Tijuana tiene un déficit del 90% en áreas verdes y cuenta con menos del 1% de área verde por habitante, cuando la normatividad internacional establece que debe ser entre el 9% y 12%.
Varios factores contribuyen a este problema, uno de ellos es que Tijuana creció y se desarrolló con asentamientos irregulares, pero otra es que faltan políticas para invertir recursos en la creación de parques y la conservación de áreas naturales.
Para revertir esta situación es importante que haya voluntad política, además de muchas gestiones, consideró Aarón Victorio, director del Consejo de Desarrollo Económico de Tijuana (CDT).
“Los parques deben identificarse como un tema de primera necesidad, como es la seguridad, el bacheo”, pero la “factibilidad política y económica hacen que tomen más tiempo”, dijo.
Actualmente el CDT ha empujado la creación de nueve parques estratégicos en la ciudad, uno ya fue anunciado por el gobierno del estado en los alrededores de la Presa Abelardo L Rodríguez.
Mencionó que aun cuando está en puerta la reforestación del Cerro de Las Abejas y la creación de un parque de seis hectáreas en el fraccionamiento Natura, el déficit de áreas verdes continuaría.
Para verlo de un lado positivo, aumentaría a cinco el número de espacios extensos de áreas verdes porque hoy la ciudad solo tiene dos para 2 millones de habitantes.
Delia Castellanos, integrante del Proyecto Fronterizo de Educación Ambiental (PFEA), dijo que la ciudad debe ser acompañada de espacios verdes para equilibrar los cubiertos por cemento ya que reflejan el calor en lugar de absorberlo, aumentando la temperatura, además de reducir el ruido y limpiar el aire.
Explicó que hay tres clasificaciones de áreas verdes: las de ornato, que podemos encontrar en los camellones; los parques o espacios para usos recreativos, y por último los ecosistemas naturales como arroyos o cañadas.
Las áreas verdes que cumplen con funciones recreativas, como los parques, tienen que ver más con cuestiones de salud; un lugar para ejercitarse, caminar o hacer actividades recreativas.
“En ese factor andamos muy mal, tenemos un déficit alto de 9 metros por habitante”, indicó la activista.
La otra categoría de espacios verdes, que son áreas de conservación, son todos esos lugares no aptos para el desarrollo en los que no se puede construir un parque como los tenemos concebidos, sin embargo son espacios a los que se les puede sacar provecho y servir como filtración de agua.
Mencionó que la Carta Urbana de la ciudad establece el uso de suelo, los predios donde no se puede urbanizar pero sí utilizar para conservación o área verde, como pasa con los cerros San Isidro, de Las Abejas, Colorado, la zona Cuero de Venados, el Arroyo Alamar y todas las cañadas con arroyos.
Lamentó que muchos de estos lugares sean invadidos por asentamientos irregulares que con el corte de tierra o edificación provocan daños aunque después los desalojen.
“Sí puede haber una restauración pero nunca va a quedar igual, además que sale mucho más caro y no va a quedar como antes”, manifestó.
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EL ORIGEN DEL DÉFICIT
Tijuana nació y creció con asentamientos irregulares ante la permisividad de los gobiernos, todo fue urbanizado sin designar áreas verdes, ni donaciones de terreno a las autoridades municipales y estatales, comentó Alejandro Jiménez, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Vivienda (Canadevi) en Baja California
Por ejemplo, La Cacho (Madero), Gabilondo, Marrón, Cubillas, Calette, Revolución, una parte de la delegación La Mesa, “nacieron de asentamientos irregulares”, señaló.
“Hoy residentes de esas colonias exigen áreas verdes, pero su colonia emanó de un asentamiento irregular”, resaltó.
Sobre las denuncias de residentes de fraccionamientos por un uso diferente a los asignados para áreas verdes, refirió que quizás “hay una confusión” porque por lo regular se junta todo el espacio donado para el municipio y estado.
Mencionó que el 3% de la donación de área verde “no se puede enajenar”, sin embargo el 13% que se dona al municipio y al estado las autoridades sí puede venderlo para recaudar recursos y esto genera confusión.
“Podría alguien invadir el área verde, pero venderlo no es posible”, recalcó
Por su parte, Margarita Díaz, directora del PFEA, señaló que en los diseños de los desarrollos de vivienda el espacio destinado a áreas verdes está disperso, algo que ayuda poco.
“Lo importante es tenerlos concentrados en un solo lugar para generar un ecosistema”, puntualizó.
La ley de fraccionamientos debe especificar que la donación debe obligar a tener esos espacios condensados y no dispersos en cada esquinas para solo cumplir en papel con la extensión obligatoria, dijo la activista.
