La candidatura presidencial de Kamala Harris ratificada en la Convención Demócrata de Chicago tiene una importancia particular, cuando se compara con la de Donald Trump, especialmente en lo que respecta al voto latino. Kamala Harris priorizó un llamado a la unidad, como una alternativa para acercarse a moderados e indecisos. El voto de los independientes e indecisos, al que apeló el día anterior Oprah Winfrey, será decisivo el 5 de noviembre
Kamala Harris, como mujer, abogada, afroamericana y asiático-americana, representa un ejemplo de diversidad que contrasta con la imagen más homogénea y polarizadora de Trump. Su candidatura puede atraer a votantes latinos que buscan una representación más inclusiva y que refleje la pluralidad de la sociedad estadounidense.
Se comprometió a asegurar la frontera, acusando a Trump de boicotear la ley que la hubiera reforzado frente a la inmigración ilegal. Harris ha defendido políticas migratorias más humanitarias y justas, en oposición a las políticas de Trump, que proponen mayor control de fronteras. Cabe mencionar que el mismo día en que Trump viajó a la frontera en Arizona para criticar la crisis de seguridad fronteriza, Harris optó por el optimismo en su discurso.
En política exterior, Harris propone mantener el apoyo a Ucrania y a los aliados de la OTAN, huyendo del aislacionismo que tienta a Trump y algunos republicanos. Sobre la guerra de Gaza, urgió a la liberación de los rehenes y a un alto el fuego inmediato. Este tema es clave en los votantes jóvenes. Las protestas universitarias son la evidencia social.
La candidatura de Harris puede ayudar a cambiar la narrativa política en relación con las minorías y la inclusión. Esto contrasta con la retórica de Trump, que a menudo genera divisiones. Un enfoque más inclusivo puede fomentar un sentido de pertenencia entre los votantes latinos.
Los demócratas han presentado durante la convención el duelo electoral como la batalla entre la fiscal y el delincuente. Harris como abogada y fiscal reiteró la importancia del estado de derecho. También destacó la importancia de una clase media fuerte que siempre ha sido fundamental para el éxito de Estados Unidos, y construir esa clase media será un objetivo de su presidencia.
Harris ha tenido el apoyo de cuatro presidentes demócratas en la Convención, empezando por el actual, Joe Biden, Barack Obama y Bill Clinton, mientras que Jimmy Carter, envió como emisario de su apoyo a su nieto Jason. Tiene una gran legitimidad política.
La relación entre México y Estados Unidos ha sido un tema central en la política exterior a 202 años de las relaciones diplomáticas. Con la presidenta electa Claudia Sheinbaum y la posibilidad de que Kamala Harris llegue a la presidencia de los Estados Unidos se podría promover una agenda basada en el género. Como vicepresidenta Harris ha promovido esta agenda:
Uno de los temas más complejos y críticos en la relación entre México y Estados Unidos es la migración y la seguridad fronteriza. Como vicepresidenta, Kamala Harris ha tenido un papel protagónico en la gestión de la política migratoria, con un enfoque en las causas estructurales de la migración desde Centroamérica. Sin embargo, los recursos se vieron limitados, porque desde su visión como abogada estaba a favor de que los recursos fueran gestionados por el sector empresarial o la sociedad civil y no por los gobiernos, con antecedentes de corrupción.
El comercio y la cooperación económica son pilares fundamentales de la relación entre México y Estados Unidos, especialmente en el contexto del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Kamala Harris ha mostrado su respaldo al T-MEC, considerándolo una herramienta crucial para impulsar el crecimiento económico y el ambiente. Una agenda conjunta podría centrarse en fomentar el emprendimiento femenino, particularmente en las regiones fronterizas, donde las mujeres enfrentan barreras para acceder al capital y a los mercados. Programas binacionales que faciliten el acceso a financiamiento, mentoría y capacitación para mujeres empresarias podrían ser fundamentales para reducir estas brechas.
Un componente clave de una agenda de género entre México y Estados Unidos podría ser la implementación de políticas laborales que aborden la disparidad salarial y las condiciones laborales de las mujeres. Esto podría incluir acuerdos que promuevan la igualdad salarial.
La seguridad y la lucha contra el crimen organizado son otros temas críticos en la agenda México-Estados Unidos. Harris ha reconocido la importancia de una cooperación en la lucha contra el narcotráfico y el tráfico de armas. Como abogada y en favor del estado de derecho estaría en favor de una relación en donde predomine el debido proceso, la importancia del proceso judicial y el respeto a la soberanía.
Tanto la presidenta electa Sheibaum y la candidata presidencial Harris han apoyado iniciativas para combatir el tráfico de drogas y armas, y han resaltado la importancia de abordar la violencia desde un enfoque integral, que incluya la prevención y el desarrollo comunitario. Una perspectiva de salud pública y con enfoque de género en el tema de drogas es fundamental.
Sin embargo, la cooperación en seguridad ha enfrentado desafíos significativos, incluyendo la desconfianza entre las agencias de seguridad de ambos países y las diferencias en las prioridades de seguridad. Estos desafíos han complicado la implementación de una estrategia conjunta efectiva y han evidenciado la necesidad de un diálogo continuo y una mayor transparencia en la cooperación en seguridad. El caso Zambada representa un reto de cómo promover una mejor relación y cooperación antidrogas, transparente, eficaz y con rendición de cuentas.
Kamala Harris ha sido una firme defensora de los derechos reproductivos y de salud de las mujeres. Una agenda México-EEUU podría enfocarse en mejorar el acceso a servicios de salud reproductiva, especialmente en áreas fronterizas donde las mujeres enfrentan barreras para acceder a atención médica adecuada. Además, podría incluir programas conjuntos para combatir la violencia de género.
Una agenda innovadora basada en un enfoque de género de la presidenta electa Claudia Sheinbaum y la candidatura presidencial de Kamala Harris podría marcar un cambio en la relación México-EEUU. La agenda bilateral tendría el potencial de transformar las vidas de las mujeres en ambos países. Al centrarse en la erradicación de la violencia de género, la promoción de la participación económica, y el acceso a la salud y la educación, esta agenda fortalecería una cooperación más inclusiva y justa.