Tijuana.- Un pequeño de cuatro años, se ha convertido en el centro de atención en la vida del matrimonio de Víctor Aguirre y Fernando Urías, tras cuatro largos años de proceso para que el Sistema de Desarrollo integral para la Familia (DIF) Baja California entregara la asignación de adopción.
“Ser padres es lo más bonito que la gente puede vivir, no importa si es biológico o adoptivo. Todo nuestro mundo es él, arroparlo, levantarlo para que desayune, llevarlo a la escuela, recogerlo en la tarde, ver qué necesita”, relató Víctor.
Desde hace 10 meses, el niño dejó el albergue estatal y ahora tiene un nuevo hogar con Víctor y Fernando, quienes además fueron el primer matrimonio igualitario en Baja California, en 2016.
Víctor recordó las dificultades que enfrentaron durante estos años para la adopción, como las tres veces que los hicieron repetir exámenes psicológicos ya aprobados.
“Cuando nos dieron a nuestro hijo, fue porque interpusimos un amparo que el juez resolvió a nuestra causa, y eso fue lo que también presionó al DIF, porque si no quizás estuviéramos esperando”.
“No niego que nos llenamos de coraje por todas las trabas que nos pusieron en estos cuatro años, pero llegó nuestro hijo y todo eso se borró, valió la pena la espera”, enfatizó.
Contó que durante ese proceso de cuatro años, hubo parejas que se fueron sumando para solicitar una adopción homoparental y se acercaron para preguntarles cómo era el proceso.
ADOPCIONES HOMOPARENTALES
En los últimos dos años, el DIF de Baja California ha entregado seis niños en adopción homoparental, dijo Mónica Vargas Nuñez, titular de la paraestatal.
“El código civil no establece distinciones, solamente hace mención a los rangos de edad de 25 años en adelante”, señaló la directora.
Y consideró que hay algunos mitos sobre el perfil que deben cumplir las personas interesadas en adoptar, como el que sólo puede hacerlo una pareja en matrimonio.
“No es así, puede adoptar una persona sola y las familias homoparentales”, agregó.
Añadió que tampoco es un requisito tener mucho dinero, pero sí los ingresos suficientes para darle una buena calidad de vida al menor.
Tampoco se requiere que las parejas estén casadas, una pareja en unión libre puede ser idónea para adoptar.
REZAGO DE ADOPCIONES
Aunque el perfil es amplio para ser una persona idónea, hay pocas personas interesadas en la adopción en Baja California
Entre los tres mil niños y niñas que esperan en los albergues del DIF, sólo fueron adoptados 98 en los últimos dos años. Y lo crítico es que solo hubo 120 solicitudes.
La directora del DIF estatal, Mónica Vargas Nuñez, adelantó que pronto presentarán una iniciativa al congreso del estado para agilizar los procesos y crear la figura de familia de acogida.
Esa figura se aplica en otros estados del país con buenos resultados, lo que ha permitido que los niños estén en un entorno más favorable, comentó.
“Es con la intención de que los niños puedan estar en un ambiente más familiar que en un albergue, un entorno que les preste integración, cuidado de familia”, añadió la directora.
Explicó que las familias de acogida podrían ser los interesados en obtener la adopción definitiva o una persona distinta.
Destacó que hace más de 20 años no se construyen albergues en Baja California, y solo se tienen dos: uno en Tijuana y otro en Mexicali.
“Por eso es nuestra preocupación hacer la reforma (...) Lo ideal sería que no hubiera niños en los albergues, que estuvieran con sus familias”, dijo la directora Vargas Núñez
En cuanto a la entrega de documentos requeridos, dijo que están buscando convenios con el registro civil para que los padres adoptivos reciban las cartas solicitadas lo más rápido posible.
Sobre la duración del proceso, dijo que lleva aproximadamente un año y el requisito más riguroso es el estudio psicológico a los solicitantes para detectar que no tengan problemas emocionales.
“Estamos ampliando el número de personal para que los psicólogos hagan este trabajo social lo más rápido posible”, afirmó
Para los padres del pequeño, los exámenes psicológicos fueron los que llevaron más tiempo en el proceso, y consideraron que falta actualizarlos, pues tienen más de 40 años de antigüedad.
Consultaron con psicólogas que conocen el tema y les dijeron que el sistema se tenía que actualizar para evaluar mucho más rápido a las parejas.
“El proceso debe durar nueve meses, es el tiempo promedio que debería de llevar en terapias psicológicas, para ser exactos son 12 estudios, pero nosotros hicimos como 36, es decir, el triple”, denunció Víctor.
