/ jueves 21 de julio de 2022

Fuera de Agenda | Regalo caro

Era 1983 cuando el general Juan Félix Tapia García llegó como titular de la comandancia de la 15 zona militar a Guadalajara, Jalisco. Desde esa época tenía de ayudante a un oficial de intendencia, el capitán Portillo, quien era el correo entre el general con Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo.

El capitán iba cada mes a casa de uno de ellos donde le entregaban un regalo para el general Tapia. En cada vuelta le daban una caja de zapatos diferente. Portillo contaba que pensó que se trataba de calzado fino, cortesía de estas personas que se decían empresarios. Cierta ocasión se tomó la libertad de abrir la caja, para su sorpresa vio que no eran zapatos, sino fajos de billetes bien ordenados, perfectamente acomodados.

Portillo se guardó esta anécdota que años después en la primavera de 1998 tomaría forma y fondo cuando se conocieron una serie de documentos de inteligencia militar donde se registró la relación de Caro Quintero y Fonseca Carrillo con altos mandos militares en Jalisco. Junto a Tapia García aparecía su antecesor en el cargo el general Salvador López Matamoros, y su sucesor el general Vinicio Santoyo Feria quien tomó el mando de la zona al iniciar el año de 1985.

Los documentos referían que Caro Quintero y Fonseca Carrillo habían tejido una red de protección militar que databa desde finales de los años setenta cuando fijaron su residencia en Guadalajara, y se prolongó hasta mediados de los ochenta cuando ambos fueron detenidos en momentos diferentes en 1985 tras el asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena Salazar.

Desde aquellos años Caro Quintero se convirtió en el arquetipo del capo de la droga, un modelo del que abrevó la narcocultura. En 2013 cuando un fallo judicial a su favor le abrió las puertas de la prisión de Puente Grande, Jalisco, después de cumplir 28 de 40 años de condena, tomó sentido la frase del académico de la Universidad de San Diego Juan Carlos Ramírez Pimienta: “la cárcel como estado final punitivo no puede ser el destino de un héroe de corrido como Caro Quintero, es por eso que se presenta como un estado transitorio que no le resta poder”.

Caro Quintero estuvo oculto en la parte norte de sierra de Sinaloa colindante con Chihuahua y Sonora, una zona donde el clan familiar opera de tiempo atrás el trasiego de drogas. Se movía de manera constante porque la DEA tenía monitoreadas sus rutas y espacios, poco a poco los estadounidenses armaron una red de informantes que lo ubicaron en sus movimientos mas recurrentes. Fuentes militares refieren que desde hace dos años tras el inicio del actual sexenio, buscó mandar mensajes de que estaba retirado de cualquier actividad delictiva. Quienes seguían en “el negocio” eran sobrinos como José Gil Caro Quintero, que opera una red en Quintana Roo, Campeche y las costas de Oaxaca y Guerrero; su hermano Miguel Ángel, quien estuvo preso y obtuvo su libertad en 2019 y hoy estaria a cargo del grupo en Caborca, con redes en San Luis Río Colorado y Hermosillo.

La captura de Rafael Caro Quintero el pasado viernes 15 costó la vida a 14 marinos que viajaban en un helicóptero. Fuentes navales apuntan tres hipótesis detrás de la caída del Black Hawk: falla humana; falta de mantenimiento; o un fenómeno del viento conocido como wind shear.

@velediaz424

Era 1983 cuando el general Juan Félix Tapia García llegó como titular de la comandancia de la 15 zona militar a Guadalajara, Jalisco. Desde esa época tenía de ayudante a un oficial de intendencia, el capitán Portillo, quien era el correo entre el general con Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo.

El capitán iba cada mes a casa de uno de ellos donde le entregaban un regalo para el general Tapia. En cada vuelta le daban una caja de zapatos diferente. Portillo contaba que pensó que se trataba de calzado fino, cortesía de estas personas que se decían empresarios. Cierta ocasión se tomó la libertad de abrir la caja, para su sorpresa vio que no eran zapatos, sino fajos de billetes bien ordenados, perfectamente acomodados.

Portillo se guardó esta anécdota que años después en la primavera de 1998 tomaría forma y fondo cuando se conocieron una serie de documentos de inteligencia militar donde se registró la relación de Caro Quintero y Fonseca Carrillo con altos mandos militares en Jalisco. Junto a Tapia García aparecía su antecesor en el cargo el general Salvador López Matamoros, y su sucesor el general Vinicio Santoyo Feria quien tomó el mando de la zona al iniciar el año de 1985.

Los documentos referían que Caro Quintero y Fonseca Carrillo habían tejido una red de protección militar que databa desde finales de los años setenta cuando fijaron su residencia en Guadalajara, y se prolongó hasta mediados de los ochenta cuando ambos fueron detenidos en momentos diferentes en 1985 tras el asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena Salazar.

Desde aquellos años Caro Quintero se convirtió en el arquetipo del capo de la droga, un modelo del que abrevó la narcocultura. En 2013 cuando un fallo judicial a su favor le abrió las puertas de la prisión de Puente Grande, Jalisco, después de cumplir 28 de 40 años de condena, tomó sentido la frase del académico de la Universidad de San Diego Juan Carlos Ramírez Pimienta: “la cárcel como estado final punitivo no puede ser el destino de un héroe de corrido como Caro Quintero, es por eso que se presenta como un estado transitorio que no le resta poder”.

Caro Quintero estuvo oculto en la parte norte de sierra de Sinaloa colindante con Chihuahua y Sonora, una zona donde el clan familiar opera de tiempo atrás el trasiego de drogas. Se movía de manera constante porque la DEA tenía monitoreadas sus rutas y espacios, poco a poco los estadounidenses armaron una red de informantes que lo ubicaron en sus movimientos mas recurrentes. Fuentes militares refieren que desde hace dos años tras el inicio del actual sexenio, buscó mandar mensajes de que estaba retirado de cualquier actividad delictiva. Quienes seguían en “el negocio” eran sobrinos como José Gil Caro Quintero, que opera una red en Quintana Roo, Campeche y las costas de Oaxaca y Guerrero; su hermano Miguel Ángel, quien estuvo preso y obtuvo su libertad en 2019 y hoy estaria a cargo del grupo en Caborca, con redes en San Luis Río Colorado y Hermosillo.

La captura de Rafael Caro Quintero el pasado viernes 15 costó la vida a 14 marinos que viajaban en un helicóptero. Fuentes navales apuntan tres hipótesis detrás de la caída del Black Hawk: falla humana; falta de mantenimiento; o un fenómeno del viento conocido como wind shear.

@velediaz424