normal y año y medio de la agravante), ahora solamente recibirá tres.

De hecho, Cano buscaba desaparecer todas las agravantes, pero las diputadas Rosina del Villar y Trinidad Vaca, se pusieron las pilas y notaron lo que se buscaba hacer, alzando la voz e impidiéndolo, mientras Miriam y su correligionaria, Araceli Geraldo, fingían demencia. Qué vergüenza ser mujer y prestarse a las triquiñuelas de los hombres. Pero bueno, todo sea por su candidatura a la presidencia municipal de San Quintín, ¿no, diputada Cano?

Lo que se aprobó, al final, es lo siguiente: “A quien por cualquier medio divulgue, comparte, distribuya, compile, comercialice, publique imágenes, audios o videos de una persona desnuda, parcial o totalmente, de contenido íntimo, erótico o sexual, ya sea impreso, grabado o digital, sin el consentimiento de la víctima, se le impondrá pena de prisión de uno a seis años (…) la misma pena se aplicará a quien amenace con la publicación, o se condicione el bloqueo de la difusión del contenido, o pretenda obtener un beneficio económico con la publicación o difusión del material”.

¿Y el ciberacoso? Bien, gracias.

Con lo aprobado ayer, sigue impune todo aquel hombre que acose a una mujer por medios electrónicos. Por ejemplo, un maestro o directivo de la UABC pidiéndole favores sexuales a una alumna, por Messenger o Whatsapp, a cambio de no reprobarla o autorizarle un trámite.

Y que no nos vengan con que no es viable jurídicamente ¡Yucatán ya tiene tipificado el ciberacoso en su código Penal!

Es el artículo 243, bis 12, que dice, textualmente: “Comete el delito de ciberacoso quien intimide y asedie a cualquier persona, a pesar de su oposición, por medio de las Tecnologías de la Información y Comunicación, tales como redes sociales, mensajería instantánea, correo electrónico o cualquier otro medio digital; mediante el envío de mensajes de texto, videos, impresiones gráficas, sonoras o fotografías. Este delito se sancionará de seis meses a tres años de prisión y de cincuenta a doscientos días-multa. Cuando el delito sea cometido en contra de un menor de dieciocho años de edad, la pena y la sanción establecida se aumentarán hasta en una mitad. Este delito se perseguirá a petición de parte ofendida, salvo que la víctima sea menor de edad o por cualquier circunstancia sea incapaz de comprender el delito, en cuyo caso se perseguirá de oficio”.

¿Ya ven como si se puede? Lo que pasa es que aquí no quisieron.

Imagínense la pisada de callos, o que algunos catedráticos de Ciencias Políticas, o Medicina, o Contaduría Pública, acaben en el MP ¿De qué les sirve ser maestros de universidad, si no es para llevarse a la cama a dos o tres veinteañeras, a cambio de unas calificaciones, o trámites?

Si, a la Ley Olimpia la mutilaron, la cercenaron, la ultrajaron, ante la mirada cómplice de un puñado de diputadas que, eso sí, presumen defender a las mujeres.

BEATRIZ: En un año y 7 meses, Beatriz Gutiérrez Müller ha demostrado que se tomó muy en serio ese slogan de Morena que hablaba de “hacer historia”: resulta notable su afán de superar a Carmen Romano, la esposa de José López Portillo.

Ayer, por la mañana, un tuitero (José David Guerra Muñoz) le preguntó: “¿Cuándo atenderá personalmente a los padres de los niños con cáncer? Gracias por su amable respuesta”. Y Gutiérrez respondió: “No soy médico, a lo mejor usted sí. Ande, ayúdelos”.

Uff. Quiero vomitar.

Duda existencial: ¿recordará que la primera esposa de su marido falleció de cáncer?

Para “disculparse”, casi 12 horas después, Gutiérrez dijo: “Están muy inquisidores los adversarios de mi esposo, ¡por algo será! Si mi expresión “no soy médico” ofendió a alguien, ofrezco disculpas. En cuanto a mí, solo expresarles que soy profundamente humana (sic) y deseo el bien a todos, ahora y siempre”.

Traducción: Yo no me equivoqué, estuvo bien lo que dije, nada más que los “adversarios” de mi marido no dejan pasar una. Uff.

La historia se repite cuando no se conoce. Y un pueblo como el nuestro, de escasa cultura en las mayorías, es presa fácil. Que Beatriz buscaba emular a Carmen Romano quedó claro desde que su primera acción relevante como esposa del presidente, fue intentar ser cantante y hacer una melodía junto a Tania Libertad y Armando Manzanero. Aunque también puede ser que su objetivo auténtico sea rebasar a Margarita López Portillo. Ya vieron que a Chumel lo corrieron de HBO.


Comentarios: gerardofm2020@gmail.com


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