En los últimos días ha causado revuelo el estado de salud del luchador con raíces mexicanas, Rey Mysterio.
El personaje que patentó el “619” en el arte del pancracio peleó el pasado 11 de mayo ante Seth Rollins en la función de Monday Night RAW, un combate en el cual el mexicoamericano aparentemente sufrió una lesión de consideración en el ojo al ser atacado con la esquina de un escalón metálico.
Días después de la pelea, la WWE informó a través de un comunicado que Rey Mysterio habría sufrido una lesión grave en su ojo que comprometía su visión y que los médicos no podían evaluar adecuadamente los daños por la inflamación y el riesgo de tener una infección que comprometería aún más su salud.
Aparentemente dichas lesiones serían una forma de “sacar de la jugada” al luchador de la programación cotidiana que maneja la empresa de espectáculos. El contrato del sobrino de Rey Misterio expiró el 15 de mayo y no ha logrado llegar a un arreglo con la WWE.
En las negociaciones estaría de por medio la posibilidad de desarrollar la carrera del hijo de Rey Mysterio, Dominik, quien en la actualidad se encuentra en etapa de formación buscando una oportunidad para convertirse en profesional.
Rumores señalan que Dominik buscaría “nuevos aires” y, en la baraja de opciones, sobresale la posibilidad de pasar a la empresa AEW, rival directo de NXT. Significaría una baja más de la WWE en plena época de reestructuración que viven por los cambios que se han visto orillados a tomar por la presencia del virus Covid-19.
Hace casi un mes, se confirmó que el dos veces campeón de la UFC, Caín Velázquez, había sido despedido por el recorte de personal que la empresa de luchas tuvo que hacer. El mexicoamericano firmó con WWE apenas en 2019