Crisstian Villicaña
Tijuana.- Un salario mínimo insuficiente ha dado como resultado que la sociedad mexicana batalle cada vez más para comprar la canasta básica y, por ende, necesita trabajar durante más horas o que varios miembros de la familia lo hagan, detalló la directora de la Escuela de Administración y Negocios de Cetys Universidad, Guadalupe Sánchez.
"En enero, el salario mínimo quedó en poquito más de 88 pesos, y el actual gobierno manejó que hacía tiempo no se aumentaba; sin embargo, ya cuando se ven las estadísticas y sobre todo el poder adquisitivo real, resulta que no es de esa manera. En cuanto al poder adquisitivo de los trabajadores durante este sexenio se habla de una pérdida del 13%", dijo.
Agregó que un reciente estudio realizado por la UNAM titulado: "Otra derrota social y política a las clases trabajadoras; los aumentos salariales que nacieron muertos" ha arrojado datos que ayudan a entender la problemática.
"En 1987 se requerían casi cinco horas para pagar una canasta básica en términos del salario mínimo; en 2017, se requieren de 24 horas. Esto nos habla (de) que, efectivamente, hay un deterioro en cuanto a lo que se puede adquirir con el salario mínimo, y que este último aumento que se hizo en enero (…) no logra subsanar estos rezagos que se han acumulado a través del tiempo. El salario es un tema que decide el gobierno, pero es un referente, porque, evidentemente, el sector productivo determina los salarios de acuerdo a sus propias condiciones internas de costos internos. Lo que es un hecho es que no se pueden hacer aumentos excesivos porque podría generar un efecto inflacionario. Idealmente los salarios tienen que ser el resultado de la productividad, tienen que ser el resultado de la eficiencia de las empresas, de su capacidad para generar los ingresos suficientes para cubrir este costo de manera justa, equitativa", concluyó.
