Eliud Ávalos Matías
Tijuana.- El lavado de dinero no se ha combatido de manera eficaz y debe ser un tema en las agendas de los candidatos a la presidencia de la república. El control de dólares en la frontera no es el camino para erradicarlo, consideró el doctor en derecho fiscal, Adolfo Solís Farías. Advirtió que su combate es una prioridad de seguridad nacional.
Recordó que, hace más de una década, el lavado de dinero se generaba a través de transacciones en efectivo, pero con la transformación de la sociedad y las regulaciones internacionales creadas por los grupos de acción financiera, el lavado de dinero dejó de ser operable en efectivo.
“Pasó a ser un lavado que utiliza al sistema financiero como herramienta para ocultar fondos ilícitos. Esto es una prioridad de seguridad nacional, donde México tiene compromisos adquiridos. No me refiero al lavado de dinero que se hace a través de manejos o cambio de divisas en efectivo o el pago de bienes o servicios en efectivo, sino donde una serie de instrumentaciones empresariales permite meter fondos al sistema financiero”.
Dijo que el sistema financiero tiene la fragilidad de ocultar esos fondos, y se pueden hacer transferencias de un país a otro, dispersión entre entidades, simular, y puso como ejemplo lo que ocurrió en Veracruz con Javier Duarte, quien, refiere, usaba empresas fachada que aparentemente eran legítimas, y dispersó fondos.
Explicó que controlar el flujo de efectivo no controla el sistema. Anotó que hay una ley federal contra las operaciones de procedencia ilícita, pero en su opinión solo es regulatoria y no una verdadera ley contra el lavado de dinero.
“Establece la ley actos que deben informarse, actos que son regulados, y los que son prohibidos, pero la sanción de carácter penal no lo regula esa ley, es de carácter administrativo. El tema se debe subir, pero partiendo del sistema financiero, porque es el que le causa daño al país y alteraciones a la seguridad nacional que se da en términos de corrupción o negligencia de las autoridades financieras”.
En cuanto al control de apertura de cuentas y manejo de cuentas en dólares, detalló que no ha funcionado, porque lo único que logró fue que particulares tuvieran múltiples cuentas, en diversos bancos y esquemas. Esto, observa, les permitió seguir con sus operaciones, pero de manera dispersa.
Explicó que para ser eficaces los sistemas deben ser concentrados para que en una sola cuenta se puedan identificar todas las operaciones.
“Por tanto, si existen 100 cuentas, es más difícil. Ese control de dólares no fue eficaz, porque no se frenó el lavado de dinero ni las operaciones ilícitas y se afectó a las operaciones productivas, reales; a las tiendas que reciben efectivo, tiendas de autoservicio, a los que venden productos al público, estaciones de servicio, etc.”.