Tijuana.- Los escurrimientos de agua y el salitre que asoma entre las columnas del Nodo 20 de Noviembre, dan cuenta que las deficiencias de la obra, sostenida por 730 columnas, no se subsanaron como lo recomendaron especialistas en 2017, antes de que el paso express fuera abierto al tránsito vehicular.
“Los escurrimientos de agua van a reducir la vida del puente por la oxidación del acero”, advirtió David López, asesor de la Comisión de Estructuras del Colegio de Ingenieros Civiles de Tijuana, organismo que aquel año integró una mesa técnica para analizar la obra y observó afectación aún antes de ser inaugurada.
Entonces el organismo de especialistas emitió una serie de recomendaciones como la realización de una prueba de carga, así como la colocación de un sistema de drenaje para la humedad a lo largo y alto de las columnas corroídas.
También recomendó inyectar concreto e impermeabilizar para proteger el acero de la cara oculta de las columnas del exceso de humedad presente en la zona.
“Las oquedades que se vieron del concreto estaban por enfrente, pero la lógica indica que, por la parte posterior, que no era visible, estaban igual o peor”, consideró el especialista.
Aunque la administración del entonces gobernador Francisco Vega de Lamadrid aseguró haber cumplido con la solución técnica recomendada, David López anotó que el estado que guarda actualmente el Nodo 20 de Noviembre, demuestra que no se cumplió con una rehabilitación integral.
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El paso express, edificado por Constructora Makro, S.A. de C.V., fue abierto el 22 de noviembre de 2017, tras 21 meses de construcción y una inversión de más de 183 millones de pesos.
Por la humedad presente, la obra debería tener un mantenimiento constante, consideró López.
Sin embargo, a casi cuatro años de estar abierto al tráfico vehicular, las obras de mantenimiento son nulas.
Durante los dos años de gobierno de Jaime Bonilla Valdez no se destinó presupuesto alguno para su mantenimiento, ni se proyectó un programa de mejora para frenar los escurrimientos de agua que acortan la vida de la obra.
Ubicado sobre la Prolongación Paseo de Los Héroes y la avenida 20 de noviembre, el nodo es un punto de cruce vehicular y de paso del tren de carga.
Aunque oficialmente es catalogada como una de las obras viales más importantes de la ciudad, los semáforos de este crucero se encuentran apagados, al igual que el aviso del paso del tren, sin que haya ninguna otra advertencia de su paso a conductores.
SIN MANTENIMIENTO
“Lo desconozco”, fue la lacónica respuesta de Karen Postlethwaite Montijo, secretaria de Infraestructura, Desarrollo Urbano y Reordenamiento Territorial (SIDURT), al ser cuestionada sobre el mantenimiento que la dependencia a su cargo realiza al Nodo 20 de Noviembre.
Fue a través de la Unidad de Transparencia de SIDURT que se informó que durante el actual gobierno de Jaime Bonilla “no se han realizado trabajos de rehabilitación que se requieran, para que el Nodo Vial 20 de noviembre continúe en operación normal al flujo vehicular”.
También se confirmó que la actual administración no ha ejercido ningún presupuesto en la obra, la cual carece de un proyecto de mejora programado.
La justificación para no llevar a cabo obras de rehabilitación o mejora fue que “actualmente se encuentra en operación normal al flujo vehicular, sin reflejar visualmente problemas relacionados con algún tipo de falla en su estructura, que presenta inseguridad a los usuarios”.
Vía transparencia SIDURT también admitió que no se ha realizado la prueba de carga sugerida por especialistas, pero dijo que el 17 de marzo de 2021 se solicitó a la Dirección de Contratación de esa secretaría iniciar los trámites para asignar el análisis a un contratista.
A la fecha la prueba de carga sigue siendo un pendiente.
LOS RIESGOS
Para Jorge González Belmont, perito estructuralista, cada muro en malas condiciones representa un punto débil.
Pese a haber sido revestidos, la humedad y salitre se observan en algunas de las columnas que conforman el Nodo 20 de Noviembre.
Esa condición resulta grave, si se considera que los muros no solo sostienen el puente, sino también las vías del ferrocarril, carga a la que se suma la tierra húmeda de los taludes laterales, lo que genera un peso mayor a las columnas, expuso el especialista.
Indicó que los escurrimientos de agua ponen de manifiesto las grietas que existen en la obra, la cual se ubica sobre un suelo de tierra blanda y con un alto grado de filtración de agua.
“Y si la humedad se observa en la superficie, es seguro que la varilla se sigue oxidando dentro de la columna, por lo que el riesgo de que el concreto no resistirá las cargas laterales y ceda es inminente”, advirtió.
González Belmont recordó que antes de ser inaugurado, las columnas del paso express registraron un alto grado de desprendimiento de concreto, lo que evidenció la baja calidad de agregados en la mezcla utilizada en el proceso de construcción.
“La pérdida de concreto en el núcleo de las columnas, el acero expuesto a la intemperie, y el desfasamiento vertical de las columnas que provocó que el suelo penetrara entre las columnas, son patologías derivadas de un diseño estructural inadecuado, una obra ejecutada de manera incorrecta y con materiales deficientes”, subrayó.
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Para el perito estructuralista, fue inadecuado utilizar columnas como muros de retención de tierras en un puente que soporta un peso como el Nodo 20 de Noviembre, porque lo convierte en una obra de baja resistencia estructural.
“El puente presenta una mala estructuración, toda vez que se utilizaron columnas empotradas, sin considerar que gran parte de la zona está resistiendo los empujes de la tierra, además de presentar problemas de saturación de agua, lo que aumenta el empuje horizontal por la presión hidrostática”, explicó.
Detalló que el agua desarrolla presión hidrostática sobre el respaldo de los muros, lo que daña las columnas de acero.
En 2017, antes de que el paso a desnivel se abriera al tránsito vehicular, González Belmont recomendó la demolición de las columnas dañadas.
“En lugar de dar una solución estructural adecuada a las fallas de desintegración del núcleo de concreto de las columnas, la obra solo fue maquillada”, lamentó.
A más de cuatro años de realizada la obra, y sin las acciones adecuadas para contener el exceso de humedad, el problema de oxidación seguramente se ha agravado, consideró el especialista, “y la oxidación es el cáncer del acero estructural”.
Y anotó, “es una obra que está vulnerable, al que se hicieron unos parches y no una reestructuración a fondo”.
NODO, TAREA PENDIENTE
Los peritos David López y Jorge González Belmont, coincidieron en que el gobierno debería estar monitoreando que las columnas no presenten ni escurrimientos ni agrietamiento
David López indicó que el gobierno de Jaime Bonilla debió retomar el asunto y resolver los pendientes que dejó su antecesor, como las inyecciones de concreto para proteger el acero.
“No dio seguimiento, así quedan las obras sin mantenimiento ni seguimiento de lo que se indicó por parte de la mesa técnica conformada por especialistas”, dijo.
Dado el aspecto actual de las columnas que denota el daño por la humedad y el empuje de la tierra, González Belmont calificó como graves las omisiones.
“El acero de las columnas está trabajando a presión, pero se está desintegrando, el problema fundamental es la estructuración, la cual tarde o temprano va a fallar”, acotó.
