/ lunes 20 de noviembre de 2023

Expediente Confidencial | La Libertad Avanza en Argentina... pero no tanto

A pesar de que la dictadura china y sus corifeos mediáticos estuvieron duro y dale con su posverdad, durante los 27 días entre la primera y segunda vuelta de las elecciones presidenciales argentinas, Javier Milei, candidato de La Libertad Avanza, arrasó en el balotaje, celebrado este domingo, venciendo por 12 puntos al kirchnerista Sergio Massa (56% vs. 44%).

Y es que no hay posverdad que alcance cuando la verdad no puede ser tapada ni con una mentira mil veces repetida.

Esa posverdad afirmaba que estaría reñidísimo el reparto de los votos que no habían sido ni para Milei, ni para Massa, en la primera vuelta. Bueno, pues no hubo secretos: la candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, sacó 6 millones 379 mil 023 votos en esa primera etapa. Y Milei obtuvo 6.4 millones de votos en la segunda vuelta respecto a la primera. En contraste, Massa consiguió apenas 1.7 de los 2.5 millones de sufragios que obtuvieron candidatos afines al peronismo/kirchnerismo en primera vuelta. Es decir, Massa fue un candidato tan malo, que ni a sus potenciales votantes pudo convencer. Es menester decir que ni con todos esos votos, Massa hubiera ganado. Para ganar, Massa necesitaba convencer también a una parte de los votantes de Juntos por el Cambio. Pero ni cerca estuvo de eso.

EL DERROTADO

Cuando Mauricio Macri sacó al kirchnerismo del poder, por primera vez, en 2015, lo hizo por apenas dos puntos y poco menos de 700 mil votos. Ahora, Milei tuvo una diferencia de 12 puntos y casi 3 millones de sufragios.

Ese resultado tiene lógica, pues la candidatura de Massa fue cínica y desvergonzada. El problema principal de Argentina, hoy por hoy, es la economía, que es un desastre, con una inflación que, en octubre, llegó al 143% anual ¡Y Massa era el ministro de Economía! Es decir, el responsable directo del caos.

Entre todas las mentiras de la posverdad kirchnerista, se decía que Massa apenas llevaba poco más de un año como ministro y, por ello, no era tan responsable de la desgracia económica de l@s argentin@s. Pero los números no saben de posverdad. Cuando Massa llegó al cargo, a fines de julio de 2022, la inflación anual era de 71%. Es decir, con Massa, la inflación se duplicó.

Por otro lado, Massa dista de ser un hombre auténticamente de izquierda. Macri le puso el apodo de "Ventajita", sinónimo del término mexicano 'convenenciero'. Y es que Massa fue derechista en su juventud. Luego, cuando se emparentó con el político peronista Fernando Galmarini, al casarse con su hija, se hizo kirchnerista. Luego, se peleó con Cristina Kirchner y apoyó a Macri en la elección de 2015. Luego, se peleó con Macri y volvió al kirchnerismo.

La única razón por la que Massa fue candidato, es porque era el hombre de la dictadura china en Argentina. Xi Jinping buscaba un presidente títere que le permitiera ahondar la dependencia argentina de su régimen, cuyo símbolo es el famoso 'swap', un mecanismo a través del que esa dictadura le ha prestado 11 mil 500 millones de dólares al gobierno kirchnerista, disfrazado de canje de divisas -yuanes por devaluadísimos pesos argentinos-, a cambio de venderle alimentos y materias primas a bajo costo.

"Vamos a fundar la república de Argenchina", dijo Massa, durante su visita a China, en junio. Es dable pensar que, aunque su carrera a primer nivel terminó, 'Ventajita' seguirá prestando servicios como desestabilizador político para la dictadura xijinpingniana.

EL GANADOR

Por más que la posverdad kirchnerista quiso igualarlo a Donald Trump, la realidad es que Milei dista de ser "ultraderechista", calificativo que los satélites mediáticos "progresistas" buscaron endilgarle, como a todos sus rivales de turno.

Milei si tiene ribetes populistas, pero su narrativa tiene poca coincidencia más allá de su planteamiento de ir contra "la casta", similar al de "el pantano" que utiliza Trump, para describir a una élite que gobierna contra el pueblo. Sin embargo, esa figura no es privativa de la derecha populista, pues también radicales izquierdistas, como Pablo Iglesias, la utilizaron en su momento.

Por lo demás, un tipo como Milei, que da clases de sexo tántrico y está a favor de la libre elección de género, dista de ser como Trump y Bolsonaro.

Lo que sí sucede es que Milei va a llegar al poder con muchas amarras. Y es que, por ejemplo, su vicepresidenta, Victoria Villarruel, si es provida y ultraderechista. Ahora, además, deberá pagar el apoyo que le dio el macrismo, con el propio Mauricio al frente, en segunda vuelta.

