El inventario de vivienda nueva en Tijuana 2020 cayó un 38% en comparación con 2019, según el reporte ofrecido por el Registro Único de Vivienda (RUV).
El mismo reporte indica el desarrollo de 224 casas económicas; mil 375 popular; 823 tradicionales, 329 de gama media y 11 tipo residencial.
“Tenemos planes y políticas de desarrollo urbano que no están actualizados, en Tijuana tenemos un plan de desarrollo urbano del año 2009 y no se ha mejorado”, expuso el presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios, Fernando Zamora.
En este momento, de acuerdo al Plan Nacional de Vivienda, en la región 30% de los trabajadores requieren de un hogar, es decir, 45 mil 857.
“Hay una demanda real de vivienda de diversos niveles en Tijuana que no está siendo satisfecha. La mayor demanda está en el mercado de vivienda para trabajadores donde es cercana a nula la oferta de vivienda, que había estado siendo atendida temporalmente por la recuperación de vivienda abandonada”, explicó el arquitecto, Jorge Gutiérrez Topete.
El especialista indicó que ante la ausencia de subsidios federales a este tipo de vivienda, los desarrolladores inmobiliarios han tenido que migrar a mercados de casas de gama media y residencial.
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“Aún en vivienda media la demanda es mucho mayor a la oferta siendo los sectores residenciales los mejor atendidos en nuestra metrópoli. Es necesario que las autoridades vean a los desarrolladores como aliados y se faciliten los trámites cada vez más tardados y engorrosos para que se puedan atender más ágilmente los segmentos de vivienda de menor valor y mayor volumen”, puntualizó Gutiérrez Topete.
Por último, dijo que esta problemática involucra el alto costo de la tierra provocada por especulación de los propietarios de la tierra que piden precios excesivos por la tierra apta disponible. Además, dijo que los reglamentos, leyes, planes y programas van muy rezagados respecto a la normatividad nacional.
“No sabemos cuándo estaremos al día en el conjunto de reformas necesarias. Lo que es una realidad es que Tijuana es un lugar donde se requiere muchísima vivienda nueva, hay muchísimas casas abandonadas e invadidas por recuperar y lo que se requiere es un pacto entre autoridades y gobierno para que la industria inmobiliaria se convierta en el motor de la recuperación económica post pandemia”, concluyó.
Los altos costos de las viviendas hacen imposible el acceso a los trabajadores de menores ingresos
