Juan Miguel Hernández
Tijuana.- En los últimos seis años, el gobierno mexicano ha deportado a casi 700 mil migrantes centroamericanos a sus países de origen. Lo anterior lo expuso el coordinador del doctorado en Migración Internacional del Colegio de la Frontera Norte (El Colef), Rafael Hernández López, quien estimó que tan solo este 2018 la cifra de migrantes repatriados ascenderá a 100 mil.
“Ellos tienen acceso a pocos mecanismos de regularización migratoria y enfrentan un círculo de deportación constante en un escenario que, en el caso de Centroamérica, las condiciones por falta de empleo y expansión de las pandillas ha sido una característica muy notable que hace que las personas abandonen sus lugares de origen”, expresó el especialista.
Durante la exposición “Migración: Una Realidad Fronteriza”, Hernández López señaló que el Plan Integral Frontera Sur, implementado por el gobierno mexicano, era un proyecto que consistía en la contención migratoria, basado en la detección, deportación y contención de las personas en tránsito.
“En teoría, buscaba proteger a los derechos humanos, atacar a grupos delincuenciales, pero en los hechos, el componente más importante era la deportación”, comentó.
El experto en migración internacional indicó que, en los años recientes, más de 300 mil centroamericanos han solicitado, a nivel internacional, la condición de refugio, cifra que creció a 990% en la última época.
“Son personas que dejan sus lugares de origen para perseverar su vida y huir de la violencia. Esto no es fruto solo de situaciones coyunturales, hay todo un contexto muy importante que está dando pie a esta movilización y, en el caso centroamericano, son los conflictos armados entre la década de los sesentas y noventas”, puntualizó.
Por último, precisó que, en la frontera entre México y Estados Unidos, se registran entre 200 y 300 muertes por año, principalmente de migrantes que abandonaron sus comunidades, huyendo de la violencia y desigualdad.
