/ domingo 31 de mayo de 2020

¿Racismo coyuntural o cambio en los Estados Unidos en un contexto de Covid-19?

Las recientes manifestaciones en varias ciudades fronterizas de Estados Unidos como San Diego, CA y Phoenix, AZ., similares al año de 1968, reflejan una renovada conciencia social de la sociedad estadounidense en particular afro y latina, sobre hechos de racismo, en un contexto histórico de personas contagiadas y fallecimientos por pandemia de Covid -19 (1, 788,762 y 104, 571 respectivamente al 31 de mayo 2020). Por ello se cuestiona si ¿trascenderán estas manifestaciones al proceso electoral de noviembre o serán simplemente una situación coyuntural? y ¿predominarán las manifestaciones pacíficas y los reclamos paz y justicia o las acciones anarquistas?, las cuales se podrían justificar por los niveles de desigualdad social de las comunidades afro y latina, que se agudizarán por los efectos del Covid-19. Desde la perspectiva gubernamental, las acciones de vandalismo reflejan una forma de terrorismo doméstico, y se sancionarán, según un comunicado del fiscal general, William Barr.

Hace tres años la movilización social se tradujo un cambio radical en el Congreso, con una mayor elección de candidatas demócratas progresistas. Las cuales están marcando la diferencia en ciertos temas en la agenda social y estadounidense.

La movilización social tiene el reto de trascender, si plantea los efectos sanitarios de la pandemia en una mayor desigualdad social, los efectos en el desempleo, en la discriminación laboral, en un limitado acceso a servicios de salud con cierta calidad y sobre todo, reducir las actitudes discriminatorias de los cuerpos policiales hacia las comunidades más vulnerables. Estos temas serán un reto para los alcaldes y gobernadores estadounidenses para promover agendas por la paz, accesibilidad en los servicios médicos y creación de opciones laborales para reducir el mayor desempleo en la historia estadounidense.

En un contexto en que la instancia federal plantea otra agenda más politizada y con la prioridad de reactivar la economía bajo una pandemia: “Hagamos América Grande de Nuevo”. En tal marco, otra prioridad presidencial es mantener la cumbre de líderes del G7, la cual ha sido aplazada hasta septiembre en Washington, DC y con la probable participación de nuevo de Rusia. Y en donde seguramente se enfatizarán la hegemonía y las nuevas opciones del neoliberalismo ante los efectos de la pandemia, entre ellas: la relevancia de crear valor en las políticas de salud, como un proceso colectivo entre actores públicos y privados (Mazzucato y Roy, 2019) y dadas las restricciones de recursos gubernamentales y reconocer que los mercados son el resultado de inversiones derivadas de una gobernanza pública y privadas (Ibidem) de ahí la importancia de promover la innovación en salud, bajo criterios de pertinencia, valor, equidad y accesibilidad. Lo cual para países en desarrollo son temas muy complejos por la baja prioridad de la sanidad en las agendas públicas.

Los Estados Unidos son producto de una mezcla de culturas, en donde el modelo neoliberal ha generado beneficios, pero también desigualdades sociales. La eficacia en la gobernanza gubernamental de regular esos procesos de competitividad y bienestar, permitirá la renovación institucional bajo los mismos valores de los fundadores del vecino país: libertad, equidad y justicia.



Las recientes manifestaciones en varias ciudades fronterizas de Estados Unidos como San Diego, CA y Phoenix, AZ., similares al año de 1968, reflejan una renovada conciencia social de la sociedad estadounidense en particular afro y latina, sobre hechos de racismo, en un contexto histórico de personas contagiadas y fallecimientos por pandemia de Covid -19 (1, 788,762 y 104, 571 respectivamente al 31 de mayo 2020). Por ello se cuestiona si ¿trascenderán estas manifestaciones al proceso electoral de noviembre o serán simplemente una situación coyuntural? y ¿predominarán las manifestaciones pacíficas y los reclamos paz y justicia o las acciones anarquistas?, las cuales se podrían justificar por los niveles de desigualdad social de las comunidades afro y latina, que se agudizarán por los efectos del Covid-19. Desde la perspectiva gubernamental, las acciones de vandalismo reflejan una forma de terrorismo doméstico, y se sancionarán, según un comunicado del fiscal general, William Barr.

Hace tres años la movilización social se tradujo un cambio radical en el Congreso, con una mayor elección de candidatas demócratas progresistas. Las cuales están marcando la diferencia en ciertos temas en la agenda social y estadounidense.

La movilización social tiene el reto de trascender, si plantea los efectos sanitarios de la pandemia en una mayor desigualdad social, los efectos en el desempleo, en la discriminación laboral, en un limitado acceso a servicios de salud con cierta calidad y sobre todo, reducir las actitudes discriminatorias de los cuerpos policiales hacia las comunidades más vulnerables. Estos temas serán un reto para los alcaldes y gobernadores estadounidenses para promover agendas por la paz, accesibilidad en los servicios médicos y creación de opciones laborales para reducir el mayor desempleo en la historia estadounidense.

En un contexto en que la instancia federal plantea otra agenda más politizada y con la prioridad de reactivar la economía bajo una pandemia: “Hagamos América Grande de Nuevo”. En tal marco, otra prioridad presidencial es mantener la cumbre de líderes del G7, la cual ha sido aplazada hasta septiembre en Washington, DC y con la probable participación de nuevo de Rusia. Y en donde seguramente se enfatizarán la hegemonía y las nuevas opciones del neoliberalismo ante los efectos de la pandemia, entre ellas: la relevancia de crear valor en las políticas de salud, como un proceso colectivo entre actores públicos y privados (Mazzucato y Roy, 2019) y dadas las restricciones de recursos gubernamentales y reconocer que los mercados son el resultado de inversiones derivadas de una gobernanza pública y privadas (Ibidem) de ahí la importancia de promover la innovación en salud, bajo criterios de pertinencia, valor, equidad y accesibilidad. Lo cual para países en desarrollo son temas muy complejos por la baja prioridad de la sanidad en las agendas públicas.

Los Estados Unidos son producto de una mezcla de culturas, en donde el modelo neoliberal ha generado beneficios, pero también desigualdades sociales. La eficacia en la gobernanza gubernamental de regular esos procesos de competitividad y bienestar, permitirá la renovación institucional bajo los mismos valores de los fundadores del vecino país: libertad, equidad y justicia.