Milei va a tener muy complicado darle gusto a todos, pues, en esa coalición heterogénea que lo llevó al poder, hay posiciones contrapuestas.

En razón de que Macri y los suyos representan 6.3 millones de votos que, al final, son los que le llevan al poder, se infiere que Milei va a terminar usando a Villarruel y los suyos de 'compañeros de viaje', sabedor de que, además, no se irán a los brazos del kirchnerismo, ahora opositor.

Dicho de otra forma, Milei complacerá a Macri antes que a Villarruel, tanto por estar más cerca de las ideas de Mauricio, como porque los postulados ultraconservadores de su vicepresidenta y aliados le estorban para gobernar. Así que la pregunta no es si romperá con los villarruelistas, sino cuándo.

Pero Macri es un sapo demasiado grande. Causante de la deuda que Argentina tiene con el FMI, la cual alcanza 44 mil millones de dólares, Mauricio representa los intereses de la élite financiera que no está alineada a la dictadura china y sus aliados criminales y terroristas. Una élite que, por lo demás, no es santa.

Otro problema para Milei es que tendrá un congreso opositor. En ambas cámaras, los peronistas y sus aliados, abiertos o fácticos, tienen mayoría. Mayormente en el senado.

La suma de los diputados de Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza es mayor a la de los kirchneristas y sus aliados. El asunto es que algunos legisladores de 'Juntos...' son de Coalición Cívica, partido que lidera Elisa Carrió, otra convenenciera como Massa, quien declaró que no apoyará a Milei. Sin esos diputados, JxC y LLA pierden su exigua ventaja parlamentaria.

Sin controlar el congreso, Milei tiene en griego poder avanzar en promesas como la eliminación del banco central.

Súmele a eso que la dictadura china hará de todo para desestabilizar a Milei y que caiga del poder, desde el primer día si se puede, para que así regresen sus amigos kirchneristas y fundar la república de 'Argenchina'

A Milei lo que le toca, paradójicamente, es jugar al lopezobradorismo. Es decir, agrupar al argentino de a pie en torno a él y convertir su batalla en la de tod@s, culpar al pasado de todo lo que se pueda y navegar hasta tener un control legislativo suficiente para gobernar sin Macris, ni Villarrueles. Es decir, como él quiera y no como la sobrevivencia le dicte. Eso puede ocurrir en dos años, cuando haya nuevas elecciones legislativas; en cuatro, durante las siguientes presidenciales... o nunca. Depende qué tan exitosa y realista sea su estrategia de sobrevivencia, la única que tiene de aquí a 2025, a través de la cual deberá explicar el incumplimiento de sus promesas y conseguir la paciencia de una sociedad que, justamente, es lo que menos tiene.

DE TAYLOR A BERGAT

Aprovechando los conciertos que Taylor Swift dio, por coincidencia, durante la campaña de la segunda vuelta, a algún asesor chinito enviado por la dictadura xijinpingniana se le ocurrió hacer una narrativa para que las 'swifties' llamaran a votar por Massa, argumentando que si Swift apoyó a Joe Biden, contra Donald Trump, en las elecciones de 2020, seguramente haría lo mismo en este caso, frente a la disyuntiva de elegir entre Milei y Massa.

Afortunadamente para la salud democrática de Argentina y el mundo, o las 'swifties' no son tantas en el padrón electoral, o votan poco, o son lo bastante informadas para saber que elegir a un presidente como Massa, afín a una dictadura, como la china, que aplasta a las mujeres, las comunidades LGBTQI+, y encarcela a su gente por pedir libertades y democracia, es muchísimo más peligroso que votar a un hombre que se disfraza de rupturista para tener pegue mercadotécnico.

Y de melodía en melodía, llegamos al domingo. Durante el festejo de su triunfo, en el búnker de Milei se escuchó 'Se viene', de Bersuit Vergarabat. El tema, escrito por Alberto Verenzuela y Gustavo Cordera, se originó de una golpiza que les dieron los guaruras de Carlos Ruckauf, entonces vicepresidente argentino, en el gobierno de Carlos Saúl Menem. Pero, a pesar de haber nacido como un tema antiperonista, 'Se viene' mutó, tres años después, en canción contra Fernando de la Rúa y su gobierno caótico.