Consideró que estás acciones desalientan a los interesados en adoptar, pues al cumplir con los estudios para convertirse en persona idónea te puedan entregar al niño, pero regresan y les dicen que deben volver a repetirlo.
“Es un sube y baja de emociones. Primero crees que ya te van a entregar al niño, te dicen que debes repetir exámenes. Te desilusionas, pero no por el interés de adoptar, sino de la institución”, dijo Víctor.
Ellos tuvieron que recurrir a un amparo para que un juez obligara al DIF a no pedir requisitos extras, manifestó el abogado José Luis Marquez Saavedra, quien les ayudó en el proceso legal.
Recalcó que “hace falta voluntad política para que haya más adopciones de este tipo”.
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Los padres adoptivos del menor acusaron a la ex directora del DIF, Blanca Estela Favela, de interponer trabas para que no se les concediera la adopción que tenían aprobada un año atrás.
“Ella nunca estuvo de acuerdo que nos dieran una asignación, además su esposo (Víctor Morán) estaba como diputado, ambos opositores principales de nosotros, pusieron más trabas”, manifestó Víctor.
La entonces presidenta del patronato DIF, y esposa del ex gobernador Francisco Vega, Brenda Ruacho, les manifestó abiertamente su oposición a la adopción homoparental, dijo Víctor.
“Se negó completamente, no había voluntad, tenía miedo, no sé qué se imaginaban que iba a pasar'', añadió.
Ricardo Cano, representante del Frente Nacional de la Familia en Tijuana, es otra persona que no está de acuerdo con que las parejas del mismo género adopten.
“Al niño se le tiene que restituir lo que perdió, lo que ha perdido es un papá y una mujer”, dijo.
Citó el estudio realizado por Fernando Pliego, “Estructura de la Familia”, donde según el autor la familia tradicional brinda una vida emocional más estable a los niños adoptados que las parejas homoparentales.
“Como ésta es una cuestión ideológica no van a entender de la ciencia”, comentó.
Recordó que la primera pareja homoparental que adoptó en Baja California en el 2019, a los nueve meses lo devolvieron sin ninguna explicación por parte del DIF y la pareja.
LA ADOPCIÓN Y OTRA LUCHA
En el caso de Víctor y Fernando no fue hasta que llegó como directora de la paraestatal Consuelo Huerta, en el 2020, cuando se destrabó el proceso, relataron los padres.
Por su parte, la nueva directora del DIF, Mónica Vargas Núñez, dijo que quieren elaborar una campaña para promover la adopción, pero aún analizan la forma, pues no quieren que parezca oferta de niños, sino que sea una petición a la ciudadanía para que se involucre y pueda cambiar la vida a un niño o niña.
“Los ves en los albergues, en las casas hogar, y se parte el corazón. Ver que son niños que están en el abandono de sus padres por años y esperando una oportunidad para ser adoptados”, explicó.
Por eso invitó a la ciudadanía a acercarse a conocer cómo son cada una de las etapas y despejar muchos mitos en torno a las adopciones.
Víctor y Fernando crearon la Asociación “Mis Derechos no son Locura”, donde empezaron a apoyar parejas del mismo sexo para que puedan llegar al matrimonio, y hoy en día también ayudan a los interesados en adopciones en general, no nada más homoparental.
“Debemos ver el bienestar del menor, esa es la parte que el DIF siempre omitió, una oportunidad para que salgan de los albergues y no se queden ahí encerrados, que encuentren un hogar, porque pasa el tiempo y ya nadie los adopta”, expuso Víctor.
Actualmente, Fernando está a punto de terminar la licenciatura en derecho para poder brindar asesoría legal de manera gratuita.
A las personas o asociaciones que se oponen a la adopción homoparental, Víctor les pidió que primero piensen en el porvenir y el bienestar del menor, no con morbo e ignorancia.
“A nosotros nos decían que era un capricho, pero si vieran cómo es nuestra vida, dándole tanto amor a nuestro hijo, tanta atención, se les quitaría esa idea”, enfatizó.
Cuando los tres juntos han salido a socializar en espacios públicos, la gente se acerca y los felicita, relató.
Cree que con el tiempo las personas que se oponen se darán cuenta que no pasa nada, y será similar a la oposición que hubo al matrimonio entre dos hombres o dos mujeres.
“No creo que una persona que vea a nuestro hijo tan feliz quisiera que mejor se regresara al albergue”, apuntó.
