Tijuana. -Tras tres días de permanecer alejado de la mirada pública, el gobernador del estado, Jaime Bonilla Valdez, reapareció en su transmisión matutina, pero desde el Hospital General de Tijuana, en donde estuvo internado hasta la tarde de ayer.
A pocas horas de dejar recibir oxígeno, el mandatario no desaprovechó la oportunidad de dirigirse a la audiencia, aunque se le notaba todavía convaleciente por los síntomas relacionados al nuevo coronavirus.
Teniendo de fondo el sonido de los aparatos médicos, el ejecutivo estatal dijo que decidió ir a atenderse al Hospital General, porque era el lugar donde más lo quieren.
“Fui congruente, desde el momento que llegué he recibido cariño en el hospital, de cómo me han atendido”, comentó.
Mencionó que es la primera vez que lo hospitalizan en toda su vida, pues la última ocasión que estuvo ingresado en un nosocomio fue hace 25 años, por un dolor de cabeza, pero solo por algunas horas.
Señaló que se contagió entre el martes y miércoles de la semana pasada, en una de las tantas reuniones que tuvo tras la visita del presidente de la República. Incluso, pese a la insistencia del secretario de salud, Alonso Pérez Rico, se animó a decir que se infectó por medio de una persona de apellido Valdez, la cual ya fue notificada.
Mencionó que se integrara a trabajar cuando sea dado de alta, pero realizara el trabajo desde su condominio e indico que sostuvo una llamada con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien le deseo una pronta convalecencia e indico que esperará que se recupere para tener una visita en el mes de diciembre.
Respecto a la condición del gobernador, el secretario de salud, indicó que desde el jueves 3 de diciembre se le hizo una tomografía de control en los pulmones, pero hasta el lunes, tras presentar dolor de cabeza y articulaciones, se le decidió realizar una nueva tomografía, en donde se le detectó que tenía un proceso de neumonía.
“El día jueves tenía un pulmón sano y el lunes se ve una neumonía pulmonar, que había un riesgo que se consolidara y avanzara”, comentó.
Pérez Rico, indicó que el gobernador bajó su saturación a 90, para lo cual se le dio los cuidados que reciben los demás pacientes que están internados en el Hospital General y con ello no se le complicara su cuadro.
Destacó que gracias a que el mandatario no tiene obesidad, hipertensión y diabetes, la evolución de la salud de Bonilla es favorable, por lo cual abandonó el hospital este miércoles por la tarde, menos de 48 horas después de haber sido ingresado.
“He visto gente muy fuerte pero en tres o cuatro días han muerto y es precisamente porque no tomaron en serio ir al hospital”, decía Jaime Bonilla.