Tijuana.- “Hasta encontrarte Diana” gritaban en las afueras del Poder Judicial del Estado alrededor de 20 personas, entre familiares, amigos y maestros de Diana Piggeonountt, desaparecida en el 2018 en Tijuana, al tiempo que exigían a las autoridades el esclarecimiento de la desaparición forzada de la adolescente.
La protesta se realizó previo a la celebración de la audiencia virtual de vinculación a proceso de Juan Manuel “N”, quien fue detenido el pasado 15 de julio acusado por la Fiscalía General del Estado de haber cometido presuntamente el delito de desaparición forzada en contra de la adolescente, con las agravantes de ser mujer y una menor de edad.
En la protesta estuvo Blanca Piggeonountt, hermana de Diana, quien exigió al gobierno regresar a su hermana menor con vida y dijo que las declaraciones de la fiscalía contradicen a los familiares y amigos de la joven, aseguró que aunque hay un detenido, Diana Piggeonountt sigue en calidad de desaparecida y sin avance en las investigaciones.
“Ahora dice que sí está embarazada, pero dónde tienen una prueba, o sea si está embarazada no es la primera y la última, pero dónde está la prueba para que estén confirmando algo así”, indicó Blanca Piggeonountt.
Mientras que la activista Andrea Rincón, quien conoció a Diana en la Preparatoria Federal Lázaro Cárdenas, cuestionó las investigaciones de la Fiscalía General del Estado y aseguró que la autoridad estatal victimiza a Diana Piggeonountt, al hablar de su vida sin tener pruebas que comprueben las declaraciones del fiscal central Hiram Sánchez, quien informó que el avance de la investigación indicaba que la menor estaba embarazada y derivado de ello, supuestamente, Juan Manuel “N” tuvo que ver con la desaparición forzada.
“Es una menor que aún tiene 17 años y que desapareció a los 15 años, ¿cómo es qué se puede hablar de una relación sentimental con una persona mayor de edad? cuando claramente eso es un delito, ¿cómo se puede hablar de la presunción de un embarazo? cuando no hay ninguna prueba que concrete dicha información. Manchar el nombre de Diana es quitarle su dignidad y es violar sus derechos humanos como niña, como menor, como joven y como estudiante”, dijo la activista Andrea Rincón.
Por su parte, la maestra Catalina Heredia, quien le dio clases de inglés por dos semestres a Diana, exigió respeto a la menor y dijo que seguirán con las protestas hasta encontrarla, tras dos años de la desaparición “no tiene nadie ningún derecho de cuestionar qué hizo o que no hizo, entre otras razones, porque es una menor de edad”.
