Crítica de Los Increíbles 2 (Incredibles 2)
Impresionante que hayan pasado 14 años desde el lanzamiento de la original, y aunque haya sido un largo viaje, valió la pena la espera. La secuela mantiene la formula que ha definido a Pixar, aunque le resta un poco el aspecto emocional para darnos una travesía acorde a nuestras problemáticas actuales y hasta políticas.
La paternidad toma el eje central en compañía del protagonismo de la mujer, para ofrecernos otro punto de vista. Estará a un punto inferior de la original, pero esta segunda parte cumple con las expectativas de entretenernos sin importar la edad que se tenga, seas o no padre de familia, soltero o inclusive adolescente.
El director Brad Bird aprovecha para hacer unas observaciones directas porque su guión se torna complejo al desenvolver ciertas circunstancias que no podrían estar tan distantes de la realidad. Hasta se arriesga en criticar a la sociedad y su apego obsesivo a través del antagonista, del cual podría tornarse el punto débil de la trama.
No por desacreditarlo, pero me gustó que se haya enfocado en la aventura de Chica Elástica; el detalle además de carecer de un buen desenvolvimiento de villano fue que esta búsqueda haya sido predecible y a su vez haya sido opacado por lo genial que era ver interactuar al Sr. Increíble con Dash, Violet y Jack-Jack.
Cualquiera podría estar de acuerdo que el pequeño Jack-Jack se robó la función, Pixar sabía que tenía un elemento potencial y lo aprovechó no sólo en humor, sino en la perspectiva paternal. La verdad preferí mucho estas cuestiones familiares en casa que las típicas secuencias alocadas de acción, que coinciden en calidad gracias al estable trabajo por los editores.
Siendo más especifico, como que el exceso de superhéroes y las masivas destrucciones, que tienden a sentirse saturadas ante la breve presencia de un villano. Es parte del paquete y siendo enfocada a los niños, realmente no es problema alguno. Sólo me hubiese preferido que su contexto haya sido más simplista.
Las voces selectas continuaron captando nuestra atención y gracias a que pude asistir a una función subtitulada, fue agradable escuchar a Craig T. Nelson perder la compostura, Holly Hunter contagiando con su dinamismo, Sarah Vowell luciendo con sus crisis de adolescente incomprendida y Huck Milner como el carismático e intrépido Dash.
Brad Bird como Edna Mode sigue siendo fantástico que hasta odio que su presencia sea a la brevedad, fácilmente comparte la mejor escena de la película con Eli Fucile como el bebé Jack-Jack. Además, como que me hizo falta más del personaje Frozono de Samuel L. Jackson, y lo mismo iba para Catherine Keener como Evelyn.
En una época donde se nos bombardean con tres a seis adaptaciones de superhéroes al año, Brad Bird sigue dándonos algo de qué hablar del género por mantenerse fiel al plano de la familia. No supera a la primera, la cual se percibe que nunca fue su intención, pero sin duda avanza la historia hacia un punto donde una tercera podría suceder y en mucho menos tiempo, esperemos.
Calificación: 4 de 5 estrellas