/ jueves 24 de febrero de 2022

Fuera de Agenda | Boquete en ciberseguridad

Parece ser norma no escrita de este sexenio que la gravedad de algunos sucesos que ponen en riesgo la seguridad nacional, pasen de largo ante el impacto de un nuevo hecho que eclipsa al anterior. Desde hace más de una década quedó claro que la dimensión digital es el nuevo teatro de operaciones de defensa. Hoy día es dogma que la prosperidad y seguridad de una nación pasa por la cuarta dimensión de las operaciones que se encargan de proteger la información sensible que se encuentra en el ciberespacio.

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) reportó en su último informe presentado a inicio de semana, que en los últimos dos años ha habido serias deficiencias en la infraestructura que se encarga de “la administración y operación de los controles de ciberseguridad, las cuales podrían afectar la integridad, disponibilidad y confidencialidad de la información, poniendo en riesgo la operación de la secretaría” de la Defensa Nacional.

Una auditoría al programa de Tecnologías de la Información y Comunicaciones de la dependencia, encontró deficiencias en 18 de los 20 controles de ciberseguridad de la infraestructura de hardware y software de la Sedena, lo que pone en riesgo la operación del Ejército y Fuerza Aérea ya que se afectaría “la integridad, disponibilidad y confidencialidad de la información”.

Lo más grave es que las deficiencias en los controles de seguridad física y lógica del centro de datos, en caso de una contingencia, no garantizan la continuidad de las operaciones de la Sedena así como la restauración de los sistemas críticos.

¿Qué pasaría si en un hackeo de los sistemas de la dependencia se extrae la información sobre el despliegue de las unidades operativas que están destacadas en labores contra el crimen organizado en las entidades más violentas del país?

Ante la pérdida del monopolio de la violencia por parte del Estado, que ahora comparte con la criminalidad organizada, el ciberpoder es la clave invisible en la lucha por el control y la hegemonía. Estar en desventaja en el ámbito de la ciberseguridad de la Defensa Nacional es grave y delicado para el país.

La llamada de atención a la Sedena se dio dos días después de que el Diario Oficial de la Federación publicara el decreto por el que se reformaron diversas disposiciones de la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea, para la entrada en operación del Estado Mayor Conjunto de la Defensa Nacional.

En la práctica se trata de darle cabida a la comandancia general del Ejército, que junto al de la Fuerza Aérea tendrán su asiento en el Estado Mayor Conjunto, nuevo órgano que asume las tareas que antes hacía el Estado Mayor de la Defensa, ente técnico operativo colaborador inmediato del general secretario.

Para algunos especialistas este nuevo órgano justifica la creación del “elefante blanco”, como llaman a la comandancia general del Ejército. Una entidad que no queda claro cuál será su labor frente a las comandancias de región militar, ni se especifica su papel en la cadena de mando. Lo que asoma es que servirá más para labores protocolarias y de ceremonial que para cuestiones operativas.

@velediaz424

Parece ser norma no escrita de este sexenio que la gravedad de algunos sucesos que ponen en riesgo la seguridad nacional, pasen de largo ante el impacto de un nuevo hecho que eclipsa al anterior. Desde hace más de una década quedó claro que la dimensión digital es el nuevo teatro de operaciones de defensa. Hoy día es dogma que la prosperidad y seguridad de una nación pasa por la cuarta dimensión de las operaciones que se encargan de proteger la información sensible que se encuentra en el ciberespacio.

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) reportó en su último informe presentado a inicio de semana, que en los últimos dos años ha habido serias deficiencias en la infraestructura que se encarga de “la administración y operación de los controles de ciberseguridad, las cuales podrían afectar la integridad, disponibilidad y confidencialidad de la información, poniendo en riesgo la operación de la secretaría” de la Defensa Nacional.

Una auditoría al programa de Tecnologías de la Información y Comunicaciones de la dependencia, encontró deficiencias en 18 de los 20 controles de ciberseguridad de la infraestructura de hardware y software de la Sedena, lo que pone en riesgo la operación del Ejército y Fuerza Aérea ya que se afectaría “la integridad, disponibilidad y confidencialidad de la información”.

Lo más grave es que las deficiencias en los controles de seguridad física y lógica del centro de datos, en caso de una contingencia, no garantizan la continuidad de las operaciones de la Sedena así como la restauración de los sistemas críticos.

¿Qué pasaría si en un hackeo de los sistemas de la dependencia se extrae la información sobre el despliegue de las unidades operativas que están destacadas en labores contra el crimen organizado en las entidades más violentas del país?

Ante la pérdida del monopolio de la violencia por parte del Estado, que ahora comparte con la criminalidad organizada, el ciberpoder es la clave invisible en la lucha por el control y la hegemonía. Estar en desventaja en el ámbito de la ciberseguridad de la Defensa Nacional es grave y delicado para el país.

La llamada de atención a la Sedena se dio dos días después de que el Diario Oficial de la Federación publicara el decreto por el que se reformaron diversas disposiciones de la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea, para la entrada en operación del Estado Mayor Conjunto de la Defensa Nacional.

En la práctica se trata de darle cabida a la comandancia general del Ejército, que junto al de la Fuerza Aérea tendrán su asiento en el Estado Mayor Conjunto, nuevo órgano que asume las tareas que antes hacía el Estado Mayor de la Defensa, ente técnico operativo colaborador inmediato del general secretario.

Para algunos especialistas este nuevo órgano justifica la creación del “elefante blanco”, como llaman a la comandancia general del Ejército. Una entidad que no queda claro cuál será su labor frente a las comandancias de región militar, ni se especifica su papel en la cadena de mando. Lo que asoma es que servirá más para labores protocolarias y de ceremonial que para cuestiones operativas.

@velediaz424