Tijuana. – La doctora Feggy Ostrosky plantea que la violencia no es necesariamente consecuencia de la pobreza sino de la mala distribución del ingreso, así como factores de riesgos familiares y sociales que se conjugan en el ambiente que se vive en Tijuana.
Cuando los papás tienen que salir a trabajar, los hijos quedan desatendidos, existe una desintegración familiar, los niños quedan a la merced de los videojuegos y/o malas compañías.
El uso de videojuegos desde temprana edad, impactará directamente en la deshumanización de las personas, por ello dijo la doctora del Laboratorio de Neuropsicología y Psicología de la UNAM, es recomendable moderar estos juegos.
Después vienen los factores de riesgo personales, que pueden ser identificados en tres etapas de la vida temprana, los 3, 7-9 años de edad y en la adolescencia, niños que son desafiantes, que tiene cero respeto por la vida y la autoridad, que queman animales, detectar estos factores, se debe y puede intervenir con programas psicosociales.
El padre debe ser autoritario pero democrático, porque estar en uno u otro extremo – pasivos o autoritario – se crían individuos sin responsabilidad alguna, que no aprende a seguir normas, explicó la doctora Ostfosky.
Ambiente de estrés social, en donde los jóvenes se enfrentan a factores de fracaso escolar, incapaces de avanzar en su educación, por lo que, satisfacen sus necesidades de validación con acciones violentas como involucrarse en la delincuencia organizada.
El perfil del sicario es el de una persona con muy baja autoestima, que ante el fracaso, busca la forma de conseguir poder y dinero, eligiendo la forma fácil pero equivocada, de actuar en contra de la vida de otros.
La doctora, en conjunto con otros especialistas han desarrollado un programa de intervención para los infantes y adolescentes que muestran estas conductas psicópatas desde temprana edad, principalmente en comunidades de escasos recursos económicos, porque hay menos información y acceso a programas de este tipo.