/ miércoles 24 de julio de 2019

Larga vida al rey del mundo Disney

El clásico animado, El Rey León, llegó nuevamente a las pantallas de cine una vez más con una nueva versión y una mayor apuesta

Itzel Segura

Durante los últimos años, Disney se ha arriesgado con sus películas en live action, en donde la opinión de los fans no ha sido la mejor, en donde nos hemos quejado de los detalles que han marcado más nuestra infancia y que no son presentados en estas películas, pero en esta ocasión el director Jon Favreau toma a la película que más ha marcado generaciones y la plasma para volver a impactar a chicos y grandes.

La trama todos la conocemos, Simba es un cachorro león sucesor al trono. Su tío Scar, de la familia real, trata de engañarlo con el fin de quedarse con el poder. Con ayuda de las hienas, Scar trama un malvado plan para matar a Mufasa, padre de Simba y actual rey, y hacer creer a Simba que él lo ha hecho, con la mentalidad de un niño, asustado y con sentido de la culpabilidad, Simba es ahuyentado del reino pensando que ha matado a su padre. Simba huye a la selva, donde conoce al suricato Timón y al jabalí Pumba, que lo rescatan y adoptan, ellos le enseñan la filosofía de "Hakuna Matata" (vivir sin preocupaciones).

En esta ocasión, tanto como el director como el estudio evolucionan y dan un paso agigantado en el tema de animación, ya que se ve un avance inmenso a comparación del libro de la selva, que igual dirigió Favreau, en donde el diseño de los animales aún se veía muy computarizado y en esta ocasión podemos sentirnos en un documental, nos muestra desde la fibra más pequeña de la selva, aunque el contenido es prácticamente idéntico, la forma en la que está presentado difiere notablemente.

Hablando de ese tono de documental podemos decir que el guión de Jeff Nathanson está más que decente, aunque por momentos extrañarás los momentos súper dramáticos que tiene la versión animada y que sabes que tiene un paso muy grande en la historia y son reemplazados por ese tono documental que tiene todo el film.

Y si hay que hablar de las cosas bien hechas mencionemos los trabajos interpretativos de voz, en donde cada uno de los actores le da una esencia única a sus personajes sin sentirse opacados u olvidados por las versiones animadas, el único que repite en este elenco es el actor James Earl Jones, quien prestó nuevamente su voz para ser Mufasa en la versión original, de ahí, empezando por John Oliver con el entrañable y servicial Zazú, y siguiendo con la impactante y terrible voz que alcanza Chiwetel Ejiofor como Scar. Todos y cada uno de ellos logran fundirse con la esencia de su personaje, aportando texturas novedosas, pero respetuosas con las actuaciones originales, y no hablemos de quienes se roban toda la segunda parte de la película, Billy Eichner y Seth Rogen, son los que más brillan como los inolvidables Timón y Pumba, haciendo que nos volvamos a reír de las ocurrencias de este par.

Por otro lado, la presencia de Beyoncé como Nala es escasa y por momentos no la sientes tan fuerte como las demás voces en el momento de su aportación musical, lo demás lo olvidas y agradeces que sea ella quien acompañe a Donald Glover, por que hacen un momento musical de ensueño con ambas voces.

La pareja protagonista en algunos momentos muy dulces y tanto su contraparte de infantil como su parte adulta, tienen partes que te dejan con un nudito en la garganta, además que en ambas partes sus diálogos son bien aterrizados y entendemos las actitudes de estos, que en la versión animada no entendías.

Y acerca de las canciones, si hay algo que todos esperábamos era el momento “Hakuna Matata”, que logra traernos un estilo completamente diferente al que traía la película tras la muerte de Mufasa y encamina la cinta hacia su segundo acto vitaminado de energía positiva.

A pesar de todo ello, “El Rey León” no deja de ser una película imperfecta. Ciertas escenas son despachadas, además la ausencia de algunos elementos hace que los fieles a esta película salgamos como si nos faltara algo, pero de ahí en fuera la película se merece todos los aplausos que se puedan dar, pues un gran desempeño a nivel de animación, ya que por momentos piensas que los escenarios de la fotografía son lugares reales que grabaron para esta, así que no te pierdas “El Rey León”.

