Tijuana.- El 8 de enero de 1997, la vida de Paola Janeth Ramírez cambió para siempre, al ser atropellada por una unidad de transporte público, dejándola en sillas de ruedas y con una serie de problemas físicos y psicológicos que ha venido enfrentando los últimos 26 años.
La joven de ahora 33 años, de un día para otro tuvo que cambiar sus hábitos, dejar de jugar como cualquier niño de esa edad, hacer un doble esfuerzo para hacer cualquier tipo de actividad.
“Fue un impacto muy grande, de seis años, no lo asimilaba, era como un juego, es demasiado asombroso, de un día a otro tu vida cambió a los seis años, regresé a la escuela en una silla de ruedas. No disfruté mi infancia y mi adolescencia como hubiera querido y como la mayoría de las personas andan normalmente, que yo sola me pueda trasladar a la escuela, era muy difícil el acceso al transporte, lo que toma una persona caminando 30 segundos, a mí me toma cinco minutos. Es un desafío día a día”, externó.
En aquel momento que Paola fue atropellada, su madre, que era su tutora legal, llegó a un acuerdo verbal con la empresa transportista responsable del percance, para que se hiciera cargo de gastos como alimentación, terapia física, especialistas, entre otros gastos relacionados a su discapacidad. La empresa había cumplido hasta 2019, pero de un momento a otro rechazaron seguir.
“Me sentía así, como la empresa me discriminaba y veían como si fuera a pedir limosna, cuando es su responsabilidad y su obligación”, externó la joven.
OBTIENE JUSTICIA
Luego de que la empresa transportista rechazara cumplir con el acuerdo verbal, la joven acudió a la Barra de Abogadas Lic. María Sandoval de Zarco, donde ha sido representada por Harlene Arriaga Nava, quien ha llevado su caso ante la justicia.
Después de más de cuatro años de interponer una demanda en contra de esta organización por no hacerse cargo de su responsabilidad, un juez falló a favor de Paola Ramírez, obligando a la empresa a cumplir con una pensión vitalicia para la joven.
“Resulta un paso muy importante ver después de cinco años, una batalla de acceso a la justicia, siendo la justicia favorable para Paola. No solo se trata que Paola es una persona mujer como parte de un grupo prioritario, sino además cuenta con una discapacidad y a su vez se analizó el contexto, la edad, la situación socioeconómica que se tomó en cuenta”, explicó Harlene Arriaga.
La integrante de la Barra de Abogadas aclaró que aún queda una segunda instancia que ratifique la sentencia, para que Paola por fin sea respaldada ante la ley, luego de 26 años de quedar paralítica.
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La litigante especificó que su representada cuenta con la suficientes pruebas documentales, testimoniales, documentos de pago y constancias médicas que recibió de la empresa en esos años que sí pagaron los gastos de la joven.
“El juez de primera instancia del fuero común que analiza el caso, resolvió de forma favorable el caso de Paola Janeth, tomando en cuenta que todas las personas tenemos derecho a medios de defensa legales, medios pertinentes ante una segunda instancia y que en este caso el Poder Judicial dentro de la segunda sala, confirme la sentencia del juez de primera instancia”, abundó.
Admitió que se puede dilatar el proceso, en el sentido de que son lentos los procedimientos de los medios de defensa, pero remarcó que la representación legal de Paola puede presentar medios de defensa que robustezcan los argumentos que hizo valorar el juez.
“Con perspectiva de género y discapacidad, que se presenten las pruebas del juez de los testimoniales y pruebas y la existencia de este acuerdo de voluntades que existió entre las partes”, expuso.
Mientras se confirma la sentencia en la segunda instancia, Paola confía en la justicia que ha tardado, pero espera obtener los recursos necesarios para llevar una vida digna, que le permitan recibir atención médica, física y psicológica.
“Hay que tener fe en que existe la justicia, espero se resuelva”, finalizó la mujer de 33 años.