Tijuana.- Martina Montenegro Espinoza, ingresó a la política en 1968. Aquel año, apenas habían transcurrido 15 años desde que la mujer había podido votar por primera vez en México.
Más de cinco décadas después de que la reconocida política haya iniciado su carrera, en Baja California las mujeres han logrado más espacios en el servicio público. Puestos como la presidencia municipal de Tijuana y Mexicali, que antes por “decreto” estaban reservados exclusivamente para hombres, ahora la mujer ha logrado contender en igualdad de condiciones para obtenerlos. Actualmente dos mujeres aspiran a la gubernatura del estado para las elecciones del próximo 6 de junio.
Para Martina Montenegro y otras mujeres de su generación, esto representa un gran avance, después de tantos años de sufrir de violencia política y de ser desplazadas a los puestos, que los hombres no querían.
UNA LARGA CARRERA
Regidora, presidenta municipal suplente, diputada local, federal, senadora y funcionaria pública en múltiples administraciones, forman parte del currículum de Montenegro Espinoza. Sin embargo, a la militante priista, le tocó el tiempo en el que en el Cabildo era la única mujer edil. O en el Congreso Estatal, solo había dos diputadas o cuando en la LVI Legislatura Federal que integró, apenas había 77 legisladoras, mientras que 426 eran hombres.
También recuerda aquella ocasión que era una de las precandidatas a la presidencia municipal de Mexicali, pero que el otro precandidato, Francisco Pérez Tejada, le dijo que la decisión era que él iba a ser el abanderado, limitándose a ofrecerle un cargo “importante”, dentro de su administración.
“Estoy súper feliz, porque después de ser solo una muestra, hoy vemos a tantas mujeres en todas las posiciones. El hoy ver a tanta mujer, te sientes muy feliz, te sientes que sembraste una semilla, no nada más yo, sino un grupo de mujeres de Baja California que tuvimos muchas angustias, muchas preocupaciones, mucho trabajo, sobre todo porque nos sentíamos obligadas de dar más del 100%, para que vieran las mujeres teníamos capacidad y para que vieran que éramos honestas y que podíamos hacer un trabajo en favor de la sociedad”, expresó.
Nacida en 1948, le tocó ser testigo cuando Griselda Álvarez, se convertía en 1979 en la primera mujer en ocupar el cargo de gobernadora en México, al ganar la elección en el estado de Colima. Le siguieron Beatriz Paredes, en Tlaxcala; Amalia García en Zacatecas; Ivonne Ortega en Yucatán; Claudia Pavlovich en Sonora; Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México y Martha Érika Alonso en Puebla.
También han gobernado una entidad federativa en México, aunque de forma interina, Dulce María Sauri en el estado de Yucatán y Rosario Robles, como jefa de gobierno del entonces Distrito Federal.
“Las mujeres eran las que les hacían las campañas políticas a los partidos, eran la base para que lograran el éxito de los candidatos, ellas exigían una mayor participación, pero generalmente entregaban a la mujer los distritos perdidos, que no tenían posibilidades de ganar y hubo muchas cosas que se tuvieron que ir cambiando. Afortunadamente tuvimos esa lucha y logramos nuestros objetivos de obtener los sitios que nos merecíamos”, manifestó.
En Baja California, Margarita Ortega, en 1989 fue la candidata del Partido Revolucionario Institucional (PRI), para la Gubernatura del Estado, perdiendo la contienda contra Ernesto Ruffo Appel. En 1995, Angélica Obeso de Puente, se convertiría en la primera alcaldesa de un municipio de Baja California, al entrar como suplente de Francisco Pérez Tejada, quien dejó el ayuntamiento de Mexicali, para luchar por el Ejecutivo Estatal.
Pero no fue sino hasta 2016, cuando Nereida Fuentes en Tecate y Mirna Rincón Vargas en Playas de Rosarito, resultaron como las primeras mujeres electas para un ayuntamiento en Baja California.
“Falta de respeto nunca recibí, pero sí acciones muy difíciles contra mi persona, mis propuestas. Se sabía que eran mías y no las sometían a consideración, análisis o votación”, rememora Montenegro Espinoza.
