A pesar de que continúa el semáforo del Covid-19 en rojo en el estado, este domingo se registró gran afluencia en el mercado sobreruedas ubicado en la colonia Lucio Blanco del quinto municipio.
Como cada domingo, cientos de personas se dieron cita en la calle Valente Cordero para realizar compras de alimentos y artículos de primera necesidad, como la señora Rosa María López, dice que se abastece de verduras porque están a un menor precio que en las tiendas de conveniencia “vengo a comprar mandado porque está más barato, nomás que me da mucho calor con el cubrebocas y la caminada”.
Rosa María utiliza cubrebocas porque teme enfermarse de coronavirus, pero el ahorro es tan significativo de hasta el 50% que tiene que tomar el riesgo de ir al sobreruedas.
“Por ejemplo, como el tomate está mucho más caro ahí en el Calimax, que está en 30 y 40 pesos y aquí lo agarro en 10 o 15 pesos el kilo”, dijo Rosa María que espera la “calafia” por más de una hora para llegar al sobreruedas, dice que con la pandemia el transporte público se ha convertido en un problema en su colonia Plan Libertador.
Por su parte, el gobierno municipal realizó un operativo donde estuvo la alcaldesa Aracely Brown Figueredo, elementos de regulación municipal y con apoyo la Guardia Nacional, para revisar que cumplieran con las medidas sanitarias en el mercado sobreruedas, como son: distanciamiento entre puestos y que los comerciantes utilicen cubrebocas y gel antibacterial, así como evitar conglomeraciones para prevenir contagios del virus.
Los puestos ambulantes cumplieron las normas cuando se desarrollaba el operativo, pero retirándose las revisiones, los puestos estaban uno enseguida del otro, las aglomeraciones de personas eran evidentes, cientos de personas caminaban por la calle.
Había puestos esenciales y no esenciales, como venta de ropa, zapatos, maquillaje y artículos de joyería, dicen algunos ambulantes no esenciales que no pueden dejar de trabajar, pues tras dos meses y medio que dejaron de instalar sus puestos, ya no hay dinero para sostener a sus familias y por eso se arriesgan a ser multados.
La señora Teresa tiene un puesto de reparación de celulares y accesorios, dice que en un principio tuvo que retirar su negocio por un mes y medio, derivado de las pérdidas tuvo que cerrar un negocio establecido de celulares porque no pudo pagar una renta “mi venta no es muchísima, es casual, pero mientras tenga trabajo, yo no me quiero quejar de nada. Un mes y medio no trabajamos, como tenía la mercancía en el otro local, que lo cerré por la renta que ya no pude pagar”.