Tijuana.- El ambiente es tenso en El Chaparral y desde el fin de semana se registraron conflictos que generaron división. Por un lado, se aglutinan centroamericanos y por otro, migrantes de origen haitiano.
Quienes duermen en el campamento informaron que este fin de semana hubo un enfrentamiento entre haitianos y centroamericanos, donde hubo destrucción de casas de acampar y robo de pertenencias personales, además de documentos migratorios.
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“Dicen que no debemos estar aquí, es porque somos de Haití”, dijo Leandre, un migrante haitiano.
Según grupos haitianos, los centroamericanos no quieren que pernocten en El Chaparral y son presionados mediante actos violentos para que dejen el lugar. Dicen que son discriminados por su color de piel.
En contraparte, migrantes centroamericanos denuncian que los haitianos son agresivos contra las mujeres, por ello piden que se retiren.
“A una amiga la quiso violar un haitiano. Todas nos pusimos a gritar. No es justo porque tenemos que andar juntos para que no nos ataquen”, dijo una mujer de 35 años que no quiso revelar su nombre.
“Se ha venido revolviendo todo, porque la gente se está desesperando de que no podemos cruzar”.
Migrantes de El Chaparral indican que no hubo intervención de la Policía Municipal, pero la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) de Tijuana no lo ha confirmado.
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Aseguran que desde el pasado fin de semana se han registrado robos en las casas de acampar, sin que lleguen elementos municipales a poner orden. “Ayer se robaron la cocina, la comida en la noche”.
Durante este martes 29 de junio, Georgina Esther Tovar Moreno, quien se identificó como integrante de la asociación “Georgina y sus Ángeles que ayudan”, se acercó a pedir a los migrantes se retiren a albergues, pues las condiciones de salubridad y seguridad no son adecuadas.
“Les vamos a traer los camiones para que se vayan (a albergues), pero sean conscientes porque no porque estén en la línea van a pasar (a Estados Unidos). Tenemos que hacer un trámite, un papel donde diga sus nombres y por qué vienen huyendo de su país. La mayoría de los migrantes dijeron no estar interesados en retirarse del lugar, argumentan que en los albergues, pasadas dos semanas, les cobran 30 pesos diarios.
“Es algo que no podemos pagar porque no tenemos trabajo”, señaló Brando, de 26 años.
“No me voy, porque yo vengo sola y mis amigos son los hondureños que están aquí. No me gustan los albergues”, dijo una mujer hondureña.
Se cumplen cerca de cinco meses desde que cientos de migrantes viven en la vía pública y las condiciones de salubridad, de salud, alimento y seguridad empeoran con el paso de los días.