Uriel Saucedo
Tijuana.- Desde el mes pasado, vecinos de la colonia Morelos han sido testigos de cómo han ido en aumento el número de asaltos a casa habitación y sobre la vía pública; quienes, a pesar de tener el cuartel militar dentro de la colonia, no se han visto resguardados por los uniformados.
Los hechos que últimamente han ocurrido se han dado sobre todo en la calle Enrique González de la colonia antes mencionada, vialidad que se encuentra detrás del cuartel de la segunda zona militar. Fue sobre dicha calle, donde hace algunos días, Gabriela N, al llegar a su casa, se percató que sujetos desconocidos ingresaron a su vivienda, llevándose ropa, joyería y documentos personales; relató que los responsables, además de llevarse sus pertenencias orinaron sobre las paredes de su hogar, y aparentemente se drogaron mientras ella se encontraba ausente.
De igual manera, uno de los vecinos que por seguridad prefirió el anonimato, relató que los asaltos siguen aumentando, y dentro de la colonia hay una tienda de abarrotes a donde los delincuentes llevan los artículos robados para revenderlos.
Por su parte, el señor José N, quien toda su vida ha vivido en la colonia, relató que los asaltantes en su mayoría son jóvenes que conocen desde niños, sin embargo, en las últimas fechas han visto caras nuevas, de gente que no vive en la colonia. También, comentó que pareciera como si los delincuentes fueran más astutos que la misma policía, ya que él ha observado que pasan patrullas y ningún maleante se encuentra en las calles, pero, cuando dejan de pasar las unidades de la policía, es cuando se les vuelve a ver a los asaltantes deambular por las calles.
Narró que una vez que oscurece ya no es seguro caminar por ciertas calles, sobre todo donde hay callejones, ya que son las zonas donde más atracos se han dado, en donde las víctimas son hombres, mujeres, niños y hasta la iglesia Nuestra Madre Santísima de la Merced, en donde hace tres semanas aproximadamente, un hombre fue capturado en el techo de la casa donde viven las religiosas, cuando se disponía a ingresar a robar, por lo que ahora se puede observar alambre de púas en la parte superior de la barda de dicha iglesia.
Ante tal problemática, la comunidad pide el apoyo por parte de los militares que viven ahí mismo, ya que la inseguridad cada día es mayor y en ocasiones se han dado robos enfrente del mismo cuartel, sin que los militares intervengan.