Tras el asesinato de su padre, Simba, un joven león es apartado su reino y tendrá que descubrir con ayuda de amigos de la sabana africana el significado de la responsabilidad y la valentía. Más tarde volverá para recuperar el control de su reino

Itzel Segura

Durante los últimos años, Disney se ha arriesgado con sus películas en live action, en donde la opinión de los fans no ha sido la mejor, en donde nos hemos quejado de los detalles que han marcado más nuestra infancia y que no son presentados en estas películas, pero en esta ocasión el director Jon Favreau toma a la película que más ha marcado generaciones y la plasma para volver a impactar a chicos y grandes.

La trama todos la conocemos, Simba es un cachorro león sucesor al trono. Su tío Scar, de la familia real, trata de engañarlo con el fin de quedarse con el poder. Con ayuda de las hienas, Scar trama un malvado plan para matar a Mufasa, padre de Simba y actual rey, y hacer creer a Simba que él lo ha hecho, con la mentalidad de un niño, asustado y con sentido de la culpabilidad, Simba es ahuyentado del reino pensando que ha matado a su padre. Simba huye a la selva, donde conoce al suricato Timón y al jabalí Pumba, que lo rescatan y adoptan, ellos le enseñan la filosofía de "Hakuna Matata" (vivir sin preocupaciones).

En esta ocasión, tanto como el director como el estudio evolucionan y dan un paso agigantado en el tema de animación, ya que se ve un avance inmenso a comparación del libro de la selva, que igual dirigió Favreau, en donde el diseño de los animales aún se veía muy computarizado y en esta ocasión podemos sentirnos en un documental, nos muestra desde la fibra más pequeña de la selva, aunque el contenido es prácticamente idéntico, la forma en la que está presentado difiere notablemente.

Hablando de ese tono de documental podemos decir que el guión de Jeff Nathanson está más que decente, aunque por momentos extrañarás los momentos súper dramáticos que tiene la versión animada y que sabes que tiene un paso muy grande en la historia y son reemplazados por ese tono documental que tiene todo el film.

Y si hay que hablar de las cosas bien hechas mencionemos los trabajos interpretativos de voz, en donde cada uno de los actores le da una esencia única a sus personajes sin sentirse opacados u olvidados por las versiones animadas, el único que repite en este elenco es el actor James Earl Jones, quien prestó nuevamente su voz para ser Mufasa en la versión original, de ahí, empezando por John Oliver con el entrañable y servicial Zazú, y siguiendo con la impactante y terrible voz que alcanza Chiwetel Ejiofor como Scar. Todos y cada uno de ellos logran fundirse con la esencia de su personaje, aportando texturas novedosas, pero respetuosas con las actuaciones originales, y no hablemos de quienes se roban toda la segunda parte de la película, Billy Eichner y Seth Rogen, son los que más brillan como los inolvidables Timón y Pumba, haciendo que nos volvamos a reír de las ocurrencias de este par.

Por otro lado, la presencia de Beyoncé como Nala es escasa y por momentos no la sientes tan fuerte como las demás voces en el momento de su aportación musical, lo demás lo olvidas y agradeces que sea ella quien acompañe a Donald Glover, por que hacen un momento musical de ensueño con ambas voces.

La pareja protagonista en algunos momentos muy dulces y tanto su contraparte de infantil como su parte adulta, tienen partes que te dejan con un nudito en la garganta, además que en ambas partes sus diálogos son bien aterrizados y entendemos las actitudes de estos, que en la versión animada no entendías.

Y acerca de las canciones, si hay algo que todos esperábamos era el momento “Hakuna Matata”, que logra traernos un estilo completamente diferente al que traía la película tras la muerte de Mufasa y encamina la cinta hacia su segundo acto vitaminado de energía positiva.

A pesar de todo ello, “El Rey León” no deja de ser una película imperfecta. Ciertas escenas son despachadas, además la ausencia de algunos elementos hace que los fieles a esta película salgamos como si nos faltara algo, pero de ahí en fuera la película se merece todos los aplausos que se puedan dar, pues un gran desempeño a nivel de animación, ya que por momentos piensas que los escenarios de la fotografía son lugares reales que grabaron para esta, así que no te pierdas “El Rey León”.

Tras el asesinato de su padre, Simba, un joven león es apartado su reino y tendrá que descubrir con ayuda de amigos de la sabana africana el significado de la responsabilidad y la valentía. Más tarde volverá para recuperar el control de su reino

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