Tijuana.-La vivienda subdesarrollada en Tijuana es una combinación de la necesidad que genera la falta de oferta de vivienda para la clase trabajadora y de intereses políticos, consideró Jorge Alberto Gutiérrez Topete, asesor técnico de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi).
Respecto a la imagen de Amazon mostrando su nuevo almacén en Tijuana rodeado de casas de cartón y retazos de madera, Gutiérrez Topete opinó que grupos políticos utilizan personas de escasos recursos para invadir terrenos, acción que realizan en condiciones precarias.
Sin embargo, asentó que la escasez de vivienda es una grave realidad en la ciudad, situación que se ve complicada no solo por la situación económica, sino también por las trabas que las autoridades locales ponen al desarrollo inmobiliario, aunado a la aplicación de leyes y reglamentos obsoletos.
Las leyes que rigen el desarrollo de vivienda están obsoletas, eso provoca discrepancias entre leyes y reglamentos, “por lo que se ha vuelto más complicado que antes desarrollar vivienda en Tijuana”, declaró.
El desarrollo de vivienda para la clase trabajadora enfrenta un rezago de más de 10 años en Tijuana, una situación grave para alrededor de 150 mil solicitantes que no pueden comprar por la falta de oferta, expuso.
ACCEDE A NUESTRA EDICIÓN DIGITAL ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!
Agregó que en los últimos años se ha invertido la pirámide constructiva, al aumentar la construcción de vivienda de mayor valor.
“El 79% de la oferta de la vivienda es para el 18% de los compradores”, detalló.
Añadió que solo 2% de lo que construye la industria inmobiliaria se oferta a la clase trabajadora que representa 47% del mercado.
La vivienda de valor moderado y bajo ha sido desatendida, “eso es lo que está grave en Tijuana”, indicó.
Durante la última década, en Tijuana se producen entre siete a ocho mil viviendas por año, cantidad insuficiente que no logra atender el crecimiento natural de la ciudad, cuya demanda anual es de 18 mil viviendas.
Esa escasa oferta, dijo, ha provocado que se encarezcan las rentas y los precios de la vivienda, aun cuando los desarrolladores han tratado de contener su costo al usuario final.
Durante el último año, detalló, los costos de construcción han aumentado en alrededor de un 18%, mientras el costo de la vivienda ha subido un 10%
Los constructores han tratado de contener el costo de la vivienda al costo del usuario final para no sacarlo del mercado.