Tijuana.- El número de libros leídos por año dentro de la población alfabeta mayor de edad descendió de 3.4 en el 2016 a 1 en el 2019 según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). El porcentaje que luce desalentador, tomando en cuenta la importancia de la lectura, no fue un reflejo de lo que ocurrió en una de las librerías más reconocidas de la ciudad, El Grafógrafo Libros y Café, la cual sobrevivió gracias a las compras y apoyo de sus clientes de antaño y a los nuevos que se sumaron.
René Castillo Gómez, coordinador del espacio literario ubicado en el Pasaje Rodríguez platicó en entrevista cómo ha sido la pandemia del Covid-19, la cual les obligó a celebrar sus 10 años a puerta cerrada al permanecer sin laborar de marzo a julio.
¿Qué papel tuvieron los clientes tradicionales para que la librería pueda seguir en pie?
“Si no hubiera sido por nuestra comunidad la librería no hubiera subsistido. Durante la pandemia la gente estuvo leyendo mucho y querían comprar libros”.
“Las personas nos hablaban para decirnos mándanos libros o consíguenos material aunque la librería esté cerrada. Cuando vimos que se iba alargar la pandemia hicimos el catalogo en línea y empezamos con ventas anticipadas, las personas nos hacían los pagos depositando pero los libros no los entregábamos porque no teníamos la manera de enviarlos a las casas”.
“Con esas compras de confianza nos ayudaban a mantenernos, pagar la renta; era una cuestión de ayúdanos ahorita y nosotros te vamos hacer llegar los libros en cuanto sea viable, fue una respuesta muy bonita de parte de la comunidad”.
“Dejamos como último recurso una campaña de donación en la plataforma donadora.org. La lanzamos y se reunieron como 27 mil pesos, porque la plataforma te quita algo de la donación”.
“También la gente nos hizo donaciones económicas (directas) a nuestra cuenta y juntamos como 35 mil pesos, después les dimos a cambio paquetes de libros con la cantidad que nos hayan donado, pero la gente lo hizo sin esperar nada a cambio”.
¿Qué hay de los nuevos clientes que llegaron durante la pandemia?
“Supongo que es por el manejo de redes sociales que lo incrementamos mucho, siempre las habíamos tenido pero trabajábamos más en el espacio físico con la gente que iba ahí. Después mucha gente comenzó a rolar los links y sí aumentó el flujo de usuarios en redes sociales y una vez que abrimos ya empezaron a llegar, mucha gente nos decía es que vimos su Instagram y estaban muy suaves las fotos y queríamos venir a conocer”.
“Hace dos semanas llegó una pareja que acababa de salir apenas y querían salir a conocer esta librería que está en Tijuana y no la conocían y eran personas que no frecuentan el Pasaje Rodríguez y fueron específicamente a la Zona Centro, entonces si hubo un incremento muy interesante y ahora tenemos la cuestión de la comunidad que siempre hemos atendido, que se fortaleció y aparte todas estas personas que nos están visitando”.
¿Con la pandemia se ha complicado el conseguir libros?
“Si fue difícil. Empezamos a preocuparnos porque estábamos vendiendo libros y no llegaba el material que habíamos comprado. Lo que hicimos fue darle más promoción a un programa que tenemos desde hace muchos años como parte del modelo de negocios del Grafógrafo que se llama Economía de Redes y lo que hacemos es ayudar a la gente a vender sus libros”.
“Nosotros revisamos el material, les decimos a la gente lo que vale y una vez que la persona accede nosotros nos encargamos de la venta y les pagamos una vez que se lleven el libro (un cliente), eso nos permite tener material sin tener que invertir dinero, nosotros nos quedamos con el 35% de comisión”.
“Le dimos mucha promoción al programa también porque mucha gente estaba teniendo problemas financieros, al mismo tiempo ganamos nosotros porque la librería tiene material nuevo, todo estuvo una respuesta muy buena y nos empezaron a contactar personas con dos o tres trabajos pero que querían una entrada extra de dinero y lo vimos como una manera de reactivar la economía de nuestra comunidad y al mismo tiempo la librería seguía teniendo un catálogo surtido”.
¿Ustedes organizan la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, cómo fue el no realizarla?
“Nos pegó duro porque tenemos 14 años organizando la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión. Significó hablar con todos nuestros compañeros (libreros) y decirles que no hay permisos ni espacios por todo lo que está sucediendo”.
“En este caso más de 14 compañeros que participan se dedican únicamente a moverse a ferias del libro por todo el país y de la nada fue un cortón, uno tiene la librería y más o menos ahí subsiste pero ellos se quedaron completamente sin trabajo al cancelarse todas las ferias, no nada más en Tijuana: algunos perdieron material, librerías”.
A manera de cierre ¿Qué te que ha quedado en este casi año de pandemia?
“Creo que la lectura, los lectores y el consumo de libros no bajó, al contrario creo que fue en aumento y depende de cada librería el cómo se maneje y que relación tenga con su comunidad es la respuesta que vas a tener con los usuarios, en nuestro caso la gente nos apoyó muchísimo”, concluyó.