Agosto se fue, pero dejó las imágenes del mes. Entre ellas la protesta de la Asociación de Policías de Tijuana AC (APT), pidiendo aumento salarial porque el último fue hace 16 años, mayor seguridad social y un espacio en la Dirección de Policía para vigilar el respeto a los derechos de las filas policiales.
Mañosamente, el secretario de gobierno del Ayuntamiento, Miguel Ángel Bujanda, dijo que una de las peticiones de la asociación era una plaza; al parecer en el gobierno alguien no quiere un ojo al tanto de las condiciones en que están obligados a trabajar los uniformados.
En otra protesta, los colectivos salieron nuevamente a las calles, ahora para conmemorar el Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada. Esto es, desapariciones a manos de fuerzas del orden gubernamentales.
Y recordando el tristemente célebre epíteto que la alcaldesa Montserrat Caballero le puso a la ciudad, resulta que solo en este año van 14 deslizamientos en el mazapán. Tocó el turno, otra vez, a Camino Verde, donde no les resuelven un problema cuando ya tienen otro.
Aunque si hablamos de características de Tijuana, está el cerco internacional que ahora tiene competencia. Desde mediados de este mes, en playas hay una parte del histórico muro de Berlín, Alemania; pedazo de una oscura época en nuestro mundo convulso.
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El mes que recién termina también será recordado por el paso de Hilary, que afortunadamente no golpeó a la ciudad como lo hizo en la parte sur del estado donde cobró una vida. El huracán llegó a esta frontera como tormenta tropical y el aguacero fue benévolo en comparación con los primeros pronósticos.
Y en el Ejército, donde invitan a sus eventos advirtiendo que no responderán preguntas de la prensa, esta vez fueron muy accesibles, pero solo porque querían promover un simulacro de sismo binacional.