Tijuana.- En medio de un paraje de ranchos abandonados, en las inmediaciones de la línea fronteriza, es que las Brigada de Búsqueda Internacional continuó. Muchas madres buscan a sus hijos y entre ellas Evangelina Contreras Ceja, indaga sobre el paradero de su hija desde hace 10 años, cuando desapareció en Michoacán.
Tania Contreras Ceja cumple este 2022 sus primeros 29 años. Desapareció cuando tenía 19 relata Evangelina, mientras camina por los pocos senderos que se ven en medio de los cerros entre Tecate y Tijuana, cercano a Rancho Las Uvas.
“Mi hija desapareció el 11 de julio de 2012 en Caleta de Campos, municipio de Lázaro Cárdenas. Ella cumple en abril 29 años”.
Evangelina recién se incorporó a la brigada en Tijuana, pero lleva un largo recorrido que abarca los estados de Sinaloa, Sonora y Veracruz. En su trayecto, según dijo, ha tenido que soportar la indiferencia de las autoridades.
“Apoyan muy poco, por lo de mi hija no llevan una investigación. Tenían los nombres de las personas que se la llevaron, donde participan policías municipales y un elemento de la marina, no quisieron hacer una investigación y ya van a ser 10 años”.
Aunque su búsqueda no ha tenido resultados, espera que en Tijuana haya algún indicio del paradero de Tania.
“Yo busco en campo, otros se van vida, se llevan las fotos de nuestros familiares a ver si encuentran algún indicio de ellos. Sabemos que a veces son víctimas de trata de blancas y los pueden tener en cualquier frontera, incluso en otro país por eso es que nos venimos a las fronteras a buscar”.
Sola, desde hace 10 años ha buscado a su hija pero asegura que lo más difícil es haber sufrido desplazamiento forzado.
“Salir huyendo, dejar a mi hijo menor en la casa, pensar que si lo levantan tendría que regresar en ese momento, ha sido muy difícil”.
De acuerdo con Evangelina la presión empezó después de la denuncia que hizo por la desaparición de su hija. Relató que el gobierno de Michoacán no le dio ni siquiera el número de carpeta, pero asegura que quienes se llevaron a su hija sí tienen esos datos.
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“Hubo amenazas, hicieron un documento donde yo decía que mi hija no estaba desaparecida y me acusaban de muchas cosas. Yo no hice eso y vino el desplazamiento forzado. Tengo esperanzas de encontrarla, dicen qué hay otra vida y si es así la voy a seguir buscando”.