Tijuana.- En las últimas dos semanas, en Tijuana y Playas de Rosarito fueron cateadas dos viviendas que se presumía habían sido convertidas en fosas clandestinas y que varios cadáveres estaban enterrados en los dos inmuebles, según investigaciones que realizó el colectivo Una Nación Buscando-T.
Desde el primer hallazgo en una casa de la calle Artículo Tercero de la colonia Maclovio Rojas, se han localizado 11 cadáveres que estaban enterrados en el patio de la vivienda, aseguró Angélica Ramírez, dijo que dieron con el lugar por llamadas anónimas e iniciaron la investigación en los últimos meses del 2020.
“Traemos unas investigaciones de hace meses, traíamos una investigación de una búsqueda de un muchacho, entonces estuvimos investigando porque teníamos una persona que nos marcaba y pues nos dijo dónde estaban todos los (cadáveres) enterrados”, declaró Angélica Ramírez, miembro del colectivo Una Nación Buscando-T.
Dijo Angélica que la investigación del colectivo les arrojó que la vivienda fue convertida en una fosa clandestina, por lo que pidieron la intervención de la Fiscalía Estatal para que solicitara una orden de cateo del inmueble logrando ingresar el 4 de enero, y hasta el momento el colectivo ha desenterrado 11 cadáveres en ese lugar y dicen que podría haber más.
El segundo hallazgo se dio en la vivienda de la calle Abeto en la colonia Magisterial de Playas de Rosarito, el sábado 9 de enero ingresaron al lugar y localizaron el cuerpo de un joven, por lo que iniciaron la investigación, dieron aviso a la Fiscalía Estatal y el jueves 14 de enero elementos ministeriales catearon la vivienda donde se presumen existen más cadáveres enterrados.
Luis Guillermo Díaz Luciano, presidente del Colectivo de Búsqueda y Justicia por Nuestros Hijos en Tijuana, fue invitado por la Fiscalía Estatal para realizar los trabajos de exhumación en Rosarito, dijo que se presume existen más de cinco cuerpos enterrados en el lugar.
“Hoy empezamos las excavaciones para probablemente encontrar otros cuerpos más, no tenemos idea, pero se habla de cinco cuerpos en adelante... Esta casa fue por medio de una denuncia y después por medio de la fiscalía les denunciaban venta de droga y malos movimientos en la casa”, comentó Díaz Luciano.
En la vivienda de Rosarito continúan los trabajos de búsqueda por elementos de la fiscalía, vecinos del lugar dicen que hace más de 40 años ha funcionado como un lugar donde se vende y consume droga.
“Esa casa tiene más de 40 años de 'tiendita' y 'picadero', hace meses entró el Ejército, pero siguió funcionando”, señaló un vecino que prefirió el anonimato y agregó que en el lugar siempre se han emitido olores putrefactos, pero nunca pensaron que se debía a que hubiera cuerpos sepultados, “ese lugar siempre había olido a perro muerto, pero a veces se quitaban los olores y otras veces regresaban, y como tenían caballos se revolvían los olores... quién iba a pensar que eran personas muertas y no eran perros”.
El colectivo Una Nación Buscando-T habilitó una línea telefónica con un celular para recibir denuncias anónimas y continuar investigando sobre casos de desaparecidos, dicen que es más seguro tener un celular para recibir información, pues constantemente son amenazados y es la forma en que logran encontrar fosas clandestinas y localizar a personas que desaparecen en la entidad.
El antropólogo Víctor Clark Alfaro, director del Centro Binacional de Derechos Humanos de Tijuana, dice que en Baja California han demostrado ser más efectivas las investigaciones de grupos de colectivos de desaparecidos que las de la Fiscalía Estatal, en su necesidad por encontrar a sus desaparecidos.
Clark Alfaro mencionó que el encontrar los restos de cientos de personas ha generado un sentimiento de impunidad entre la población, pues las autoridades no investigan cada caso.
“Termina en una enorme impunidad, pues el estado no tiene la capacidad para investigar cada una de las circunstancias y cada uno de los cuerpos que encuentra, no tienen la capacidad, no tiene ni los agentes necesarios, ni la tecnología, entonces, se quedan con los cuerpos, pero no se investiga cada uno de los casos y los restos de personas”, dijo el antropólogo.
Mencionó que en la entidad el enterrar a personas en predios o zonas alejadas es una práctica de la que se tiene registro desde los años noventa, pero en ese entonces no era tan evidente porque familiares no buscaban a sus desaparecidos como en los últimos años.
“Enterrar cuerpos y desechos es una práctica que se inició desde el principio de los noventas. Ha de haber cientos en la ciudad, en el Este de Tijuana seguramente... No es una práctica nueva, es una práctica añeja, lo que sucede es que en aquellos años era un fenómeno nuevo y los familiares desconocían que se estaba dando ese fenómeno”.