También sonó, en el cuartel mileista, 'El amor después del amor', de Fito Páez, kirchnerista declarado. Ese fue, quizás, uno de los éxitos de la campaña de Milei y lección a tomar en cuenta: cómo logró hacerse con los referentes culturales del peronismo 'K', para transformarlos en suyos. Apoderarse de la cultura pop, como lo hizo el "progresismo" en América Latina, es clave, en ciertos públicos, para sacarlo del poder

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com

A pesar de que la dictadura china y sus corifeos mediáticos estuvieron duro y dale con su posverdad, durante los 27 días entre la primera y segunda vuelta de las elecciones presidenciales argentinas, Javier Milei, candidato de La Libertad Avanza, arrasó en el balotaje, celebrado este domingo, venciendo por 12 puntos al kirchnerista Sergio Massa (56% vs. 44%).

Y es que no hay posverdad que alcance cuando la verdad no puede ser tapada ni con una mentira mil veces repetida.

Esa posverdad afirmaba que estaría reñidísimo el reparto de los votos que no habían sido ni para Milei, ni para Massa, en la primera vuelta. Bueno, pues no hubo secretos: la candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, sacó 6 millones 379 mil 023 votos en esa primera etapa. Y Milei obtuvo 6.4 millones de votos en la segunda vuelta respecto a la primera. En contraste, Massa consiguió apenas 1.7 de los 2.5 millones de sufragios que obtuvieron candidatos afines al peronismo/kirchnerismo en primera vuelta. Es decir, Massa fue un candidato tan malo, que ni a sus potenciales votantes pudo convencer. Es menester decir que ni con todos esos votos, Massa hubiera ganado. Para ganar, Massa necesitaba convencer también a una parte de los votantes de Juntos por el Cambio. Pero ni cerca estuvo de eso.

EL DERROTADO

Cuando Mauricio Macri sacó al kirchnerismo del poder, por primera vez, en 2015, lo hizo por apenas dos puntos y poco menos de 700 mil votos. Ahora, Milei tuvo una diferencia de 12 puntos y casi 3 millones de sufragios.

Ese resultado tiene lógica, pues la candidatura de Massa fue cínica y desvergonzada. El problema principal de Argentina, hoy por hoy, es la economía, que es un desastre, con una inflación que, en octubre, llegó al 143% anual ¡Y Massa era el ministro de Economía! Es decir, el responsable directo del caos.

Entre todas las mentiras de la posverdad kirchnerista, se decía que Massa apenas llevaba poco más de un año como ministro y, por ello, no era tan responsable de la desgracia económica de l@s argentin@s. Pero los números no saben de posverdad. Cuando Massa llegó al cargo, a fines de julio de 2022, la inflación anual era de 71%. Es decir, con Massa, la inflación se duplicó.

Por otro lado, Massa dista de ser un hombre auténticamente de izquierda. Macri le puso el apodo de "Ventajita", sinónimo del término mexicano 'convenenciero'. Y es que Massa fue derechista en su juventud. Luego, cuando se emparentó con el político peronista Fernando Galmarini, al casarse con su hija, se hizo kirchnerista. Luego, se peleó con Cristina Kirchner y apoyó a Macri en la elección de 2015. Luego, se peleó con Macri y volvió al kirchnerismo.

La única razón por la que Massa fue candidato, es porque era el hombre de la dictadura china en Argentina. Xi Jinping buscaba un presidente títere que le permitiera ahondar la dependencia argentina de su régimen, cuyo símbolo es el famoso 'swap', un mecanismo a través del que esa dictadura le ha prestado 11 mil 500 millones de dólares al gobierno kirchnerista, disfrazado de canje de divisas -yuanes por devaluadísimos pesos argentinos-, a cambio de venderle alimentos y materias primas a bajo costo.

"Vamos a fundar la república de Argenchina", dijo Massa, durante su visita a China, en junio. Es dable pensar que, aunque su carrera a primer nivel terminó, 'Ventajita' seguirá prestando servicios como desestabilizador político para la dictadura xijinpingniana.

EL GANADOR

Por más que la posverdad kirchnerista quiso igualarlo a Donald Trump, la realidad es que Milei dista de ser "ultraderechista", calificativo que los satélites mediáticos "progresistas" buscaron endilgarle, como a todos sus rivales de turno.

Milei si tiene ribetes populistas, pero su narrativa tiene poca coincidencia más allá de su planteamiento de ir contra "la casta", similar al de "el pantano" que utiliza Trump, para describir a una élite que gobierna contra el pueblo. Sin embargo, esa figura no es privativa de la derecha populista, pues también radicales izquierdistas, como Pablo Iglesias, la utilizaron en su momento.

Por lo demás, un tipo como Milei, que da clases de sexo tántrico y está a favor de la libre elección de género, dista de ser como Trump y Bolsonaro.

Lo que sí sucede es que Milei va a llegar al poder con muchas amarras. Y es que, por ejemplo, su vicepresidenta, Victoria Villarruel, si es provida y ultraderechista. Ahora, además, deberá pagar el apoyo que le dio el macrismo, con el propio Mauricio al frente, en segunda vuelta.

