Tijuana.- Halloween es un día de fiesta, celebración y diversión para miles de personas, que aprovechan el 31 de octubre para disfrazarse de su personaje favorito.
Pero lo que para unos es felicidad para los transportistas Halloween es una fecha marcada en el calendario como de alto riesgo ¿la razón? Son víctimas de “huevazos”.
Rigoberto Barreto Luna, presidente del Consejo de Administración de la Empresa de Transporte Urbanos y Suburbanos SA, habló con El Sol de Tijuana, sobre esta extraña tradición.
Cada año en Halloween, ustedes toman algún tipo de precaución por esta celebración.
Normalmente las unidades de transporte público sufren de vandalismo, en cuanto oscurece hay esa particularidad de que las personas empiezan a hacer travesuras, vamos a decirlo así.
Normalmente a lo que más nos exponemos es a que nos tiren huevos crudos y eso se pega en la unidad y provoca un gran problema y hace que los chóferes se desanimen a salir a trabajar a esas horas.
Normalmente cortamos el servicio más temprano, ante la falta de garantías porque es imposible cuidar a tanta gente en este festejo y lo más sano es cortar por reducir el horario de atención.
La misma gente ya lo sabe y lo comprende porque como es un festejo de los mexicanos. Tratamos de evitar las consecuencias de esa manera.
¿A qué hora cierran o dejan de prestar el servicio?
Normalmente ese día a las 6:00 de la tarde. Los choferes difícilmente quieren subir a las colonias, porque están expuestos totalmente cuando menos a los huevazos, pero también te arrojan objetos más duros y te quiebren vidrios o que te echen pintura y echen a perder la pintura del carro. Son los daños que nos ocasionan y que hemos tenido esa experiencia.
¿Ya no denuncian a las autoridades?
No, la verdad no. Nosotros somos transporte de ruta. Diario atendemos la misma ruta durante años, entonces entendemos que es un festejo no controlado de los ciudadanos. Es parte de lo que tenemos que aprender a convivir, no lo vemos mal en la mayoría de la gente, son casos contados que desgraciadamente hace que tomemos ese tipo de acciones, porque tres, cuatro o cinco unidades que vandalicen, nos afecta.
¿Ese es el promedio que tienen?
Cada año por ruta tenemos cuatro a cinco casos e inhibe a los operadores a no seguir continuando trabajando cuando empieza a oscurecer.
¿Hay alguna zona de la ciudad donde se da más esto?
No, es general, todos los compañeros sufrimos la misma y los choferes por inercia, automáticamente de taxis de ruta, autobús, calafia, lo que sea, normalmente oscurece y se van a resguardar.
¿Desde cuándo se da este fenómeno?
Es común desde hace años, desde hace más de 20 por lo menos. No lo consideramos una cosa grave, pero sí tenemos que tomar esas medidas porque las unidades se vandalizan y la situación económica no está como para estar mandando las unidades y luego al siguiente día meterle cuatro mil pesos en reparación de daños.
Prevenimos esa parte y los ciudadanos también lo están tomando como una cosa cotidiana, saben qué hay poco transporte en esas fechas y horarios.
¿Si detectan quién les hace ese tipo de cosas, ustedes se bajan y los enfrentan?
Nosotros le decimos a los operadores, como transitamos diario. Consideramos que hacen uso de práctica también y nosotros le decimos al chófer, no te compliques, no discutas y todos tratan de mantener la cordura.
¿Qué porcentaje de unidades dejan de operar?
Después de las seis se reduce drásticamente, puede ser un 80%. Sí hay quien corre los riesgos porque se tiene que dar el servicio, pero muy poco.
¿Alguna tragedia o trago amargo que hayan pasado?
¿Por esta celebración? Propiamente no, no tenemos registradas o hechos graves. Por eso digo que es algo tolerable, aceptable y estamos acostumbrados a convivir con ello.
