Juan Miguel Hernández
Una mañana cualquiera, Eva (nombre ficticio), se levantó y empezó a prepararse para iniciar su jornada escolar en la universidad. Al revisar sus mensajes de WhatsApp, leyó uno que la dejó en estado de shock: “Si no dejas a ese bato con el que andas, publicaré en todas las páginas pornográficas el video que tenemos cogiendo en mi casa”.
La amenaza provenía de su exnovio con quien apenas hace un par de meses había dejado de salir luego de un año de una tormentosa relación que involucró violencia física y psicológica.
“Yo me asusté, porque nunca le había mandado nada ni nos habíamos grabado o algo. Mi verdadero miedo llegó cuando me envío un video y varias fotografías de nosotros teniendo relaciones. ¿Cómo las obtuvo? Pues grabándonos sin mi consentimiento y con un celular escondido en su armario”, afirmó la joven universitaria.
Temerosa de que su intimidad fuera exhibida en las redes sociales, y que su familia llegara ver uno de los videos que su expareja amagaba con publicar, Eva decidió denunciarlo ante la Procuraduría de Justicia del Estado (PGJE) respaldándose en todas las capturas de pantalla de los mensajes que su exnovio le había mandado por WhatsApp.
Me hicieron sentir peor ahí. Un hombre fue el que me estaba atendiendo y levantando mi denuncia, pero todo el tiempo insinuaba que yo era la del problema; que por qué estaba saliendo con alguien tan rápido después de cortar con mi ex, que cómo no me di cuenta de que me estaba grabando
Eva no es la única mujer que ha sido víctima de un caso similar en Tijuana, pues, solo en 2018, mil 102 mujeres interpusieron una denuncia ante la PGJE por ser objeto de un delito sexual, entre los que se incluye la violación, hostigamiento sexual y estupro.
En lo que va del año, las cifras ascienden a 280 casos de delitos que atentan contra la libertad sexual de las mujeres. Esto representa un incremento de 26%, respecto al mismo periodo de 2018, cuando se habían contabilizado 207 denuncias.
FALTA SENSIBILIDAD DE LAS AUTORIDADES
La directora del Instituto de la Mujer de Tijuana (Immujer), Gabriela Navarro Peraza, reconoció que las mujeres, al acudir a la PGJE para interponer una denuncia, padecen la falta de sensibilidad de los funcionarios del Ministerio Público que no están capacitados para dar seguimiento a los casos de abuso y hostigamiento sexual.
No te atienden debidamente, no hay la apatía necesaria con las víctimas, y en esos momentos se debe acompañar con la suficiente empatía, por eso es tan importante que tengamos un centro de justicia para mujeres, que se está prometiendo desde hace dos años; se tiene que tener personal personalizado que tenga certificaciones de la norma de contacto con víctimas
Cabe subrayar que, desde el 8 de abril pasado, El Sol de Tijuana solicitó a la PGJE una respuesta ante las quejas por los malos tratos que sufren las mujeres al denunciar un delito sexual. Sin embargo, la dependencia nunca respondió.
“ME TOCARON LAS NALGAS Y EL TIPO SE RIÓ”
Mientras regresaba de su trabajo, Gabriela tomó el puente de la 5 y 10, que la lleva a su taxi de ruta. A pocos metros de empezar a descender por las escaleras, sintió que alguien le había tocado los glúteos.
“Me molesté, le reclamé, pero se fue corriendo con una sonrisa estúpida. A la semana siguiente, a la misma hora, volvió a hacer lo mismo. Alcancé a ver su rostro; era la misma persona. Igualmente, huyó con una sonrisa. Nadie hizo nada por detenerlo”, expresó.
En los primeros meses de 2019, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Público no ha contabilizado ni una sola denuncia por acoso sexual en Baja California; en contraste, la Ciudad de México lleva registradas 208.
En el estado, el acoso no es un delito que esté contemplado en el Código Penal estatal. Aquel hombre que sea denunciado por acosar a una mujer únicamente será objeto de una sanción administrativa.
“Sí debe ser delito tanto el acoso como el acoso callejero. En el Distrito Federal, con que vayas en la calle y te intenten tocar y no lo hagan, ya es un delito dentro de la legislación. Hay que legislar, porque a veces la legislación hace que te detengas un poco, pero también es importante empezar por la educación”, comentó la titular del Immujer.
El artículo 184-BIS del Código Penal estatal solo establece el hostigamiento sexual como delito, mas no el acoso; no obstante, debe involucrar el contacto físico en varias ocasiones.
“Comete el delito de hostigamiento sexual, el que con fines lascivos asedie reiteradamente a persona de cualquier sexo, se le impondrá una penalidad de seis meses a un año de prisión y multa de cincuenta a cien días. Solamente será punible el hostigamiento sexual, cuando se cause un perjuicio o daño. Solo se procederá contra el hostigador, a petición de la parte ofendida”, establece la legislación estatal.
La zona Centro de Tijuana es el área de la ciudad con el mayor número de casos de hostigamiento y acoso sexual, según el Immujer
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