Milei va a tener muy complicado darle gusto a todos, pues, en esa coalición heterogénea que lo llevó al poder, hay posiciones contrapuestas.

En razón de que Macri y los suyos representan 6.3 millones de votos que, al final, son los que le llevan al poder, se infiere que Milei va a terminar usando a Villarruel y los suyos de 'compañeros de viaje', sabedor de que, además, no se irán a los brazos del kirchnerismo, ahora opositor.

Dicho de otra forma, Milei complacerá a Macri antes que a Villarruel, tanto por estar más cerca de las ideas de Mauricio, como porque los postulados ultraconservadores de su vicepresidenta y aliados le estorban para gobernar. Así que la pregunta no es si romperá con los villarruelistas, sino cuándo.

Pero Macri es un sapo demasiado grande. Causante de la deuda que Argentina tiene con el FMI, la cual alcanza 44 mil millones de dólares, Mauricio representa los intereses de la élite financiera que no está alineada a la dictadura china y sus aliados criminales y terroristas. Una élite que, por lo demás, no es santa.

Otro problema para Milei es que tendrá un congreso opositor. En ambas cámaras, los peronistas y sus aliados, abiertos o fácticos, tienen mayoría. Mayormente en el senado.

La suma de los diputados de Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza es mayor a la de los kirchneristas y sus aliados. El asunto es que algunos legisladores de 'Juntos...' son de Coalición Cívica, partido que lidera Elisa Carrió, otra convenenciera como Massa, quien declaró que no apoyará a Milei. Sin esos diputados, JxC y LLA pierden su exigua ventaja parlamentaria.

Sin controlar el congreso, Milei tiene en griego poder avanzar en promesas como la eliminación del banco central.

Súmele a eso que la dictadura china hará de todo para desestabilizar a Milei y que caiga del poder, desde el primer día si se puede, para que así regresen sus amigos kirchneristas y fundar la república de 'Argenchina'

A Milei lo que le toca, paradójicamente, es jugar al lopezobradorismo. Es decir, agrupar al argentino de a pie en torno a él y convertir su batalla en la de tod@s, culpar al pasado de todo lo que se pueda y navegar hasta tener un control legislativo suficiente para gobernar sin Macris, ni Villarrueles. Es decir, como él quiera y no como la sobrevivencia le dicte. Eso puede ocurrir en dos años, cuando haya nuevas elecciones legislativas; en cuatro, durante las siguientes presidenciales... o nunca. Depende qué tan exitosa y realista sea su estrategia de sobrevivencia, la única que tiene de aquí a 2025, a través de la cual deberá explicar el incumplimiento de sus promesas y conseguir la paciencia de una sociedad que, justamente, es lo que menos tiene.

DE TAYLOR A BERGAT

Aprovechando los conciertos que Taylor Swift dio, por coincidencia, durante la campaña de la segunda vuelta, a algún asesor chinito enviado por la dictadura xijinpingniana se le ocurrió hacer una narrativa para que las 'swifties' llamaran a votar por Massa, argumentando que si Swift apoyó a Joe Biden, contra Donald Trump, en las elecciones de 2020, seguramente haría lo mismo en este caso, frente a la disyuntiva de elegir entre Milei y Massa.

Afortunadamente para la salud democrática de Argentina y el mundo, o las 'swifties' no son tantas en el padrón electoral, o votan poco, o son lo bastante informadas para saber que elegir a un presidente como Massa, afín a una dictadura, como la china, que aplasta a las mujeres, las comunidades LGBTQI+, y encarcela a su gente por pedir libertades y democracia, es muchísimo más peligroso que votar a un hombre que se disfraza de rupturista para tener pegue mercadotécnico.

Y de melodía en melodía, llegamos al domingo. Durante el festejo de su triunfo, en el búnker de Milei se escuchó 'Se viene', de Bersuit Vergarabat. El tema, escrito por Alberto Verenzuela y Gustavo Cordera, se originó de una golpiza que les dieron los guaruras de Carlos Ruckauf, entonces vicepresidente argentino, en el gobierno de Carlos Saúl Menem. Pero, a pesar de haber nacido como un tema antiperonista, 'Se viene' mutó, tres años después, en canción contra Fernando de la Rúa y su gobierno caótico.

También sonó, en el cuartel mileista, 'El amor después del amor', de Fito Páez, kirchnerista declarado. Ese fue, quizás, uno de los éxitos de la campaña de Milei y lección a tomar en cuenta: cómo logró hacerse con los referentes culturales del peronismo 'K', para transformarlos en suyos. Apoderarse de la cultura pop, como lo hizo el "progresismo" en América Latina, es clave, en ciertos públicos, para sacarlo del poder

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com