Tijuana.- Los sueños de Kendra no se cumplirán porque fue cruelmente asesinada. La joven trans buscaba estudiar la universidad, pero aún no definía qué carrera, contó Rosario Padilla García, directora del centro de servicio SER.
“Terminó la preparatoria y quería ser profesionista. Estaba en que quería ser licenciada en turismo o ser médica, pero pues le truncaron todos sus sueños”, dijo con tristeza la activista.
Kendra tenía varios años viviendo en Tijuana, donde terminó la preparatoria, y era originaria de Nayarit.
Se refugió aquí tras el rechazo social que enfrentaba en su estado de origen.
“Kendra estaba tratando de salir adelante y terminar sus estudios. Son chicas que llegan aquí tratando de buscar un apoyo”, comentó Rosario Padilla.
Subrayó que los crímenes en contra de las personas trans quedan impunes, pues no hay detenidos y no son resueltos por las autoridades.
Por eso piden que en el código penal se incluyan el transhomicidio y el transfeminicidio, porque si son visibilizados en las estadísticas oficiales de la Fiscalía General Estatal (FGE), los casos podrían tener mejor seguimiento.
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“Luego llegan nuevos gobiernos y no se avanza mucho”, afirmó la activista de la comunidad trans.
El asesinato de Kendra, de 26 años, fue la madrugada de este miércoles en su domicilio, el número 1538 de la calle San Francisco en la colonia Hacienda Los Laureles, al este de Tijuana.
Bomberos acudieron porque el domicilio ardía en llamas, y tras apagar el fuego, la encontraron en una habitación.
Tenía cinta adhesiva alrededor de la cabeza, golpes en el rostro y en el cuello, y se presume que fue asfixiada.
Vecinos la describen como una persona tranquila que trabajaba en una maquiladora de Tijuana.
“Nunca nos imaginamos que estaba adentro. Pensé que había dejado algo prendido. Era muy seria, no se metía con nadie. De su trabajo a su casa y nunca salía (...), esperemos que se haga justicia porque no se lo merecía”, apuntó su vecina Martha Castellanos.
En los últimos dos años, el centro SER tiene el registro de al menos cuatro asesinatos de personas trans.
Están el caso de Jeanine Huerta López, el 27 de agosto del 2020, hallada sin vida en su departamento con laceraciones por arma punzo cortante.
También Bárbara Brandi que pasó desapercibida, asesinada cuando la aventaron de un segundo piso en un problema de violencia intrafamiliar.
Por último, el caso de Andrea, que murió por falta de servicios médicos.